ENTREVISTA > Francisco Canals / Presidente del Cercle d’Estudis ‘Sequet però sanet’ (San Vicente, 18-septiembre-1954)
Desde 1927 a 2009 la antigua Cementera de San Vicente del Raspeig permaneció en continuo funcionamiento. Fueron miles las familias sanvicenteras que comieron gracias a esta industria, la cual constituyó una pieza clave en el desarrollo del municipio durante el pasado siglo. Si bien tampoco estuvo nunca exenta de cierta discordia, algo que perdura incluso hasta la actualidad.
Ahora el Cercle d’Estudis ‘Sequet però sanet’ -en colaboración con el Ayuntamiento- acaba de publicar un nuevo libro (el número 82) de su colección Plecs del Cercle que está precisamente dedicado a la historia de esta fábrica de cementos. Su autor es el mismo presidente de dicha institución, el doctor en Economía y exalcalde Francisco Canals.
¿Cómo te surgió la iniciativa de escribir este libro dedicado a la Cementera?
Pues el principal motivo es que precisamente este año se cumple el centenario en el que el Ayuntamiento concedió la licencia para construir la fábrica. Fue solicitada por una compañía de capital belga pero que se llamaba ‘Alicantina de Cementos Portland’. Concretamente fue el 18 de mayo de 1925.
«Se estableció aquí la cementera porque era un enclave estratégico del sureste español»
¿Por qué dicha compañía quiso establecer esta fábrica aquí?
En aquel entonces San Vicente se encontraba en pleno proceso de industrialización desde finales del siglo XIX, cuando se estableció la primera fábrica de ladrillos y tejas donde hoy se encuentra la universidad.
Realmente el ferrocarril fue el elemento fundamental que hizo despegar la economía local. Así que en 1925 el municipio ya disponía de red eléctrica, estaba conectado por tranvía electrificado con Alicante y contaba con una incipiente industria de ebanistería. No era un pueblo perdido en cualquier lugar.
Por ello esta compañía consideró que éste era un espacio estratégico en el sureste de España que estaba ubicado al lado de la vía del tren que conecta hasta Madrid, y al mismo tiempo a siete kilómetros de un puerto internacional como ya era el de Alicante.
En el momento de mayor esplendor de la Cementera, ¿cuántos trabajadores llegó a tener?
Fueron cifras bastante constantes, durante casi todas sus épocas tuvo sobre doscientos o poco más de trescientos empleados. La Cementera fue muy importante para San Vicente, pero realmente nunca se convirtió en un monocultivo industrial. Por ejemplo, en 1960 tenía 256 empleados, mientras que en todo el sector secundario sanvicentero trabajaban unos 1.600.
Más allá de todo el trabajo que creó, la fábrica de cementos también condicionó decisivamente el urbanismo del municipio. San Vicente podría haber crecido por aquí, pero al estar dicha industria acabó creciendo por otros sitios.
«Nunca se ha demostrado que la fábrica fuera nociva para la salud de los vecinos»
Aún sin tener casas muy cerca, en los últimos años hubo muchísimas quejas de los vecinos de la zona por la polución que producía.
Sí, pero no solo en los últimos años. Ya incluso en la década de los treinta había quejas al Ayuntamiento por la contaminación atmosférica que producía. En el libro también hay un capítulo dedicado a esto.
Es evidente que todas las nubes de olores provocadas por el cemento molestaban a los vecinos, pero nunca se comprobó que provocaran patologías reales a la salud. De hecho, si hubiera sido así, todo el pueblo estaríamos enfermos.
Hay muchas industrias antiguas que cerraron porque simplemente lo que fabricaban se dejó de utilizar. Sin embargo… éste no es precisamente el caso del cemento.
Aquí influyó todo el contexto de la globalización. En 1992 la fábrica fue comprada por la multinacional mexicana CEMEX. Durante los siguientes años surgieron diversos problemas relacionados precisamente con la contaminación y el endurecimiento de las leyes medioambientales. Hasta que llegó un punto en el que consideraron que les salía mucho más barato producir en países como Mauritania o Egipto que aquí.
Aún así mantuvieron la planta que habían abierto en Fontcalent, ya que estar tan cerca del apeadero ferroviario seguía dándoles muchas ventajas para la distribución.
«Lo que hagamos ahora con la Cementera condicionará los siguientes cien años de la ciudad»
La fábrica lleva desde 2009 cerrada. En el libro has incluido un capítulo recopilando todas las promesas políticas habidas desde entonces para reconvertirla en algo de provecho… y nada.
Este espacio sigue siendo igual de estratégico que hace cien años en pleno eje Alicante-Elche, e incluso aún mejor teniendo en cuenta que ahora está el TRAM y se supone que se hará una conexión ferroviaria con el Aeropuerto.
Mi propuesta consiste en implantar aquí un parque industrial para nuevas tecnologías, instancias de la Universidad de Alicante como su facultad de Medicina, un área comercial y de servicios, un museo de la industria, un parque solar y un bosque urbano. Además, el complejo tiene varios elementos protegidos que en otros países normalmente se aprovechan como reclamo turístico.
Evidentemente aquí será necesario que el Ayuntamiento llegue a acuerdos con otras administraciones o empresas privadas. En otros lugares se han conseguido Fondos Europeos para financiar proyectos así. Igual que hace un siglo esta industria condicionó el desarrollo del municipio… lo que hagamos ahora con ella también repercutirá en los próximos cien años de San Vicente.
¿Cómo podemos conseguir un ejemplar de este libro?
Los sanvicenteros que quieran leerlo pueden pedirlo a la Concejalía de Cultura o bien a través de Cercle.