Entrevista > Emma Lobo / Actriz y productora teatral (Madrid, 18-abril-1966)
Emma Lobo era una buena estudiante de Químicas, pero su vida cambió tras apuntarse al aula de teatro de la Universidad de Alicante. “Me encantó”, rememora casi cuatro décadas después, tanto que abandonó los estudios para dedicarse a la interpretación.
Criada en Elche, ha pasado numerosos veranos en Santa Pola, a la que ama profundamente. “Vengo siempre que puedo, también porque aquí vive mi madre”. Ha participado en muchos proyectos y ahora tiene en marcha una adaptación de ‘La Serrana de la Vera’.
Igualmente nos relatará qué siente cuando actúa, “muchísima libertad, diciendo cosas que me sorprenden a mí misma”. Desarrolla asimismo la labor de productora teatral, faceta que le fascina: “lo que realmente desgasta es la distribución”, confiesa.
¿Te sentiste apoyada tras abandonar Químicas?
Sobre todo por mi madre y mi pareja, que me indicaron aquello de “¡te lo íbamos a decir, porque te veíamos tan apasionados con el teatro!”. Tenía 22-23 años, hace mucho de eso…
«Contar cuentos es un acto artístico que te permite una comunicación y comunión mayor con el público»
¿Qué sucedió a continuación?
Seguí varios años en el aula de la universidad, antes de comenzar Arte Dramático en Murcia. Pero entre medio hice un casting para una producción del Institut Valencià de Cultura, me cogieron e inicié ahí mi carrera profesional.
Entré poco después en la compañía de Xavi Castillo, ‘Pot de plom’, mientras en la universidad participaba en un curso de Narración Oral Escénicas, acudiendo a diferentes festivales internacionales.
Hasta que te especializas en cuentos.
Para muchos un arte menor, en mi opinión una disciplina teatral más. Me ha permitido ahondar en muchos aspectos de la actuación, como romper la cuarta pared -que tanto nos cuesta- o conocer la estructura de una historia, para poderla mantener.
He trabajado como contadora de cuentos en numerosas bibliotecas de Madrid, la mayor parte de las veces para un público infantil. Sigo con ello, porque me encanta, haciéndolo todo -voces, personajes, situaciones, interactúo con el público…-, y simultaneándolo con producciones dirigidas a teatros.
¿Debe ser enriquecedor?
¡Y aprendes muchísimo!, porque los actores nos manejamos bien con un compañero, pero podemos tener dificultades para desarrollar un monólogo. Todo eso te lo enseña el arte de contar cuentos.
Además, como es un acto artístico tan cercano te permite una comunicación y comunión mayor con el público. Se crean conexiones muy bonitas.
«Entre mis obras más importantes, ‘La venganza de don Mendo’ y ‘El perro del hortelano’, donde actué sola»
¿Cuáles han sido tus obras más relevantes?
He tenido la intención, mediante mi propia compañía, de mezclar la narración oral con el teatro. Destacaría ‘La venganza de Don Mendo’, un montaje realizado por solo dos actores (Manu Hernández y yo) y que ha funcionado muy bien, por la apariencia de improvisación que tiene.
¿A qué te refieres exactamente?
Nosotros llegamos, con el público ya sentado, indicando que nos falta el resto del elenco, vestuario y parte de la escenografía, pero no era así, fingimos que es improvisado. ¡Es muy divertida!, con cambios de ropa sorprendentes por su velocidad.
¿Alguna más?
Recientemente llevamos a cabo ‘El perro del hortelano’, de Lope de Vega, conmigo sola en el escenario. Hago todos los personajes (masculinos y femeninos) y narro la historia.
Al principio no sabíamos cómo íbamos a hacer escenas que son de tres personajes, pero trabajando mucho conseguimos que el público lo interpretaba a la perfección.
«Tenemos previsto estrenar ‘Serrana, emperadora o alimaña’ el 23 de enero en la Sala Arniches de Alicante»
Tras más de 35 años de carrera, ¿sabrías definirte como actriz?
Me considero una actriz rápida, muy versátil y ocurrente, a la que le chifla el humor. El drama es muy gratificante, pero haciendo el gamberro y desbarrando sobre el escenario es cuando realmente me lo paso bien.
Igualmente realizar cosas que el público no se espera, como en ‘El perro del hortelano’, que comenzaba como un caso policial. Hay una conversación constante con los espectadores, en una obra que quedó perfecta y de la que estoy muy orgullosa.
¿Entonces tus sensaciones sobre el escenario son…?
De mucha libertad, porque en mi vida soy lo que dicen una chica buena y allí, en las tablas, tengo la posibilidad de ser más gamberra o hacer el ridículo, como avanzaba. Me descubro a mí misma diciendo barbaridades (ríe).
¿Qué estás preparando ahora?
Estamos montando una adaptación, nuevamente para una actriz sola, de ‘La Serrana de la Vera’, de Luis Vélez de Guevara, el relato de una mujer que se comporta, reacciona y vive como un hombre.
Desde hace tiempo quería tratar de hablar de la polaridad social y cómo se construye la verdad. Reuní a mi equipo, Quico Cadavall (dramaturgo) y Magda Labarga (directora), y nos pusimos a buscar una obra que nos permitiera hablar de estos temas.
Su estreno será el 23 de enero en la Sala Arniches de Alicante.





















