Entrevista > Sara Barba / Actriz (València, 3-mayo-1981)
De pequeña Sara Barba le anunciaba una y otra vez a su madre que deseaba ser actriz, una labor totalmente dispar a la empresa familiar, dedicada al mármol. “En el colegio fui la mayor instigadora para que se fundara un departamento de teatro”, dice, orgullosa.
Tuvo que estudiar Administración y Dirección de Empresas (ADE) debido, en parte, a la tradición doméstica, “mis padres querían seguir la estirpe”. Pero su carácter rebelde, “siempre lo he sido, en todo”, le condujo a otros caminos, el de la interpretación.
Se formó en Springfield (Misuri, Estados Unidos), donde hizo sus pinitos incluso como modelo. “Me di cuenta de que me encanta estar frente la cámara”, se repetía. Regresó a España, pasó un periodo en Francia y con sus hijos ya mayores hace dos años volvió a querer ser 100% actriz.
¿Siempre tuviste claro tu destino?
Sin duda, pese al principio no contar con excesivo apoyo en casa. Compaginé el último curso de ADE con mis estudios de la Escuela del Actor de València.
¿Con la idea de hacer teatro?
Es donde más se ha desarrollado mi carrera, también porque al cine es más complicado acceder. Pero en realidad me gusta más interpretar en audiovisual, me fascina la magia que se produce, esa sensación es indescriptible, hacer tuyo un papel… Lo disfruto muchísimo.
«’El virgo de Visanteta’ es una obra clave en mi vida porque fue un punto de anclaje con el teatro»
¿Te sirvió entonces estudiar ADE?
Todo es un aprendizaje y esa carrera me ha permitido tener mucha claridad, por ejemplo. Pronto descubrí que si quería vivir de la interpretación no podía ser solo actriz, no es suficiente.
Vives, o sobrevives, si te montas una productora o una compañía de teatro, en el que vendes y actúas al mismo tiempo. Supe que debía tener una empresa, no esperar a que me llamaran.
¿La fundaste?
En segundo de carrera, mientras mis compañeros suspiraban por éste o aquel papel, le propuse a mi profesora de cine, la mexicana Silvia Macip, montar una obra de teatro. El resultado fue ‘Erótica poesía viva’ y tuvo un grandísimo éxito, a pesar de estar programada ¡los martes!
Seguidamente, junto a Yevgeni Mayorga, hice ‘Big crash, solo quedará silencio’, una función basada en las enfermedades minoritarias.
También creaste una productora audiovisual.
Con Silvia nuevamente, para hacer cortometrajes, como ‘Encuentro’, sobre una chica que, siendo heterosexual, se enamoraba de otra mujer, provocando una decepción por parte de los padres. Los otros que rodamos fueron ‘Blanco y negro’ y ‘Perdidas’.
«Antes de salir al escenario paso muchos nervios, pero después agradezco al universo esta oportunidad»
¿Participaste después en alguna película o serie?
En la serie francesa ‘Interpol’ (2010). Apenas sabía el idioma galo -pese a que mi marido es franco-chileno- y tuve un pequeño papel, haciendo de mexicana, por mis rasgos morenos.
Poco después me quedé embarazada, la cuestión laboral en España estaba complicada y nos trasladamos una época a Francia. En parte se paró mi carrera actoral.
¿Cómo la retomaste?
Realmente nunca la abandoné del todo, gracias al sainete ‘El virgo de Visanteta’, que hemos interpretado alrededor de 150 ocasiones. Esta función, tan valenciana, siempre ha sido como un punto de anclaje al teatro, pues incorporarme del todo teniendo hijos no ha sido sencillo.
¿De qué trata ‘El virgo de Visanteta’?
Creada por Josep Bernat Baldoví habla de la época del destape, con numerosas escenas y diálogos llenos de erotismo. ¡Es sumamente divertida! Visanteta, una chica guapa de pueblo, alberga una maldición, evidente en terribles granizadas si alguien está con ella.
Por eso nadie quiere casarse con Visanteta, que está desesperada, porque no lo acaba de entender. El director de esta obra es Xavi Navarro, con quien más tarde hice ‘Tartaja’.
«Disfruto de vivir las sensaciones, pasar por todas las emociones que tiene el ser humano: el amor, la tristeza…»
¿Qué sientes sobre un escenario?
Antes de salir, siempre me digo ¿a mí quién me manda estar aquí?, porque paso muchísimos nervios. Pero también agradezco al Universo esta oportunidad que me ha brindado: me convierto en el papel que toque y me lanzo.
A partir de ese momento la tensión y nervios se van diluyendo, para nada es inmediato, como les pasa a otros muchos actores. Disfruto de vivir las sensaciones, pasar por todas las emociones que tiene el ser humano, el amor, la tristeza, la angustia… Es muy liberador, el teatro tiene un punto terapéutico.
¿Prefieres la comedia?
Me considero una actriz versátil, aunque se me da quizás mejor el drama, al ser una persona altamente emocional. Realizar comedia bien es muy complicado, debes ser un maestro de la improvisación. He hecho stand ups -tipo de monólogo- en los que no me he acabado de sentir cómoda del todo.
Estás trabajando en…
En la obra ‘Eva o la creación de la madre perfecta’, una crítica social dirigida por Macip, de la compañía ‘Masquetres Producciones’. La estrenamos el 21 de noviembre en Teatro La Rambleta.




















