Entrevista > Emmanuel Esparza González / Actor (València, 2-marzo-1976)
Emmanuel Esparza comenzó en España con participaciones en series de ámbito autonómico y nacional, y alcanzó una nueva dimensión al dar el salto a Colombia, donde no ha parado de trabajar y hoy es toda una celebridad.
Tras un largo camino para desarrollar su talento en la interpretación, ahora abre una nueva etapa orientada a la creación y desarrollo de sus propios proyectos cinematográficos.
Te abriste un camino al desarrollar tu carrera en Colombia, ¿cómo fue?
Fue un salto enorme. Hace dieciséis años me ofrecieron protagonizar ‘La Pola’, una serie de época dirigida por Sergio Cabrera, y aceptar significaba cruzar el Atlántico por un año entero. En aquel momento parecía una locura, pero ya intuía que un actor no podía limitarse a un solo mercado. Me arriesgué y cambió mi vida profesional y personal de un modo que jamás hubiera imaginado.
¿En qué momento Colombia pasó a ser tu hogar?
A partir del cuarto proyecto consecutivo. Después de ‘La Pola’ vinieron ‘Mentiras Perfectas’, ‘Fugitivos’ y ‘Sala de urgencias’. Eran producciones de gran nivel y me di cuenta de que estaba haciendo proyectos sólidos que me daban estatus dentro de la industria. Llegó un punto en que, si desde España me llamaban para algo menor, ya no me ilusionaba porque estaba construyendo algo importante.
Si echas la vista atrás, ¿qué objetivos dirías que has cumplido?
He superado muchos de los que me marqué al principio y otros han cambiado. Soñaba con trabajar en distintos países y hacer películas de los Vengadores o Star Wars. Pequé de eso, no me importa reconocerlo y ahora ya no es lo más importante. Mi objetivo es seguir disfrutando, mantener un equilibrio personal y producir mis propios proyectos.
«Venir a Colombia parecía una locura, pero intuí que un actor no puede limitarse a un solo mercado»
Los papeles, ¿se eligen?
Con los años he perdido un poco el romanticismo. Antes pensaba en que no me encasillaran, pero eso es para unos pocos porque un papel significa pagar la casa o el colegio de tu hija. Puedes esperar años a que te llegue un papel soñado, pero me siento afortunado de haberme defendido con éxito intercalando constantemente telenovela, series de prime time, cine o teatro.
Has interpretado galanes, héroes y villanos, ¿dónde te sientes más cómodo?
Todos tienen su encanto, pero los antagonistas suelen ser los más interesantes. Te permiten hacer cosas que en tu vida real jamás harías, y eso es fascinante. Lo más interesante es meterte en la psicología de un ser que han escrito en un papel y darle vida.
¿Cómo encarnas a un personaje?
Un libro clave ha sido ‘Sobre la técnica de la actuación’, de Michael Chejov. Me lo regaló Sergio Villanueva y lo llevo siempre conmigo. A partir de ahí, cada personaje pide cosas distintas.
Por otro lado, hay que ser realista: aquí se ruedan quince escenas al día, no puedes estar ocho meses metido en el personaje como en una superproducción de Hollywood. Lo importante es saber escoger en qué escenas debo ofrecer un nivel extra de concentración y ser siempre solvente en las demás.
«Me siento afortunado por no haber parado de trabajar en dieciséis años, realizando todo tipo de proyectos»
Más allá del trabajo, ¿qué te ha dado la actuación?
La posibilidad de ganarme la vida haciendo lo que amo y, a la vez, disponer de tiempo cuando acaba un proyecto. Eso me permite estar con mi hija, con mi pareja, viajar, regresar a Valencia que es la ciudad que adoro. En conjunto es todo un privilegio.
¿Has pagado un alto precio?
Sí, sin duda. He perdido momentos con mi familia y amigos en Valencia. Al principio no era consciente, estaba entusiasmado creciendo como actor. Cuando me di cuenta, mi centro ya estaba aquí. Pero Bogotá me lo ha dado todo: mi hija nació aquí y gracias a mi carrera en Colombia pude volver a España para hacer otros proyectos.
Después de haber trabajado en series españolas y colombianas. ¿Qué diferencias encuentras?
Hoy casi ninguna, porque las plataformas han unificado criterios. Las cámaras son las mismas y el nivel técnico también. Sí hay matices: en España se cuidan mucho los tiempos de rodaje, algo que en Colombia a veces no es posible por el ritmo de trabajo.
Pero en talento y en historias no hay diferencia: Colombia es potencia mundial en drama y telenovela. De las veinte series de habla no inglesa más vistas en la historia de Netflix, nueve son colombianas.
«Llegó un punto en que, si desde España me llamaban para algo menor, ya no me ilusionaba»
La llegada de Netflix, Prime o Disney+, ¿supuso más oportunidades o más competencia?
Al principio parecía que habría más trabajo, y es cierto que se producen más proyectos. Pero la competencia ahora es mundial. Ya no te la juegas con doscientos actores en tu país, compites con miles en todo el mundo. Conseguir un protagonista es dificilísimo: hay varias rondas de casting y al final una mesa con ocho personas decidiendo. Es durísimo y apasionante.
Estás escribiendo y produciendo tu primera película. ¿Cómo vives esa faceta de creador?
Es una necesidad personal. Sentarme y escribir un guion completo era un reto que quería cumplir. Ya está registrado y con el casting cerrado. Ahora buscamos inversores y confiamos en rodarla el próximo año en Colombia.
Para terminar, ¿qué consejo darías a un actor que duda si dar el salto a Latinoamérica?
Que no tenga miedo. El mercado ya es global. Lo más importante es atreverse. Hay que coger un avión, tomarse unos cafés en México o Colombia, presentarse, buscar managers en distintos países… no puedes esperar sentado a que te llamen.




















