Hace unos meses se publicaron unos informes del Servicio de Estudios del Parlamento Europeo (EPRS), en el que tras analizar el gallego, euskera y el catalán y sus diferentes variantes, han llegado a la conclusión de que tanto el aragonés como el valenciano tienen el mismo estatus que el catalán. Una descripción que ha abierto de nuevo el debate: ¿son el valenciano y el catalán una lengua distinta?
Teniendo en cuenta que uno de los debates nacionales, o incluso europeos, es sí valoramos como trascendente la controversia a propósito de las lenguas cooficiales en las instituciones europeas, esto está relacionado con este dilema a la hora de aprobar o de sugerir que el catalán, el gallego y el vasco se hablen con dialéctica supranacional.
Esto ha generado a su vez la controversia de no haber añadido al valenciano en esa reclamación, con aquel sonado rechazo del ministro de exteriores José Manuel Albares a certificar a la lengua romántica levantina como diferente.
Los informes del Servicio de Estudios del Parlamento Europeo reavivan la identidad valenciana
Qué fue antes
La mayoría de los expertos destacan que la lengua se originó a partir del latín vulgar en los condados catalanes de la Corona de Aragón (lo que se conoce como «Catalunya Vella», la Cataluña del norte).
Con la conquista de los territorios árabes hacia el sur en el siglo XIII, liderada por el rey Jaime I el Conquistador, la lengua se expandió hacia la actual Comunitat Valenciana y las Islas Baleares. Los nuevos territorios fueron repoblados por colonos cristianos, principalmente procedentes de Cataluña y Aragón. En la zona costera, la mayoría de los repobladores eran de habla catalana, lo que explica la implantación de aquel dialecto concreto.
A medida que se fue implantando la lengua en el Reino de Valencia, se fueron creando y derivando diferentes fonemas, léxicos y gramáticas.
Filología catalana en tierras valencianas
Llama la atención que, en la disputa en discordia sobre las semejanzas y diferencias entre el catalán y el valenciano, en los propios fueros levantinos existan unos estudios de filología catalana.
O eso es lo que uno percibe cuando se adentra en el área académica de la Universidad de Alicante, en el cual se deja claro desde el principio las similitudes entre las lenguas teniendo en cuenta de que no hay una filología de lengua valenciana.
El profesor de literatura catalana en la UA Carles Cortés nos da las claves del debate
Catalán para dummies
Al consultar la controversia con el profesor titular de Literatura Catalana de la Universidad de Alicante (UA), Carles Cortés (Alcoy, 1968), e incluso preguntando tajantemente sobre si el valenciano y el catalán son la misma lengua, él tira de metáforas y ejemplos latinoamericanos para explicarnos y resolvernos las cuestiones. “Decir que el valenciano es una lengua distinta del catalán es como decir que un argentino habla un idioma diferente al castellano”.
Añade, eso sí, que “sí que existen variaciones en diferentes expresiones o matices lingüísticos”. Sin embargo, eso no es motivo para generar una brecha en la lengua catalana. Continua con los símiles idiomáticos para destacar que “en Estados Unidos, aunque sea un país diferente y con expresiones propias distintas a las que se expresan en Inglaterra, siguen hablando el mismo idioma, el inglés”. Es un ejemplo atinado teniendo en cuenta que el habla en Oxford no es el mismo que en Liverpool.
Secesionismo valenciano
Desde diferentes sectores se perciben las insinuaciones o anhelos de distinción del valenciano como una especie de intentona secesionista, como una forma de renegar de sus raíces catalanas. Un malestar que no es de ahora sino desde incluso hace un siglo, cuando se empezaron a promover las diferencias lingüísticas entre los dos territorios.
La defensa de la personalidad propia de la lengua valenciana procede de una teoría que afirma que el idioma de nuestro territorio no es una importación del catalán, sino que tiene sus raíces en una lengua romance, el mozárabe, que se hablaba en la región antes de la conquista de Jaime I. Esta lengua habría evolucionado de forma autóctona a partir del latín vulgar, con la influencia de las lenguas prerromanas e incluso del árabe.
En la segunda década del siglo XX Pompeu Fabra promovió la unificación de la lengua catalana
Homologación de la lengua catalana
El Institut d’Estudis Catalans encargó a Pompeu Fabra la publicación de les Normes ortogràfiques (1913), Gramàtica de la llengua catalana (1918) y Diccionari general de la llengua catalana (1932).
A través de estos escritos, el reputado lingüista catalán, intentó codificar y establecer una base común de la lengua catalana, con el fin de homologar las diferentes variantes del catalán. Las normas de Fabra establecían una base común para todos los dialectos del catalán, incluyendo el valenciano, el balear, el de la Catalunya del Norte, etc. En lugar de crear una normativa catalana y otra valenciana separadas, su trabajo buscó la cohesión.
Pompeu Fabra contra el valenciano
Fue un 15 de julio de 1930 cuando Pompeu Fabra escribió a la Taula de Lletres Valencianes una carta en la que animaba a que entrasen en razón en sus intentos de diferenciar el valenciano del catalán, alertando de que “lo que van a hacer es muy arriesgado”. Sentenciando: “el valenciano no puede ser razonablemente adoptar, como definitivo, otro sistema ortográfico que el adoptado por el catalán”.
El lingüista veía amenazado su objetivo de armonizar el catalán y de otorgarle unos cánones concretos y homogéneos, “estas normas podrían convertirse en un obstáculo para la unificación ortográfica de nuestra lengua, que todos los valencianos y catalanes debemos desear”.