Entrevista > Camelia Pomares Ortuño / Odontóloga (Elda, 2-abril-1981)
Como odontóloga, la evolución de Camelia Pomares Ortuño es “algo curiosa”, nos avanza. Cursó primero Económicas, disciplina -a priori con más salidas laborales- que no se le daba mal, aunque en su interior notaba que le faltaba algo.
“Desde niña tuve una vocación sanitaria”, se sincera, “y me lancé a estudiar seguidamente Odontología, inicialmente en València y después en Madrid”. Acto seguido se estableció en Elda, con su clínica propia, hace ya dieciséis años.
En ella -experta en cirugía e implantología- atienden a sus pacientes como familia, “empatizamos con ellos, les hacemos sentir cómodos”. Primero Nieves, su hermana gemela, les recibe, paso previo a que sea Camelia quien les asesore y lleve a cabo los tratamientos.
A partir de 2009, ¿cómo evolucionaste?
Finalizada Odontología, lejos de trabajar en otra clínica -o franquicias bien conocidas-, quise montar la mía propia, en mi Elda natal. Desde el inicio conté con mi propio laboratorio dental, dirigido por mi hermano.
Esta sinergia nos sirve para controlar los procesos de principio a fin y ofrecer un servicio rápido a unos precios muy competitivos.
Dicen que tienes las mejores manos de Elda.
Exageran (ríe). Me considero una profesional más, que cada día intenta mejorar. La clave quizás es que me implico mucho con cada paciente, me gusta hablar con él, saber cómo se siente; de ahí mi eslogan, “el 60% son tratamientos psicológicos”.
El resto, el 40%, son mis manos. A todos les dedico mucho tiempo, para quitarles sobre todo el miedo, porque hay muchísimo temor en mi profesión. Me siento con él o ella para darle paz, empatizar. Una vez superada esa fase, el éxito casi está asegurado, pues es determinante el trato personal, el humano.
«Controlamos los procesos de principio a fin, además de ofrecer unos precios muy competitivos»
¿Cuáles son vuestras operaciones más comunes?
Cirugías tales como implantes, extracciones de las Muelas del Juicio o regeneraciones óseas, es decir, hacemos un abordaje global a nivel quirúrgico. Son operaciones en ocasiones complejas, en las que es muy importante el nivel de formación, pero también darle confianza al paciente, para que esté tranquilo.
Siempre estudiamos cada caso de una manera individualizada y decidimos cuál es el tratamiento más adecuado. Empleamos mucho una técnica muy novedosa y mínimamente invasiva, la cirugía guiada, en la que a través de una férula colocamos los implantes, sin hacer incisiones. La recuperación, por tanto, es mucho más rápida que en una cirugía convencional.
¿Cometemos errores en el cuidado bucodental?
Nos llegan datos alarmantes en ese sentido, pues pensamos que nos cepillamos bien los dientes, pero no es así. Se calcula que uno de cada cuatro españoles no mantiene unos hábitos adecuados.
«Somos expertos en cirugía, implantología y prótesis, estudiando cada caso de forma individualizada»
¿De qué forma deberían ser?
Cepillarse al menos dos veces al día, y dedicarle un mínimo de dos minutos, ¡no vale hacerlo rápido! Estos datos implican que habrá problemas dentales en el futuro. Además, hay que emplear las herramientas correctas, que son muy sencillas.
Se debe usar un cepillo de cerdas suaves o medias y una pasta dental que contenga flúor. También es aconsejable el uso de hilo dental o irrigador bucal que limpie entre los dientes. El último acto del cepillado debe ser la lengua, donde se depositan muchas bacterias que pueden contaminar nuestra boca.
¿Cepillo eléctrico o manual?
Me lo preguntan muchos pacientes y siempre expongo que lo importante no es tanto el tipo de cepillo, sino la técnica del cepillado. Con los dos se puede realizar una correcta higiene, pero los últimos estudios dicen que con los eléctricos se puede lograr eliminar más placa y bacterias que con el cepillado manual.
«La prevención debe prevalecer sobre el tratamiento y se alcanza con la cultura de la revisión»
Es tan fácil como seguir esos hábitos.
Si se hacen correctamente se evita la aparición de caries, enfermedades en las encías (gingivitis y periodontitis), pérdida de dientes o halitosis, así como problemas generales de salud. Pensamos que la boca está aislada del cuerpo, craso error, es una vía de entrada de baterías peligrosa, que pueden afectar al nivel sistémicos, generando múltiples patologías.
Asimismo, es decisiva la prevención: debemos hacer entender que cuando notas un dolor ya es tarde. Precisamos, por ello, de unos chequeos bucodentales rutinarios, no porque nos encontremos mal, sino porque son claves para localizar a tiempo cualquier posible patología.
La prevención debe prevalecer sobre el tratamiento y se alcanza con la cultura de la revisión.
¿Hacia dónde se encamina la odontología?
Como comentaba, hacia un enfoque preventivo, personalizado, menos invasivo y más accesible, impulsado por tecnologías avanzadas como la Inteligencia Artificial, la impresión 3D…
Se busca un cuidado bucal integral que conecte la salud oral con la general, alcanzando diagnósticos más precisos, tratamientos regenerativos y precoces.
En los últimos años, especialmente tras la pandemia, la tendencia es integrar a esta parte propia de salud bucodental -la estética-, exigiendo a los tratamientos, más allá de funcionalidad, mejorar nuestro aspecto físico y sentirnos mejor. Se aspira a una sonrisa sana, pero también bonita.