A mediados de noviembre, la ciudad se puso manos a la obra con la construcción del Gandia Arena, cuya primera fase quedará terminada en 2027. Este proyecto servirá de escenario a equipos deportivos, pero también a todos los actos culturales que lo necesiten.
Para Maite Alonso, coordinadora general de Urbanismo e Infraestructuras, representa un compromiso con la ciudad. “Con él cumplimos tres objetivos: damos una solución a todos los clubes que nos están pidiendo un sitio grande en el que entrenar; cubrimos la demanda del sector turístico y creamos un espacio en el que cabrán más de 4.000 personas”, señala.
Sostenibilidad
La apuesta por la eficiencia energética es clave en este proyecto. Alonso explica que el pabellón “tendrá sus propias placas solares, de manera que se creará suficiente energía para el autoconsumo del propio edificio”, lo que menguará la dependencia de la red eléctrica convencional.
Además, “es un edificio construido con criterios sostenibles y de reducción del consumo eléctrico, con aparatos eficientes, de alimentación y de agua caliente sanitaria y demás”. No se trata solo de construir, sino de hacerlo con responsabilidad ambiental.
En lo referente al diseño urbanístico, también se ha pensado en todo. “En la parte delantera habrá un sitio reservado para las plazas de aparcamiento y se procurará que los autobuses de los diferentes equipos deportivos tengan un fácil acceso de entrada y de salida para cargar y descargar a la gente”, comenta.
Dicha acción hace que el impacto del tráfico durante los eventos sea mínimo, lo que reduce la huella de carbono y evita saturar el entorno urbano. Es una manera de equilibrar el crecimiento y la sostenibilidad para que Gandia reciba más visitantes sin descuidar el medioambiente.
«Tendrá una capacidad de más de 4.000 personas» M. Alonso (Urbanismo e Infraestructuras)
Un proyecto compartido
Por su parte, el concejal de Deportes, Jesús Naveiro, destaca que la iniciativa no ha sido obra de un único departamento, sino que se ha hecho realidad gracias al esfuerzo de las áreas de Urbanismo, Servicios Básicos, Turismo, Intervención y Deportes, que es la que encabeza él.
“Para mí es un orgullo. La mayor dificultad que he tenido desde que ocupo este puesto es, precisamente, la de ubicar a todos los equipos. Se trata de un verdadero rompecabezas y esto me ayudará a solucionarlo”, dice, enfatizando que el proyecto lleva tomando forma muchos años.
«Este edificio contará con placas solares y apostará por la sostenibilidad» M. Alonso
El alivio de las instalaciones deportivas
Pese a que deja claro que será un espacio para todos, también afirma sentirse aliviado porque “cada vez hay más equipos y más atletas en el municipio. Eso es algo muy bueno porque significa que hemos conseguido fomentar un estilo de vida saludable, pero también implica buscar sitios para que puedan entrenar o llevar a cabo sus competiciones. La calidad de estos deportistas es otra de las cosas que ha ido en aumento, lo que significa que los clubes necesitan cada vez mejores instalaciones”, añade.
Sobre cuántos deportes podrán practicarse allí dentro, explica que el recinto tendrá tres pistas paralelas y en medio una transversal, que será la general. De esta forma, todos los deportes que puedan realizarse en una cancha cerrada, como yoga, pilates, balonmano, esgrima, etc., tendrán cabida en el recinto, que también podrán utilizar los estudiantes del Campus.
“Esto significa que podrán entrenar tres equipos al mismo tiempo. Por poner un ejemplo, se podrá practicar vóley, gimnasia artística y gimnasia rítmica a la vez, lo que oxigenará mucho el resto de los recintos de la ciudad y permitirá a otros clubes entrenar mucho mejor y más tiempo”, señala.
La infraestructura aspira a convertirse en un motor cultural y económico
Transformar la ciudad
Con todo, el Gandia Arena no es solo para los deportistas ni para eventos puntuales: puede convertirse en todo un motor económico, puesto que permitirá atraer espectáculos fuera de la temporada turística, dinamizando el sector terciario y generando actividad local.
“Vivimos en un lugar que se ha hecho muy grande y que atrae a una multitud de operativas que quieren venir aquí a realizar grandes eventos. Además, el resto de los espacios se nos están quedando pequeños”, señala el edil.
A esto le añade que “cuando abra sus puertas, celebraremos allí eventos socioculturales como teatro o conciertos, y estoy seguro de que el Departamento de Turismo lo gestionará de la mejor forma posible y tal y como esta ciudad se merece”.
Identidad cultural
Al mismo tiempo, Alonso ve en el Arena una infraestructura que refuerza la identidad de la ciudad: “se mantiene la apuesta por el deporte, pero también por un espacio para todos”, dice. La energía solar, la planificación de accesos, el diseño funcional: todo ha sido pensado para que no sea un gasto, sino una inversión estructural.
Claro está que el camino no será fácil. La obra ha requerido años de gestación, con presupuestos que hay que cuadrar, estudios y planificación. Pero el momento de la colocación de la primera piedra ha marcado un punto de no retorno.
Para los clubes, es la promesa de más horas; para el Ayuntamiento, la concreción de un proyecto transformador; para la ciudad, la oportunidad de crecer. El Gandia Arena puede convertirse no solo en el latido deportivo de la localidad, sino también en un reflejo de su ambición social y sostenible.



















