Hace una década, el director coral Juan Miguel Terrazas quiso emprender un proyecto que llevaba un tiempo rondándole en la cabeza: interpretar el Cant de la Sibil·la en el escenario más emblemático de su ciudad natal, la Colegiata de Santa María.
Para él, esta tradición no era solo un canto: era un puente entre la Edad Media y el presente, entre lo espiritual y lo artístico. “Me apasiona la música medieval y renacentista”, confiesa. Diez años más tarde, la ciudadanía espera con ganas el momento de volver a ver la representación.
Tradición medieval
Este drama litúrgico nació en el s.XIII, aunque bebió de las fuentes del Judicii Signum, un cántico profético previo a la Navidad que empezó a llevarse a cabo en los oficios nocturnos de Francia e Italia durante el s.X. No fue, sin embargo, hasta el s.XIV cuando empezó a consolidarse su versión en catalán convirtiéndose, así, en un momento solemne de la Nochebuena.
Durante el Concilio de Trento (1545–1563) la Iglesia prohibió los elementos teatrales, por lo que El Cant de la Sibil·la desapareció progresivamente de Cataluña, València y el resto de los lugares en los que se celebraba, exceptuando Mallorca y L’ Alguer (Cerdeña). Ya en el s.XX, se recuperaron las versiones medievales del canto, transcribiéndolo, estudiándolo y enseñándolo en los conservatorios. En Gandia, concretamente, los padres escolapios fueron los encargados de volver a llevarla a cabo.
En 1979, comenzaron a representarla en la ermita de Santa Anna durante la Misa del Gallo y en 2013 el acto, que todavía se realiza, fue declarado Bien Inmaterial de Relevancia Local por la Generalitat Valenciana. “Aunque ya existía esa representación, pensé que quizás no todo el mundo podía acudir allí durante la Nochebuena y me propuse hacer otra de la que pudiera disfrutar todo el mundo”, señala Terrazas.
El director se puso manos a la obra y habló con la Colegiata y con el Ayuntamiento para poder seguir adelante con la idea. “Dirigirlo es una responsabilidad porque significa conservar un patrimonio inmaterial, pero también supone tener la ilusión de acercar algo tan antiguo a la gente de ahora y hacer realidad un sueño”, afirma.
«El drama litúrgico nació en la Edad Media y fue prohibido durante el s.XVI»
Se abre el telón
“Los ensayos comienzan justo después del verano”, comenta. No es para menos puesto que la interpretación, en la que participan los coros de Potries, l’Olleria, Villalonga y Benirredrà, está muy elaborada.
Se trata de una producción escénica completa que une teatro, danza y música instrumental. De esta forma, quienes van a verlo pueden disfrutar de la ‘Processó dels Profetes’, la ‘Dansa de la Mort’ y el sonido de diferentes instrumentos en acción. Por supuesto, también aparece la protagonista, que pronostica tanto la llegada del Mesías como la del fin del mundo.
«La versión de la Seu incluye cánticos, teatro, danza y música en directo»
Tesoro reclamado
Respecto al material, las partituras polifónicas se basan en temas del Cançoner de Gandia, un manuscrito del siglo XVI que se los atribuye a compositores como Cárceres o Alonso. “El libro pertenece a la Colegiata, pero se lo prestamos a Barcelona durante los años 20 y no lo volvimos a ver”, cuenta Paco Llorens, director de comunicación y cura de la Seu. “Actualmente está en el Museo de Cataluña, que lo ha estudiado y digitalizado. Hemos pedido varias veces que nos lo devuelvan y no ha habido manera”, añade.
Para él, esta década ha supuesto “recuperar algo que es nuestro y tener un motivo de orgullo por ser este un canto cultural y catequético”. Así pues, lo considera “un motivo de alegría y de satisfacción” y espera poder seguir viéndolo durante mucho tiempo.
«Como cada año, el beneficio se destinará al preventorio infantil»
Solidaridad infantil
Como cada edición, el dinero de las entradas, que ya están a la venta y cuestan cinco euros, estará destinado al Preventorio Infantil Nuestra Señora del Amparo, ubicado en el Real de Gandia.
“Es un buen momento para expresar la caridad y dónde mejor que en esta institución, que pertenece a la parroquia de la Colegiata y necesita ingresos para atender a los niños”, señala Juan Miguel Lloret, director del centro.
Explica que, aunque este no genera dinero, lo utiliza para cubrir la manutención, la residencia y las actividades de los pequeños que acogen, así como para ayudar a sus familias. “Tenemos que racionalizarlo para cubrir sus necesidades, que siempre es lo más importante”, menciona.
Por esa razón, invita a toda la ciudadanía a asistir al acto, que será el día 21. “La fundación tiene un carácter caritativo y ayudamos a los pequeños con dificultades socioeconómicas. Nos nutrimos de los donativos y el que obtenemos gracias al Cant de la Sibil·la es muy importante”, apunta.
Sentido e impacto
El décimo cumpleaños del Cant de la Sibil·la en la Colegiata de Gandia simboliza la consolidación de una apuesta cultural que ha arraigado profundamente en la ciudad. De esta forma, la iniciativa de Terrazas ha convertido el templo en un espacio donde la tradición, el patrimonio y la espiritualidad se encuentran el último domingo antes de la Navidad.
Aunque singular, la puesta en escena gandiense se integra en la tradición mediterránea de esta representación, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial en 2010. Por ese motivo, se ha convertido en un puente entre pasado y presente y en una costumbre local llena de significado.





















