Entrevista > Gerardo Muñoz / Historiador (Melilla, 1955)
Tengo un amigo que siempre dice que si los políticos supieran más historia nos iría mejor. Gerardo Muñoz investiga la historia para ayudar a los jóvenes a que la conozcan y anden por los caminos interconectados de la memoria.
Acaba de publicar ‘Pistolerismo y terrorismo en la España de Alfonso XIII’ (Almuzara), ensayo por el que ha sido galardonado con el XIII Premio Internacional de Divulgación Histórica Juan Antonio Cebrián Villa de Crevillent.
Sombras de la historia
Ha tocado diversos géneros literarios, pero en el que se siente más realizado es en el del ensayo histórico, donde puede dar rienda suelta a su pasión por la historia, esa que considera tan necesaria para entender el mundo de hoy con los ojos del pasado. Capricho del destino, posa para AQUÍ grupo de comunicación en la avenida Alfonso X ‘el Sabio’. para hablar de su tocayo Alfonso XIII.
El último libro de Muñoz Lorente nos permite indagar en una era tan desconocida como peligrosa. Una España donde los crímenes por encargo, la corrupción policial y el espionaje internacional se mezclan con el terrorismo patronal y la brutal represión obrera. Reconstruye la red de alianzas ocultas entre delincuentes, comisarios corruptos, espías y militares, desde los despachos de la corte.
África y el futuro
Abordamos también el asunto del Sáhara español, controversia que analiza históricamente de forma cronológica en uno de sus últimos ensayos en 2024. Charlamos sobre la posición de España en el conflicto y cómo ha variado en los últimos años. Viraje movido por intereses espurios para algunos, o por estrategia geopolítica para otros, como Muñoz.
No tiene reparos en señalar la importancia de África para el futuro de occidente, un territorio en el que nuestra sociedad se está jugando el futuro contra unos enemigos conocidos por la memoria reciente. Peligros que, con los últimos compases políticos, el gobierno de España ha querido seguir en la línea de algunos organismos internacionales.
Me ha traído su penúltimo libro, que se titula ‘Manual de autodidacta’, ¿cómo empezó su pasión por la historia y cuando decidió aprenderla?
He sido autodidacta en todo. Dejé la Universidad en el año 73, porque me equivoqué, escogí Informática y no era lo mío. Desde entonces me dediqué a autoeducarme, intelectual y moralmente.
En este libro cuento cómo desde pequeño he tenido curiosidad por los conocimientos propios, sin dejar de lado los conocimientos ajenos. No me dejo guiar por lo que me dicen los demás, sino por mi propio criterio.
Sus últimos libros tienen que ver con Annual, El Sáhara español y el pistolerismo en la España de Alfonso XII. ¿Por qué escogió estos hechos históricos concretos?
El desastre de Annual me tocó muy de cerca, porque nací en Melilla y un tío mío pereció en ese conflicto. Eso marcó mi interés por ese episodio, uno que señaló la historia de España y desencadenó otros acontecimientos posteriores. Además, entre los soldados que lucharon en esa guerra, hay vecinos de toda la geografía española.
Según fui investigando me encontré con que como consecuencia de ese conflicto se fraguó la dictadura de Primo de Rivera. Al escribir la obra sobre el dictador, obtuve una documentación inédita de los conflictos de la época en Barcelona, que me sirvió para escribir el libro del pistolerismo en la España de Alfonso XIII.
Después me centré en el conflicto del Sáhara español, porque me interesa mucho el tema de los africanistas. El tema del Sahel además es cada vez más actual y preocupante.
«La historia no es un caso aislado, es una cadena»
Los organismos internacionales no se están quedando de brazos cruzados con el tema…
Sí, el asunto del Sahel es importante, de hecho, ciertos reconocimientos internacionales tienen que ver con la relevancia de tener controlada la zona.
Es curioso como la historia está interconectada, y en ocasiones la estudiamos con los episodios de forma acotada. ¿Tiene la historia vasos comunicantes?
Por supuesto, es una cadena. Empecé por el desastre de Annual como podría haber empezado por la Restauración, pero una cosa te va llevando a la otra. Annual te va llevando a la dictadura de Primo de Rivera, eso te lleva a la II República, a la Guerra Civil…
Ahora estoy terminando un libro sobre la historia de la extrema derecha española, y tiene mucho que ver con el Sáhara, porque muchos de los que dieron el golpe estuvieron destinados en África. Quiero ayudar a que la gente joven encuentre un hilo conductor. Con el trabajo que estoy haciendo ahora quiero diseccionar si hay en la sociedad española alguna reminiscencia del franquismo. Hay que desentrañar el motivo por el que hay nostálgicos del dictador.
«Creo que la actitud de Sánchez con Marruecos no tiene que ver con Pegasus»
¿Ha tenido España en su genética histórica un gen de movimientos reaccionarios?
Siempre ha habido movimientos reaccionarios pero ¿dónde estaba la extrema derecha en los gobiernos de González, Aznar y Zapatero? En mi próximo trabajo hablo sobre dónde se encontraba ese movimiento reaccionario en nuestro país, utilizo datos electorales, encuestas del CIS…
Haga un poco de spoiler, ¿dónde estaba la extrema derecha en España en esa época?
(Risas). Durante todos esos años, Alianza Popular era el reservorio de la ultraderecha, lo que pasa es que esa facción estaba muy marginada. El Partido Popular no era un partido de extrema derecha, era conservador, pero en su seno estaba enquistada la ultraderecha. En el año 2013 la gente se sintió defraudada por Mariano Rajoy con determinadas medidas como el matrimonio gay o el aborto, ellos reaccionaron y crearon su propio partido.
En esa época, además, Vidal Quadras y Abascal no tenían cargo político y habían perdido su sueldo…
«Lo que ocurrió en Annual me tocó muy de cerca, nací en Melilla y un tío mío pereció en ese conflicto»
Por cierto, es curioso cómo el franquismo tuvo su prólogo con los africanistas y escribió su epílogo en el Sáhara.
Es así, se tiene que estudiar esta época de la historia de España. No se puede juzgar con los valores actuales las cosas que se hicieron en el pasado, es peligroso caer en el presentismo. Tenían unos valores distintos.
¿Qué opina de los bandazos en el reconocimiento del Sáhara de la diplomacia española?
Es un tema que aquí se está siguiendo relativamente. No sé el motivo real por el que el gobierno de Pedro Sánchez dio ese paso, lo puedo intuir, y puedo dar mi opinión, pero no tengo la información que tiene el presidente del Gobierno.
Me extraña que sea lo del caso Pegasus; son motivos de mucho más peso. Cuando Pedro Sánchez tomó esa decisión estábamos empezando la guerra de Ucrania y hay ucranianos luchando en el Sahel. El futuro del mundo se decide en África.
La OTAN se está viendo en una pinza en la que Rusia está tomando decisiones militares estratégicas en África. El Sahel está pegado a Mauritania y al Sáhara, y allí se está librando una batalla no sólo entre oriente y occidente, sino contra el yihadismo islámico; se está luchando por evitar que haya un nuevo Estado Islámico. Es tremenda la guerra geopolítica que se está librando en África, y esa batalla la están ganando los islamistas. Rusia y los yihadistas ansían conseguir Mauritania.
«No se puede juzgar con los valores actuales las cosas que se hicieron en el pasado»
¿Cuál es el papel de Marruecos en este conflicto?
Marruecos y Argelia nos están protegiendo de todo lo que está ocurriendo en esas fronteras. Con todo lo que está pasando a España no le conviene abrir un frente con su vecino.
¿Están informando los medios bien de los vasos comunicantes de la geopolítica y de la relevancia del grupo Wagner en África?
Claro que se informa, pero no tienen tanta relevancia. Lo que está pasando en Gaza es preocupante, lo de Ucrania también. Entiendo que los mercenarios rusos que operan en África no son tan interesantes a nivel general. África Corps, -el extinto grupo Wagner-, están siguiendo las órdenes directas del Kremlin en contra de los intereses occidentales. El asunto del flujo migratorio tiene que ver precisamente con esto.
«Marruecos y Argelia nos están protegiendo de todo lo que está ocurriendo en esas fronteras»
Su último libro, el del pistolerismo en Alfonso XIII, me ha hecho pensar. ¿Usted cree que si conociéramos la historia de los reyes de España conoceríamos mejor la cadena histórica en España?
Sí, y valoraríamos más el presente, tendríamos más contexto y conocimiento. La gente dice que España nunca había estado tan mal, y es mentira, si uno ve con perspectiva lo que ha pasado en nuestro país, no estamos peor que hace un siglo. Entonces se vivía mucho peor que ahora, asesinaron a cuatro presidentes del gobierno, ahora no hay atentados contra el presidente del Gobierno ni contra el Rey. Hemos superado unas cosas, pero somos reincidentes en otras, como la corrupción.
Se ha superado la época de ETA, estamos mucho mejor económicamente que hace unos años. Si que es verdad que hay más polarización, y desinformación, pero no podemos generalizar. Hay gente que lo está pasando mal, pero si hacemos una comparación de cómo estábamos hace cincuenta años, no estamos peor, al contrario. Hay que mejorar cosas, pero no estamos tan mal.
Hay muchos estudios sobre la reducción de la violencia a lo largo de la historia; atrás quedaron los duelos con pistola para solucionar reyertas, y salvo algún energúmeno que mata al que piensa distinto, como el caso de Charlie Kirk en Estados Unidos, hay paz. ¿Qué ha cambiado?
Es importante no olvidar que hasta hace poco había atentados de ETA, del FRAP, del GRAPO. Hace relativamente poco tiempo teníamos atentados casi a diario. No hemos vivido una guerra, y me gustaría que mis hijos y mis nietos vivieran en épocas de paz, pero no es lo normal, lo habitual es que se vivan conflictos.
No hay violencia, salvo la que provoca la extrema derecha, la extrema izquierda, excepto casos aislados en Cataluña, no provoca tanto conflicto como ellos.
«Es mentira que España nunca ha estado peor que ahora»
Se refiere a nivel nacional, ¿no?
Sí, en España. Esa violencia viene de la extrema derecha. El peligro que tenemos es que eso vaya creciendo, comparado con lo que había hace poco somos más pacíficos, pero a veces nos dejamos llevar por la falta de respeto.






















