Una guía turística, llamada justo así y co-editada por el propio Ayuntamiento, lo tenía muy claro: “En cuanto a la noche santapolera, comienza apenas ponerse el sol. Para los más jóvenes primeramente quedar en alguna cervecería o pub, para acudir posteriormente a alguna de las discotecas cercanas. Si somos más atrevidos y pensamos trasnochar un poco, podemos comenzar en terrazas y cafeterías del centro”.
¿Nada más? Sigue: “barajando la posibilidad de continuar más tarde en los chiringuitos de la playa o en alguna de las discotecas de la salida de Santa Pola”. El librillo está fechado en 1996 y nos daba claves a propósito del ocio nocturno santapolero, que nos remiten más a un panorama estival, de asueto veraniego, que de todo el año.
Lema turístico
‘Desestacionar’ la visita turística, fomentar el flujo constante de visitantes, además de reforzar la relación del municipio en general, y hasta de la ciudad en particular, con el mar; y cebar el concepto de cercanía, sobre todo con las ya urbes Alicante y Elche, en cuya área metropolitana compartida se inscribe Santa Pola. Una serie de ideas que marcaron la imagen santapolera en ferias como FITUR.
Para ello, un lema, utilizado en las campañas de 2006 y 2007: ‘Santa Pola, la Mar de cerca’. En la pequeña guía editada con tal nombre, lo de la diversión al caer el sol se nos morigeraba un poco: “Para empezar la noche con buen pie, nada mejor que disfrutar de buena música y excelente ambiente en cualquiera de las cafeterías, pubs, terrazas y locales que rodean el Castillo”. ¿Y ahora, hay ocio nocturno?
Fomentar un turismo desestacionado fue la campaña 2006 en FITUR
Discoteca mítica
Aún seguía el folleto: “Y los que quieran continuar disfrutando de las posibilidades que ofrece la noche santapolera, después de recorrerse el centro de la población, pueden optar por los chiringuitos de las playas o las discotecas”. Bueno, disminuía el entusiasmo, pero el fondo se resolvía en tres cuartos de lo mismo. Ya puestos, era aún la época en que triunfaba la discoteca autóctona Camelot (1989-2014).
Construida simulando un castillo, saludando a la grey chunda-chunda de la época tan pronto accedías a la localidad por la carretera N-332, tanto si venías del norte o el sur de la provincia, o por la CV-865, enlazada con Elche, se había convertido en un punto de referencia en la extensión vinalopera de la ruta principalmente vegabajense de música electrónica. Nuestra propia ruta ‘destroy’.
Nos habíamos convertido en punto de referencia en nuestra ruta ‘destroy’
Traslado forzoso
Bueno, que paren las lágrimas. Sí, aquella Camelot cayó bajo los cucharones de las excavadoras, cediéndole el solar a una zona comercial e industrial. Pero los responsables del local se embarcaron en la promesa de una gala recordatorio anual (este, el 36 aniversario) aparte de que en 2017 (según la confusa fecha que te dan y tu memoria aporta) reabría.
Más pequeña, menos historiada, pero junto al mar, en la avenida Vicente Blasco Ibáñez. ¿Y pare usted de contar? No. Así, la antigua Coyote se transformaba en 2023 en el actual Bunker Disco Pub. Adobemos este exiguo listado compaginando los diferentes inventarios más o menos oficiales, lo que nos daría entre veinte y veinticinco locales de ocio nocturno, incluyendo bares, chiringuitos y pubs.
Entre veinte o veinticinco locales coperos nos dan los listados más o menos oficiales
Jaraneos vespertinos
¿Sé percibe así desde la calle? “Sería en aquellas décadas, ahora nada de nada, imposible tomarse unas copas”, te dicen. En realidad, no es por falta de oferta física (y alguna asegura que truena hasta las seis y media de la mañana), pero es cierto que las posibilidades jaraneras nocturnas se circunscriben más a lo veraniego, ‘chill-outs’ (o sea, relajarse entre música y copas) y demás.
Que los ‘chill-outs’ (relajarse o enfriarse) nacieran en Londres en 1989 (en el club Heaven) y se popularizaran desde Ibiza en los noventa ya nos da alguna pista incluso de las edades (la juventud acaba desplazándose también a las cercanas Elche y Alicante, aunque solo vía carretera). Y llegaba también otro invento: el ‘tardeo’, que si bien se extendió a toda España y aún traspasó fronteras, era muy autóctono.
Ampliación de horarios
Mercado Central, calle Castaños. En estas localizaciones de Alicante capital surgía con el nuevo siglo el asunto en sí, que no solo robó a la noche a quienes, en muchos casos, ya crecidos, la habían ‘creado’, sino que volcó la actividad de muchos establecimientos, que abrían más tarde, hacia este nuevo segmento copero. Y en 2020, llegaron, cerrando locales, la pandemia y el confinamiento.
Santa Pola, no obstante, sigue conservando algo del centro, la costa o calles como Vicente Blasco Ibáñez o aledaños, aunque priman los restaurantes. Durante el pasado verano, pese a su lucha por la oferta desestacionada, el Ayuntamiento amplió los horarios de cierre (hasta las cuatro: cafés-teatro, pubs, salones de banquete; y las dos y media para bares, cafeterías, restaurantes, salvo en zona portuaria, hasta las tres). El caso es poder no quedarse en casa.





















