Entrevista > Ignacio Amirola / Presidente de INECA (Alicante, 6-junio-1975)
Nos recibe en el Club de Regatas de Alicante, quizá porque sabe que la institución que representa ejerce de faro de los buques insignia empresariales de la provincia en el mar revuelto de la inestabilidad política.
Ignacio Amirola es presidente del Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante (INECA). Estudió Empresariales en ESADE, compartió clase con Risto Mejide y al hablar le delata sibilinamente un acento bilbaíno pulido por la brisa levantina.
Salvar a los ciudadanos
Hacemos la entrevista -cosas del caprichoso destino- en un sofá con aires del chester con el que Risto Mejide charla con sus invitados. Me confiesa que el famoso presentador ya llevaba las gafas de sol por entonces.
Charlamos precisamente sobre las gafas opacas que algunos dirigentes se ponen para no ver el elefante en la habitación. Ese mamífero saldrá mucho durante la entrevista. Quizá por los ruegos de Amirola para que los dirigentes piloten un arca de Noé que salve a los ciudadanos de los grandes diluvios existenciales.
¿Va viento en popa la provincia de Alicante?
La provincia tiene un potencial enorme desde el punto de vista económico y desde el punto de vista social. A nivel macroeconómico está creciendo y los números son positivos, y se puede decir que la economía va bien, pero creo que sufrimos los mismos males que se dan en España a nivel microeconómico, que esa bonanza económica no se traslada a los ahorros de las familias.
¿Por qué cree que no se trasladan a las familias esos buenos datos?
Hay varios motivos, el primero de ellos es que las familias tienen menos renta disponible para el consumo. Otro es que la presión fiscal es enorme, y esta no se ha deflactado con respecto a la inflación, y eso genera menos recursos para el consumo y el bienestar.
El segundo motivo es el problema de la vivienda; las familias cada día tienen que invertir más recursos en ese bien, y eso afecta a todos los núcleos. El gobierno no ha sabido abordar ese reto de forma inteligente. Estamos en un entorno en el que se produce la dicotomía de ver cómo la economía va bien, pero eso no cala en los hogares españoles.
«Esos buenos datos macroeconómicos no están repercutiendo en las familias»
Hay un clásico en comunicación que se titula ‘No mires a un elefante’, que habla de los mecanismos para desviar la atención de problemas en la gestión de crisis, ¿hay muchos elefantes en nuestro país?
Efectivamente hay un dicho anglosajón que muchas veces no se ve el elefante en la habitación; creo que lo ven perfectamente lo que ocurre es que no quieren tomar medidas para mitigar el problema.
En España tenemos una clase política que toma las decisiones en función de sus intereses electorales y no en los intereses de los ciudadanos. Eso provoca que no se tomen medidas eficientes, se mira el mero beneficio partitocrático.
En Francia el sistema está colapsando, ya vimos cómo un primer ministro dimitió por decir la verdad sobre la insostenibilidad de las pensiones, ¿puede pasar aquí lo mismo?
El sistema de pensiones tal y como está planteado no es sostenible. Los de mi generación ya nos planteamos si cobraremos la pensión o no y tenemos que ahorrar de forma privada. No se toman decisiones estratégicas pensando en el largo plazo, se plantean los dilemas con perspectiva electoral, son medidas cortoplacistas y nadie quiere llevar a cabo decisiones contundentes. No piensan en el ciudadano, sólo en el aliciente electoral.
Eso provoca que seamos poco optimistas desde el punto de vista económico en España y en la provincia de Alicante. Estamos situados alejados de los conflictos, donde hay cierta estabilidad económica, y aquí se acoge muy bien a la inversión. Eso genera que España tenga unas perspectivas altas de crecimiento. Siempre digo que en nuestro país irán bien las cosas pese a los políticos.
«No se piensa en el ciudadano, sólo en el aliciente electoral»
Hablaba de los conflictos. Genera cierta desconfianza la vinculación de la subida de los precios a guerras como la de Ucrania, ¿cree que usan ese mantra como una neblina para ocultar a un ‘elefante’?
La clase política está intentando siempre desviar la atención sobre lo realmente importante. Desde el punto de vista microeconómico, el elefante que no quieren ver es el de la vivienda. Ya se ha visto que topar el precio o poner los límites puede ser atractivo a nivel electoral, pero no surte efecto. Lo que no quieren ver es la carga tributaria, una que podría reducir considerablemente la carga del precio de la vivienda.
Se debería llevar a cabo una reducción de los impuestos para la compra de la primera vivienda, fomentar que los jóvenes tengan la posibilidad de ejecutar la compra de una casa. No hay medidas en cuanto gravamen, estamos en una situación que es la pescadilla que se muerde la cola; mientras los gobiernos no tomen capacidades en largo plazo, vamos a seguir sufriendo esa toma de decisión egoísta.
En las conversaciones cotidianas el tema de la vivienda es muy recurrente, sin embargo da la sensación de que los dirigentes no hablan de ello tanto como deberían. ¿Hay una desconexión de la clase política de la ciudadanía?
Hay una desconexión absoluta con respecto a la clase social. Lo primero es que tenemos un gobierno que lleva gobernando siete años, y eso es un periodo considerable para hacer cosas relevantes. Decía el presidente hace unas semanas en una entrevista que el gobierno no estaba para legislar. La separación de poderes se está poniendo en tela de juicio, el ejecutivo minimiza su labor, como si el legislativo no fuese importante.
Por un lado, el ejecutivo toma las decisiones pensando en el bien particular del partido. Y por otro, el poder judicial está completamente colapsado y se produce una injerencia constante de los poderes políticos. Eso hace tambalearse a los poderes más sólidos de cualquier democracia.
A menudo pienso que tiene que ser frustrante ser diputado, trabajar, y que todo lo que haces queda en saco roto porque no sale adelante.
«La clase política intenta siempre desviar la atención sobre lo realmente importante»
¿Tiene esperanza en que quedan caballeros blancos en los parlamentos?
Suelo pensar que la mayor parte de las personas tienen buena intención. El problema que hay es que el poder fáctico que está siempre por encima hace que todo trabajo sea estéril, y eso es un lastre para la ciudadanía.
Mis hijos leían el otro día el periódico y me preguntaban que si en España se pagaban muchos impuestos. Yo les decía que era importante pagar impuestos, pero que no se gestionaban de la forma correcta; nos hemos anestesiado en la ineficiente gestión fiscal.
¿Sus hijos leen el periódico?
Lo leemos casi todos los días.
«Nuestra provincia tiene un plantel universitario y un potencial económico envidiable»
Hay esperanza…
Sí, sí que la hay.
Hablando de los poderes fácticos, ¿se conseguirá romper el círculo vicioso de poner todos los huevos en la cesta del turismo?
No creo que se tenga que romper nada. Que España sea un país con un gran atractivo turístico es maravilloso, el turismo supone el 12% del PIB, y para Alicante sobre todo. Somos una potencia turística mundial y eso es maravilloso.
Lo que sí que creo es que debemos potenciar otras industrias, otras fuentes de generación de riqueza, entre otras cosas por los vaivenes que hemos tenido. Tuvimos la crisis de 2008, la pandemia, la dana, la inflación… Es inteligente el intentar diversificar. Mi abuela precisamente decía que había que poner los huevos en distintas cestas. Tenemos grandes potencialidades como la agrícola, y creo que es compatible potenciar otras industrias con surcar la ola del turismo.
«Alicante necesita potenciar otras industrias además del turismo»
En Alicante hay un fuerte tejido empresarial, de hecho se celebran a lo largo del año grandes galas empresariales. Sin embargo, hay la sensación de que aquí tenemos menos oportunidades que en otras ciudades como Madrid… ¿Está fallando algo?
No podemos comparar Alicante con Madrid. En nuestra provincia cada vez hay más oportunidades, tenemos un plantel universitario y un potencial económico envidiable, con grandes empresas y, como tú decías, un tejido empresarial muy fuerte.
Alicante es un gran sitio para vivir y crecer profesionalmente, de hecho, cada vez viene más gente a vivir por las oportunidades laborales y de vida.
Cambiando de tercio, le han nombrado una de las majestades reales de la ciudad de Alicante para 2026, he estado ensayando el saludo delante del espejo, no sabía muy bien cómo tenía que saludarlo. ¿Qué siente?
(Risas) Es un gran honor, para mí la Navidad es la fiesta más importante del año. También siento cierta responsabilidad, hay que ayudar a que la ilusión llegue a todas las casas.
«Deseo que para 2026 se apacigüen las aguas de todos los conflictos internacionales»
¿Qué es la Navidad para Nacho Amirola?
Soy católico y para mí es la celebración del nacimiento de Jesús, no tenemos que perder esa referencia. Es momento de disfrutar de la familia, de estar juntos.
¿Cuál es su deseo para este 2026?
Que se apacigüen las aguas de todos los conflictos internacionales alrededor del mundo, y que no haya tantos enfrentamientos que causan tanto sufrimiento. Ojalá se llegue a acuerdos de paz. También deseo que se reduzca la polarización, que los Reyes Magos nos traigan más consenso, sentido común y cariño; buscan dividirnos y enfrentarnos.
Hablaba de los conflictos internacionales y de la ilusión en todas las familias, a veces da la sensación de que a los que gobiernan les importan más lo que ocurre extramuros de nuestro país que lo que pasa en nuestros hogares…
Creo que una cosa no quita la otra. A nuestros dirigentes lo que les preocupa es ellos mismos; pues a partir de ahí, las decisiones que puedan tomar son egoístas. Hay que involucrarse en los conflictos internacionales, y eso no merma que haya interés en los problemas de aquí.
La única responsabilidad de los gobernantes es que mejore la calidad de vida de los ciudadanos, y eso no está ocurriendo.





















