Entrevista > Yohanna Martínez / Guionista y directora teatral (Petrer, 4-febrero-1997)
La formación teatral de Yohanna Martínez se inició en los talleres municipales, aquellos que gestionaba Begoña Tenés. “Empecé precisamente con ella, a los quince años”, reitera, junto a otros cursos de monólogos o escritura teatral.
Extremadamente tímida, tocando el clarinete en la banda coincidió con Aitor Juan, percusionista y apasionado de la escena. Ambos son ahora los motores de ‘Dafó Theatrum’, coordinándose y llevando a cabo un sinfín de tareas.
Tras deslumbrarnos con ‘Unas fiestas de traca’, basada en las fiestas de pueblo, el pasado verano volvió a hacernos disfrutar con ‘Un verso viral’. Yohanna también muestra inquietudes académicas y pronto acabará Pedagogía, “con el objetivo de ser orientadora”.
¿El teatro te apasionaba de niña?
Era super tímida, todavía lo soy, y hablar en público me cuesta. Tiempo después, en la adolescencia, una profesora de Valenciano me recomendó realizar esta actividad, me ayudaría mucho, me avanzó.
Seguía con dudas, pero asistí con mis padres al musical ‘La Bella y la Bestia’ -en el Teatro Romea de Murcia- y sencillamente me atrapó, sobre todo su puesta en escena. Supe entonces que quería hacer algo vinculado a este mundo.
«Escribo a diario y cuento con varias obras finalizadas que no sé si algún día verán la luz»
Diste con Tenés, ¿qué aprendiste de ella?
Muchísimo, como la exigencia del teatro y lo duro que es: comprendí de inmediato que no todos pueden llegar a dedicarse profesionalmente. Descubrí poco después la escritura y me agradó más esa fase.
¿Tu idea inicial era la de ser actriz?
Sopesé la idea de estudiar Arte Dramático, un reto más, pero desistí, dejándolo como una afición. Opté, como decía, por la escritura, también porque me apasiona leer, de todo, novela, teatro y poesía.
¿Cuáles fueron tus primeros relatos?
Cortos, principalmente para mí, y poco a poco fueron surgiendo ideas. Actualmente escribo a diario y hay varias obras guardadas en el cajón. No sé si alguna vez verán la luz.
¿En qué momento te unes a ‘Dafó Theatrum’?
Aitor y yo ya nos conocíamos de la banda musical, y él después de hacer ‘La Llamada’ tenía un nuevo proyecto, que acabó siendo ‘Confesiones’, sobre los problemas adolescentes. Necesitaba una mano derecha, me lo ofreció y no me lo pensé.
Realmente apenas sabía nada de dirigir y entre los dos hemos ido construyendo y aprendiendo juntos, haciendo que creciera ‘Dafó’.
«Aitor Juan es casi familia: juntos llegamos a puntos en común en pro de la compañía»
Precisamente, ¿qué representa la figura de Aitor?
Además de amigo, se ha convertido casi en familia. Hablamos mucho y nos complementamos; pensamos diferente en muchos aspectos y eso hace que la compañía crezca, pues hay dos visiones y formas de hacer las cosas.
Al final, no obstante, siempre llegamos a un punto en común, que es estar unidos y en pro de la firma.
¿Cómo trabajáis?
Hablamos a diario, repito, sobre los proyectos que deseamos completar o aquellos que nos proponen nuestros actores. Analizamos cómo vamos a estructurar los ensayos, la gira y la ruta que podemos llevar a cabo.
Seguidamente nos dividimos las labores -siempre de acuerdo-, siendo Aitor el que se encarga más de los temas burocráticos. Para mí quedan los guiones y resto de papeleo.
¿Cuál es tu estilo a la hora de escribir?
Hasta ahora he estado haciendo comedias, buscando un punto que haga reflexionar al espectador. Pero la vida da muchas vueltas y puede que mañana no pueda implicarme tanto.
¿A qué te refieres?
De momento el tiempo que dispongo me permite escribir y otras cosas, sin saber qué va a ser de mí, en otro trabajo. El teatro para nosotros no deja de ser una afición, muy bonita, que nos ocupa muchas horas.
«El teatro para nosotros no deja de ser una afición, muy bonita, que nos ocupa muchas horas»
¿Te inspiras en la cotidianidad?
Como indicaba, escribo todos los días, agregando ideas sobre una libreta. De ahí van surgiendo aspectos, como pasó en ‘Unas fiestas de traca’, la primera obra que dirigí, inspirada en las fiestas de un pueblo, La Encina, una pedanía de Villena.
Háblanos de ‘Un verso viral’.
Trata de tres poetas que todos conocemos, Gloria Fuertes, Pablo Neruda y Federico García Lorca. Interactúa con ellos una periodista local (Sandra), reflexionando sobre las redes sociales y su poesía, cada vez más empobrecida, cómo podemos hacerlos virales.
Nuevamente es una comedia, con ese punto para pensar sobre qué está pasando con las redes sociales, que provocan que cada vez se lea menos.
¿Qué acogida ha tenido?
Muy buena, tanto que hemos comenzado una pequeña gira. Tras actuar en Petrer el 27 de septiembre, estaremos en el Auditorio de Salinas el próximo 24 de octubre.
Lo más complicado de dirigir, ¿qué es?
Si te rodeas de un buen equipo, como es el nuestro, todo más sencillo. Es cierto que en ocasiones me cuesta mucho mandar, imponerme, pero pienso en el bien de la obra y sé que no se lo van a tomar a mal.