Entrevista > Mateo Carbonell / Regatista (Barcelona, 19-agosto-2009)
Los que le conocen, los que entrenan cada día con él vaticinan que Mateo Carbonell va a ser en el deporte de la vela “lo que quiera”. De hecho, es el regatista español más laureado de la historia en su categoría, superando a mitos como los hermanos Doreste o Theresa Zabell.
Entre otros logros, fue nombrado Mejor Deportista de Xàbia 2025, además de ser tercero de Europa en Optimist (2023), campeón del Mundo Optimist por equipos (2024) -en Mar del Plata (Argentina)- y tercero mundial individual en la misma prueba.
Natural de Barcelona, se trasladó con su familia a nuestra localidad en junio de 2020, en plena pandemia. Desde entonces no ha parado de progresar en la vela, gracias en gran medida a Julián Viciano. “Me ha enseñado todo lo que sé”, confiesa un joven Mateo que todavía no se ve disputando unos Juegos Olímpicos.
¿Por qué elegiste la vela?
Mi padre (Carlos) ya navegaba y comencé a salir con él en su 420 a partir de los tres-cuatro años, algún fin de semana. Me fue inculcando poco a poco esta disciplina.
¿En qué momento descubres tu talento?
Al principio navegaba por diversión, sin intención de competir. Fue al mudarnos a Xàbia, en junio de 2020, cuando hice un cursillo de verano de una semana de Optimist y me encantó.
Seguidamente, en septiembre de ese mismo año, me uní al Club Náutico y casi de inmediato empecé a hacer regatas, ganando una de las primeras en las que participé. Fue todo muy rápido.
¿Lo captas todo igual de rápido?
Me dicen una cosa, la pruebo, compruebo que funciona, la repito y entreno a diario hasta que se me queda en la cabeza.
«Tantas semanas fuera de casa me ha hecho madurar, viajar solo te da una libertad que es ¡flipante!»
¿Cuáles son tus mejores virtudes como regatista?
Seguramente es eso, que aprendo rápido y capto los conceptos al vuelo.
¿Te asusta todo lo que estás consiguiendo?
Miro para atrás y me doy cuenta de lo mucho conseguido, en tan poco tiempo. No me asusto, todo lo contrario, estoy muy orgulloso, pensando en el presente, con los pies en el suelo.
Debes estar madurando a muchísima velocidad.
Mucho. A Argentina, por ejemplo, marché solo, sin mi familia. Hicimos dos bloques, un periodo en octubre de 2024 y otro, igualmente largo (veinticinco días), en diciembre.
Fueron muchas semanas y sí, noto que estoy madurando. Viajar solo, estar lejos de casa, te da una libertad que es ¡flipante!
¿Qué sientes cuando navegas?
Tengo dos sentimientos, el de entrenamiento y el de regata. En el primero me focalizo en aprender cada día más, en saber aspectos que desconozco, perfeccionar los errores, mientras en las regatas intento estar tranquilo, cometer el menor número de fallos, no tener presión…
¿Estás preparado para los malos resultados?
Lo estoy. No voy a dejar de navegar por obtener una mala clasificación, me motivará más de cara a la próxima regata, para mejorar.
«No voy a dejar de navegar por obtener una mala clasificación, me motivará más de cara a la próxima regata»
¿Cómo has mejorado desde tu llegada a Xàbia?
Totalmente, porque en Barcelona, como decía, salíamos a navegar por diversión. En Xàbia me introduje en el Optimist, la clase inicial de la vela, la de hasta los quince años.
Háblanos de tu entrenador, Julián.
Aparte de ser mi preparador, me ayuda a nivel personal, a todos los niveles. En el agua es exigente, quiere la perfección, que cometamos pocos o ningún error y aprendamos en cada uno de los entrenamientos.
En tierra, después de repasar los conceptos, juega con nosotros, es divertido. Se trata del mejor entrenador que he tenido en mi carrera.
¿A sus órdenes qué has aprendido?
Julián fue el que me enseñó, no desde cero, pero casi. Me explicó cómo montar la vela, a virar, coger velocidad, planear. Conocerle ha sido muy bueno para mí.
Asegura que no tienes techo.
¿Eso dice? Me alegro. Sé que puedo hacer algo grande en la vela: mi objetivo es llegar lo más lejos posible, disfrutándolo.
«Julián Viciano quiere que cometamos el menor número de errores, es el mejor entrenador que he tenido»
¿Disputando incluso unos Juegos Olímpicos?
Nunca me lo he planteado, sinceramente. Sí tengo claro que quiero ser profesional de la vela y que voy a navegar el resto de mi vida.
Cierras los ojos y ¿con qué sueñas?
En ser campeón del Mundo, de la Copa América, en ser el mejor, básicamente. También soy consciente de los sacrificios que comporta, tantos días fuera de casa, perdiendo clases, lejos de mi familia y amigos.
Más allá de la vela, ¿cómo te distraes?
Estoy con el móvil, salgo con amigos o realizo otro tipo de clase de vela, como windsurf. Antes practicaba tenis y de vez en cuanto juego partidos, también de pádel.
¿Qué estás estudiando?
Primero de bachiller. Por las competiciones muchas veces no puedo ir a clase, pero los profesores lo saben, comprenden mi situación.





















