Este pasado sábado 1 de noviembre ha sido un día grabado a fuego para la memoria de Utiel. José Jiménez Fernández, ‘Joselito’, recibió el título de Hijo Adoptivo ante un Teatro Rambal entregado que celebraba un acto de pura justicia afectiva.
Se cierra así un círculo de afecto mutuo que dura toda una vida. El ‘Pequeño Ruiseñor’, que paseó el nombre de nuestro pueblo por el mundo gracias a su vínculo familiar, es ya, con todos los honores, uno de los nuestros. Un utielano de corazón, ahora también de nombramiento.
Distinción reservada para pocos
Este nombramiento no es una anécdota. Convertirse en Hijo Adoptivo es la máxima distinción que el Ayuntamiento de Utiel concede a aquellas personas que, no habiendo nacido en el municipio, han demostrado un afecto, una defensa y una vinculación extraordinarios con nuestra tierra.
Es un honor que sitúa a Joselito en un pedestal reservado para muy pocos. De hecho, este título solo se había concedido una vez antes en la historia reciente de nuestro municipio. Un honor que equipara su figura, en prestigio, a la de los Hijos Predilectos nacidos aquí.
El único antecedente en esta distinción es Enrique Ejarque Ejarque. Profesor y escritor, dedicado a la enseñanza en el CEIP Enrique Rambal durante décadas, quién dejó un legado cultural con publicaciones como ‘Retazos de luz y sombra’ o el poemario póstumo ‘Os doy mi palabra’, publicado en 2017.
Enrique Ejarque y Joselito son las dos únicas personas que tienen el honor de ser hijos adoptivos de Utiel
«Para mí es maravilloso»
Joselito, estaba visiblemente emocionado incluso durante los días previos al acto. Su gratitud hacia Utiel es el eje central de un nombramiento indiscutiblemente merecido, y ante el que se siente claramente abrumado.
Preguntado por sus sentimientos ante tal distinción, el artista expresó su profunda conexión. «Para mí es maravilloso. Utiel lo he tenido siempre, desde niño”.
El cantante también compartió con nosotros una anécdota que define a la perfección ese orgullo por el vínculo que ahora se sella. «Muchas personas me dicen, para gran alegría mía, que cuando dicen que son de Utiel todo el mundo le dice: Joselito. Eso es muy importante para mí».
Sus palabras de agradecimiento son siempre rotundas, recordando también la calle que ya lleva su nombre en nuestro municipio. «Le estoy muy agradecido, muy, muy agradecido al pueblo de Utiel, tanto por la calle a la que ya le pusieron mi nombre como por ser hijo adoptivo. Para mí es importantísimo y se lo agradezco infinitamente».
El pilar utielano: su mujer Marifé
La relación de José Jiménez Fernández con Utiel no es abstracta ni meramente profesional. Tiene un nombre propio y unas raíces profundas: Marifé, su mujer. Ella ha sido el puente de afecto constante, la razón de sus innumerables visitas y el ancla de su corazón en nuestra tierra.
Es imposible entender al Joselito que quiere a Utiel sin comprender la importancia de su matrimonio con una utielana de pro. Ella ha sido la embajadora en la intimidad, la que ha mantenido viva la llama de esta conexión durante más de cincuenta años.
Por eso, al preguntarle en quién pensaba ante un momento tan especial, la respuesta fue inmediata y no dejó lugar a dudas.
«Se lo agradezco infinitamente al pueblo de Utiel» Joselito
«Todo a ella, siempre»
El recuerdo hacia su esposa fue instantáneo, reconociendo el orgullo compartido. «Claro, claro que sí, me viene a la mente, sobre todo, mi mujer, porque ella es utielana y sé que también siente un gran orgullo de que me hayan nombrado hijo adoptivo y me hayan puesto una calle».
Por tanto, el reconocimiento se convertía inmediatamente en un homenaje compartido, una alegría que se sentía doblemente en el hogar del matrimonio. Joselito quiso dejar claro que este honor era tan suyo como de ella, la persona que le unió para siempre a este pueblo.
Una dedicatoria rotunda
Llegado el momento de la dedicatoria, el artista no necesitó pensar. Sus palabras fueron directas, cargadas de toda una vida de compañerismo y gratitud: «A ella, siempre. Todo a ella, a mi mujer. Es la que más merece todo, más que yo».
Con esta declaración de amor y justicia, el cantante sellaba el significado real de este título. Un honor que recibe un hombre, pero que celebra el amor profundo que una utielana supo inculcarle por el pueblo que la vio nacer.
Es imposible entender al Joselito que quiere a Utiel sin comprender la importancia de su matrimonio con Marifé
Lazo que se hace eterno
El nombramiento del pasado sábado cierra un capítulo, pero abre otro. Utiel ya no solo tiene a Joselito como un visitante ilustre, un vecino o un amigo; lo tiene como un hijo. Su nombre se une para siempre al de Enrique Ejarque en el olimpo de los honores municipales.
Ambos son dos hombres de la cultura, aunque en materias diferentes, pero que comparten un mismo reconocimiento: la gratitud eterna de un pueblo por aquellos que, sin nacer en él, lo han engrandecido y lo han querido como propio.





















