Entrevista > Susana Rodríguez Navarro / Presidenta IBV (Villena, 26-octubre-1972)
Nuestra paisana Susana Rodríguez se convirtió en 2024 en la primera mujer que dirigía el Instituto de Biomedicina de València, una entidad de reconocido prestigio que pretende convertirse en referente de la biomedicina en España. Susana Rodríguez ha implementado un nuevo organigrama con una cultura participativa que haga al instituto un sitio atractivo en el ecosistema científico español.
Nos atiende tras recibir la Medalla Margarita Salas, con quien comparte la pasión de reivindicar y abrir la puerta de la ciencia a las jóvenes investigadoras en un momento de cambio de paradigma que considera “muy interesante para aportar innovaciones”.
Comencemos por el principio, ¿qué es eso de la biomedicina?
La biomedicina es entender cómo funciona la vida en sus niveles más profundos. En ella estudiamos los procesos biológicos y moleculares que están detrás de la salud y así entender la enfermedad humana. Es la base sobre la que se construye la medicina del futuro.
«La biomedicina es la base sobre la que se construye la medicina del futuro»
¿En qué se diferencia de la medicina convencional?
La medicina convencional se centra en el paciente: en diagnosticar, curar, aliviar y acompañar. La biomedicina se realiza en centros de investigación, universidades y hospitales y busca ir más allá, entender los mecanismos que explican por qué enfermamos. Es investigación científica que, con el tiempo, se convierte en avances clínicos. Sin esa base, la medicina no podría evolucionar.
Villena está muy orgullosa de tener una científica como tú dirigiendo el IBV. ¿Qué echas más de menos de nuestra ciudad?
Echo de menos la cercanía de la gente, el ambiente familiar y esa sensación de pertenencia que solo te da tu tierra. Villena tiene algo especial: su historia y su cultura. Y, por supuesto, pasear por sus calles y sentir que todo te resulta familiar. Mención especial a mi corazón festero, a su música y gastronomía.
¿Cuándo decidiste encaminar tu carrera hacia la ciencia?
Desde pequeña me fascinaba aprender. Era una niña muy activa e inquieta, deportista y con ganas de saber más. Fue en la universidad cuando descubrí que la investigación era mi camino.
Me atrapó la biología molecular, genética y conocer cómo funcionan las células y los organismos en detalle. Me fascinaba la idea de estudiar la vida microscópica y poder responder preguntas que nadie había resuelto antes. Ese momento marcó mi decisión de dedicarme a la ciencia.
«Me fascinaba la idea de poder responder preguntas que nadie había resuelto antes»
¿Cuáles son las líneas de investigación que destacarías actualmente del IBV?
Nuestro objetivo es claro: transformar conocimiento en salud. Contamos con veintisiete grupos de investigación y más de 180 profesionales, organizados en tres áreas: biología celular y del desarrollo, bases moleculares de la enfermedad y metabolismo, inflamación y envejecimiento. Esto nos permite abordar problemas como el cáncer, enfermedades raras, neurodegenerativas o metabólicas desde una perspectiva multidisciplinar.
El IBV no solo investiga, también construye puentes entre la ciencia y la sociedad, participamos en redes nacionales e internacionales y colaboramos con hospitales. Nuestro reto es seguir atrayendo talento joven y consolidarnos como un referente internacional, pero sin perder de vista lo esencial: que la ciencia que hacemos aquí tenga un impacto real en la salud y en la calidad de vida de las personas.
La investigación en España no goza de buena salud, ¿cómo crees que podríamos retener al talento joven?
Tenemos que ofrecerles estabilidad y condiciones dignas para que puedan desarrollar su carrera aquí. Eso implica más financiación, contratos más seguros y redes internacionales que les permitan crecer sin tener que marcharse. El talento está, solo hay que cuidarlo.
También considero imprescindible aumentar la conciencia de la ciencia colaborativa y compartida. Dejar de fomentar modelos de éxito únicamente individuales y premiar las colaboraciones reales.
¿Qué ha supuesto para ti recibir la Medalla Margarita Salas del CSIC 2025?
Ha sido un honor enorme. Margarita Salas es un referente para todos y todas los que hacemos ciencia en España, y recibir un reconocimiento que lleva su nombre es muy especial. Para mí significa que el trabajo de todo mi equipo tiene impacto y que seguimos el camino que ella abrió. He querido destacar que es un logro de laboratorio, nunca individual.
«Margarita Salas es un referente para la ciencia en España, y recibir un reconocimiento que lleva su nombre es muy especial»
¿Cómo valoras el legado de Margarita Salas para las generaciones de científicas españolas?
Su legado es inmenso. No solo por sus descubrimientos en biología molecular, sino por su lucha para que la ciencia tuviera un lugar en España y para que las mujeres pudieran liderar proyectos. Es un ejemplo que nos inspira cada día.
Has sido condecorada por tu trayectoria en supervisión de personal investigador en el área de vida, ¿qué hábitos deberíamos cambiar en la población para mejorar nuestras vidas?
Deberíamos cuidar más lo básico. Una alimentación equilibrada, ejercicio y salud mental. Las relaciones sociales y la calidad de una vida equilibrada son claves para llegar a mayor con salud.
¿Cuál es el consejo principal que le das a los jóvenes profesionales con los que te cruzas?
Que no se cierren puertas ellos mismos, que busquen aquello que les apasiona y nunca pierdan la curiosidad y las ganas de aprender. Parece que está quedando atrás una manera de hacer las cosas y nos encontramos en un momento muy interesante para aportar innovaciones.


















