Entrevista > Raquel Martínez Casanova / Gimnasta (Villena, 3-agosto-2007)
Hablar de Raquel Martínez Casanova es hablar de gimnasia rítmica. Un deporte al que está vinculada desde que nació, imitando a su hermana mayor, que la acompaña desde los cuatro años.
Con un currículum a sus espaldas envidiable, la villenense destila una madurez impropia de una joven de dieciocho años que nos comenta los sacrificios que realiza para compaginar sus estudios de Ingeniería Civil en la Universidad de Alicante con los entrenamientos.
A caballo entre San Vicente y Villena, Raquel nos atiende a pocos días de su participación en la Copa Base de España, en un deporte que confiesa “nunca piensa abandonar”, que ha curtido una personalidad basada en el esfuerzo y la constancia.
Hace poco lograste el pase al Campeonato de España Base de Gimnasia. ¿Qué pasó por tu cabeza en el instante en que supiste que lo habías conseguido?
Fue un cúmulo de emociones. Sentí una enorme satisfacción y alegría por haber alcanzado uno de mis objetivos de la temporada. También me invadió un orgullo inmenso por demostrar el trabajo de tantos meses. Y, por supuesto, no puedo dejar de mencionar lo agradecida que me sentí por el apoyo de mis entrenadoras, mi familia y mis amigas.
«Ahora, en la universidad, comienzo el día a las seis y media y me voy a dormir a las doce de la noche»
Si tuvieras que elegir una palabra que defina cómo estás ahora mismo, ¿cuál sería y por qué?
Aunque es complicado quedarse con una sola palabra, elegiría expectante. Porque estoy ilusionada y con muchas ganas, pero a la vez que nerviosa.
¿En qué modalidad de la gimnasia te sientes más cómoda y cuál te genera más respeto?
Sin ninguna duda, mi aparato favorito es la cinta, es con el que compito actualmente y con el que me siento más cómoda y segura. En cambio, las mazas son el aparato que más respeto me generan, ya que se requiere de muchísima coordinación. Es como manejar dos aparatos en lugar de uno.
¿Cuál ha sido el reto que te has marcado para esta competición nacional?
Mi objetivo principal es hacer un baile perfecto, o al menos poder reflejar gran parte del trabajo de tantos meses. También quiero disfrutar al máximo de la experiencia.
«Debería haber más equilibrio y reconocimiento para todas las disciplinas, porque detrás de cada deportista hay muchas horas de trabajo»
La gimnasia es un deporte realmente duro, ¿cómo es un día típico en tu vida cuando preparas una competición?
Aunque este año en la universidad no tengo el mismo horario todos los días, voy a basarme en los miércoles. Aproximadamente, comienzo el día a las 6:30 y repaso deberes o la teoría necesaria para las clases de ese día. Voy a clase de 8 a 13:30 y, al salir, mi padre me trae a Villena, de ese modo aprovechamos para hablar un rato.
Cuando llego a casa, como y descanso un rato hasta las 16:15, que es cuando voy de camino al poli. Entrenamos hasta las 20:30 y de ahí mi madre y mi hermana me llevan a San Vicente. Ceno en el coche y, al llegar al piso, solo me queda asearme y estudiar. A las doce de la noche me voy a dormir.
¿Qué sientes cuando escuchas los millonarios salarios que se manejan en otros deportes como el fútbol?
Entiendo que el fútbol mueve muchísima gente y recursos, pero aun así me parece desproporcionado si lo comparas con otros deportes donde también hay un esfuerzo enorme y un nivel de exigencia altísimo. Creo que debería haber más equilibrio y reconocimiento para todas las disciplinas, porque detrás de cada deportista, sea del deporte que sea, hay muchas horas de trabajo, sacrificio y compromiso que muchas veces pasan totalmente desapercibidas.
¿Se puede vivir de la gimnasia rítmica en España?, ¿y fuera de España?
En España, vivir únicamente de la gimnasia rítmica es prácticamente imposible. Las gimnastas de élite necesitan estudiar o trabajar porque los apoyos económicos son muy limitados y la visibilidad del deporte es baja. Fuera de España, la situación mejora en algunos países, como Rusia o Bulgaria, pero aun así sigue sin ser un deporte que permita una estabilidad económica. Al final, casi todas las gimnastas tienen que pensar en una carrera paralela para tener un futuro más seguro.
«Vivir de la gimnasia rítmica es prácticamente imposible, las gimnastas deben tener una carrera paralela para un futuro más seguro»
¿Cómo gestionas los días en que no tienes ganas o estás fatigada? ¿Hay algo que te motive en esos momentos bajos?
No tengo ningún truco en especial, al igual que hay que ir a trabajar o al colegio, también hay que ir a entrenar, independientemente de las ganas. Obviamente, hay días mejores y peores, pero es esa firmeza lo que te acerca a tus objetivos.
Estudiando en la universidad ¿has pensado en colgar la cinta o queda Raquel para rato sobre el tapiz?
Por supuesto que no. Aunque la gimnasia tenga una edad corta, quiero seguir mientras me complete personalmente. Si dejara la gimnasia ahora sería como dejar a un lado una parte imprescindible de mí, ya que si soy como soy es gracias a todos los valores que esta me ha dado. Nunca me desvincularé de este deporte tan bonito.
¿De qué manera compaginas el deporte con tu vida personal?, ¿qué sacrificios realizas?
Lo noto sobre todo en los estudios, porque para alcanzar los objetivos académicos hay que ser muy constante. En lo personal no me afecta tanto, porque soy muy casera y disfruto más en casa con mi familia que saliendo. Con salir unas cuantas veces al mes y ver a mis amigas me sobra. Lo fundamental es poder compaginar entrenos, familia y amigas, y como lo consigo sin demasiadas complicaciones, estoy muy contenta.


















