Entrevista > Susana Herrera / Presidenta del Club Baloncesto Elda (Madrid, 30-junio-1967)
Susana Herrera llegó a Elda por el mejor de los motivos, el amor, hace muchísimos años. Formó familia, sus hijos (Óscar y Álex Falcó) comenzaron a practicar baloncesto -su deporte preferido- y hace ocho temporadas pasó de la grada, donde incombustible no paraba de animarlos, a dirigir el Club Baloncesto Elda.
“Me casé en 1991, así que soy eldera, como me gusta decir”, apunta sonriente. Había estudiado en la Complutense de Madrid Económicas y Empresariales, sin saber que su vida realizaría un giro tan inesperado. En Elda lleva una longeva trayectoria como docente, su otra gran pasión.
Nos enumerará las numerosas funciones que debe llevar a cabo como presidenta y las expectativas de cara a la actual temporada, que acaba de arrancar. Sus dos hijos juegan en el club, “aunque el mayor está maltrecho de la rodilla y no sabemos si se reincorporará al equipo”.
¿Siempre te gustó el baloncesto?
Deporte que practiqué mucho durante mi etapa en Madrid, de base, soy bajita (ríe). El baloncesto fue otra de las cosas que me unió a mi marido, quien fue jugador precisamente del CB Elda.
¿Cómo te haces presidenta del club?
Mis hijos jugaban en el equipo y yo era una madre más en la grada. La anterior directiva lo quiso dejar y los padres me propusieron como presidenta. Al principio dije que no, pero insistieron.
Veía aspectos que se podían cambiar o mejorar, porque si entras en un cargo nuevo se supone que es para aportar. Tomé las riendas del club hace ocho años.
«Nuestra directiva está formada por padres de jugadores, trabajamos de forma altruista quitándonos horas de sueño»
Debes hacer de todo.
Al final apoyo a todos los que me rodean, estando en la mayoría de los sitios posible. Estoy en contacto con el director deportivo, hago las fotos de los partidos (previas, durante y después), seguidamente las cuelgo a redes…
Por ejemplo, no disponemos de jefe de prensa, función que casi siempre realizo. La directiva está compuesta por padres de jugadores, trabajamos de un modo altruista, quitándonos horas de sueño y de estar con la familia.
¿Qué gratificaciones te da dirigir el club?
Situaciones banales, como es salir con la mopa, a limpiar el sudor, y que digan desde la granda ¡esa presi!, y los demás se pongan a aplaudir. O que por la calle me reconozcan dos niñas y me vengan a dar un beso, contentas de mi gestión.
También lo agradecen el resto de padres, conscientes del trabajo que elaboramos. Es satisfactorio que aprecien todo lo que hacemos, que es mucho.
¿Quién te acompaña en esta aventura?
Son muchos los que se implican al máximo, como Carlos Villaescusa, Loli Martínez, Carlos Frau o David Gilabert. Cada uno se ocupa de una tarea distinta.
Igualmente quisiera destacar cómo se ofrecen numerosos padres para cualquier cosa, poner sus coches para los desplazamientos sin ir más lejos. Contactan por WhatsApp privado para decirme “¿necesitas algo?”. En ese sentido me siento una privilegiada, me hacen sentir querida.
«Son muchas las gratificaciones, como cuando unas niñas me ven por la calle y vienen a darme un beso»
Háblanos de la sintonía con el entrenador, Javi Vigueras.
Muy buena, igualmente porque es el coordinador deportivo. Es exigente, le gusta tenerlo todo muy bien controlado: tenemos un carácter similar, formando un tándem perfecto.
Nuestra idea, la de ambos, es potenciar la base, para que los mejores jugadores vayan subiendo al primer equipo.
¿Cuál es su propuesta de juego?
La ventaja que coordinador y entrenador sean la misma persona es que la línea del club está marcada desde la categoría más baja. Intentamos que todos jueguen igual, para que el equipo senior se refleje en la base.
Si es cierto que esta filosofía la hemos implantado hace pocos años y falta tiempo, bastante, para que se asiente. La basamos en una defensa muy intensa, presionando a toda pista, pases rápidos… En nuestro déficit, nos faltan tiradores.
Aspiraciones de cara a la presente temporada.
Estamos en un año de inflexión, tras bajar el pasado curso a Preferente. La anterior categoría, Primera Nacional, resultó muy exigente y tuvimos problemas para confeccionar la plantilla.
Descender no fue una gran decepción, nos lo podíamos imaginar, porque insisto había muy buenos equipos.
«Podemos ser optimistas pues nuestro proyecto es a largo plazo, los cimientos empiezan desde abajo»
¿El objetivo entonces subir o consolidarse?
Como mínimo, mantenernos. Recordemos que esta temporada solo contamos con jugadores de la casa, aglutinados en un único sénior, a diferencia de otros años.
Tenemos ya jugadores juniors que están pisando fuerte, prometen, pero ahora mismo no disponen de plaza en el primer equipo.
Si quieres hacer un llamamiento a la afición…
Nos sentimos muy apoyados por los que vienen a vernos al pabellón Florentino Ibáñez, pero obviamente me gustaría que acudieran muchos más.
¿Podemos ser optimistas?
Por supuesto. El equipo se debe acabar de conjuntar, pero siempre podemos ser positivos, en un proyecto pensado a largo plazo. Los cimientos de la casa comienzan desde abajo.




















