ENTREVISTA > Salvador Varela Martínez / Paciente de cáncer (Petrer, 4-junio-1970)
En marzo de 2017, Salvador recibió una de esas malas noticias que a veces da la vida al detectársele cáncer de testículo, estadio 4 con metástasis en hígado y pulmones. Unos años después, en noviembre de 2020, volvió a encajar un nuevo golpe con el diagnóstico de otro cáncer, esta vez de páncreas, mucho más agresivo y letal.
Pero a pesar de ello, durante todo el tiempo que lleva de tratamiento no se ha dejado vencer por la enfermedad, transformando su vida en una lucha constante, y a pesar de la incertidumbre, ha decidido encarar el proceso con una mentalidad positiva dando prioridad a “lo que realmente importa”.
Ahora, toda esa oscuridad la ha materializado en un libro, ‘Tú, yo y mis ganas de vivir’, presentado multitudinariamente el pasado octubre en el centro cultural de Petrer y que le ha servido para canalizar su duro viaje. El reto a corto plazo en estos momentos, dice, es romper las estadísticas y superar en este mes de noviembre los cinco años de esperanza de vida que da el cáncer de páncreas tras el diagnóstico.
Lo primero de todo, ¿cómo te encuentras?
Dentro de lo que cabe, bien.
¿Cómo es ahora mismo tu día a día?
Bastante tranquilo. No tengo unas expectativas ni a medio ni a largo plazo. Me centro en disfrutar los placeres de un día corriente: poder leer un libro que me atraiga, ilusión por comer algo rico y tan sencillo como una simple tostada con aceite, o como hoy, un plato de lentejas.
Con respecto al libro que has escrito, ‘Tú, yo y mis ganas de vivir’, ¿qué reflexiones plasmas en él?
Es un testimonio de un paciente con cáncer, que durante ocho años y pico va lidiando con los reveses que tanto la enfermedad en sí, como los daños colaterales, me van dando.
«Plasmar por escrito mi historia me ha beneficiado a nivel mental»
¿Necesitabas escribirlo para canalizar toda esa energía que tienes?
Por supuesto que lo necesitaba. Escribir es sanador.
¿El título del libro lleva un mensaje implícito?
En el título mezclo la ironía y resalto la “relación tóxica impuesta” que tengo con la enfermedad, en contraposición con mis ganas de seguir adelante.
Todo ese proceso de escritura, ¿te ha ayudado a nivel personal?
Poder vomitar todo el relato, que por cierto salía con tanta fuerza que en menos de un mes estaba prácticamente acabado, me ha aliviado no sabes cuánto. El hecho de poder plasmar por escrito toda mi historia, me ha beneficiado enormemente a nivel mental.
La presentación del libro en el centro cultural atrajo una gran expectación ciudadana, ¿te elevó el ánimo ver tanta gente?
Sí. La presentación fue apoteósica, la más multitudinaria que se recuerda en Petrer. No puedo estar más agradecido y orgulloso de cómo se desarrolló y de cómo la gente me acompañó.
«La enfermedad te enseña a ver la vida desde un prisma mucho más pragmático»
Cuando se vive con una terrible enfermedad como esta, ¿se ven las cosas de otra manera?
Totalmente. La enfermedad te enseña a ver la vida desde un prisma mucho más pragmático, por lo menos en mi caso. Aprendes a valorar lo que realmente importa y es una pena que eso nos suceda por una situación así.
¿De qué forma afrontaste la noticia y, aparte del impacto físico, cómo te ha afectado la enfermedad a nivel emocional?
El primer diagnóstico fue duro, pero asimilable. El segundo fue mucho más terrible, por la gravedad y la tipología del tumor. Es un cáncer mucho más letal y el impacto fue evidentemente más sangrante. Pese a todo, no tuve una necesidad de asistencia psicológica hasta pasados unos meses después del segundo diagnóstico.
¿Cuál es el mayor desafío al que te enfrentas?
Ahora mismo es vivir para cronificar la enfermedad.
¿Qué tipo de cáncer padeces?
Es un cáncer de páncreas con metástasis pulmonar y en zona abdominal. Una situación así tiene una esperanza de vida, en los cinco primeros años, de un cero por ciento. Por eso mi reto es poder superar en este mes de noviembre esa barrera de los cinco años y poder subir ese porcentaje.
«Mi mayor desafío ahora es vivir para cronificar la enfermedad»
¿Dónde encuentras la energía y las ganas de vivir para hacer frente a la enfermedad?
La energía en un porcentaje bastante alto me la aporta el feedback que me devuelve la gente que me sigue. Para mí es muy importante dar a conocer la enfermedad y contar con ese enorme apoyo.
¿Cómo lo lleva tu familia, es importante su apoyo?
Mi única familia directa es mi hermana, con la que vivo y a ella la veo como expectante, pendiente de cómo me levanto cada día y con un miedo que muchas veces no se atreve a demostrar. El papelón que juegan los familiares en este partido es muy muy duro.
¿Crees que tu testimonio puede ayudar a otras personas que estén en tu misma situación?
Espero que sí. Que ayude tanto a pacientes, para que puedan ver la luz cuando permanentemente están en un túnel, como a familiares y amigos, para que sepan qué decir o cómo actuar en muchas situaciones. Y también creo que puede ayudar tanto a oncólogos como enfermeros para que en muchas ocasiones nos puedan entender.
¿Dónde encontrarlo?
‘Tú, yo y mis ganas de vivir’ se puede adquirir en el Kiosko Laura, en la Papelería Petrer y en la Librería Castilla.





















