Jorge Cremades / Cómico
Hoy en día redes como Instagram y TikTok están llenas de cómicos novatos que intentan hacerse un hueco en el mundo de la comedia a base de cortos pero chocantes vídeos humorísticos. Sin embargo, hace una década cuando Jorge Cremades (Alicante, 1-abril-1988) empezó a colgar sus bromas, se encontró un campo todavía bastante inexplorado. Así fue como se convirtió en todo un referente para los miles de humoristas que luego aspiraron a sucederle.
Actualmente sigue subiendo vídeos, mientras que triunfa con su espectáculo ‘Desempleado del mes’ incluso fuera de nuestras fronteras y acaba de debutar en el mundo del cine. Sin duda, Jorge se ha convertido ya en uno de nuestros referentes alicantinos más reconocibles.
«Mis primeros vídeos de humor los grabé en Vistahermosa»
¿Cómo recuerdas tu infancia en Alicante?
Empecé estudiando en el colegio Sagrados Corazones y luego en el instituto Jaime II. Ya por entonces abrí un canal de YouTube llamado ‘Me meo fuera’ donde colgaba vídeos. Solía grabarlos por las calles de Vistahermosa, que era mi barrio.
Tras terminar de estudiar empecé a trabajar en el Ayuntamiento de Alicante junto con mis padres, que son ambos funcionarios municipales. Él era informático, aunque ya está jubilado, y mi madre todavía sigue allí. De hecho, mis tíos también son funcionarios, tengo toda mi familia metida en el Ayuntamiento (risas).
Ahora me paso mucho tiempo fuera, pero en Alicante es donde tengo mi casa y siempre la llevo en el corazón.
Si no estoy mal informado, en principio tu ibas para informático como tu padre. ¿En qué momento te dio por ser cómico?
Trabajaba con mi padre y empecé a estudiar Informática. Sin embargo, siempre me ha gustado mucho el tema de hacer tonterías y risas. Por eso me compré una pequeña cámara y empecé a grabarme con mis amigos para subirlo a YouTube, ya que por aquel entonces Instagram todavía ni existía.
Entonces me enteré que en el Centro 14 había un curso para hacer teatro, monólogos y demás… y la verdad es que aquello me encantaba.
¿Fue entonces cuando te marchaste de Alicante para estudiar Arte Dramático?
Sí. Porque en realidad cuando me apunté al Centro 14 el curso de teatro ya estaba a mitad, y yo me quedé con ganas de más. Entonces la profesora me recomendó que me matriculara en unas clases especiales que organizaban para chavales que querían apuntarse en las universidades de Madrid y Murcia para estudiar Arte Dramático.
Sinceramente me inscribí solo por seguir dando clases, porque en ese momento ya estaba trabajando en el Ayuntamiento y no tenía ninguna intención de irme de Alicante. Sin embargo, los profesores me dijeron “Jorge si es que está todo muy bien… ¿no te quieres presentar por si acaso?”. Y yo respondí “Pues venga” (risas). Al final me presenté a las dos universidades y en ambas me cogieron. Así que me marché a Madrid a estudiar.
«Me inspiro mucho en ‘Friends’ para mis vídeos porque me encanta su humor cotidiano»
¿Cómo fue tu gran salto y conquista de las redes sociales?
Todo empezó cuando apareció Vine, una aplicación parecida al actual TikTok para publicar vídeos de apenas seis segundos de duración. Hoy ya no existe, pero por aquel entonces me vino muy bien y todo este contenido funcionó mucho. Se fue creando una bola cada vez más grande.
Hasta que de repente Instagram permitió publicar vídeos, y yo los volqué todos ahí. Mi canal creció tanto que ya llegó un momento en el que dejé de estudiar para dedicarme íntegramente a ello.
¿Recuerdas cuándo fue la primera vez que lograste monetizar un vídeo?
No recuerdo cuál fue la primera vez que me pagaron con dinero, pero sí cuando me dieron algo a cambio. En concreto me pidieron dos vídeos de Vine por unas gafas de sol (risas). Era una época en que estaban muy de moda las gafas tipo madera, y me regalaron unas por hacerles promoción.
¿De qué iban aquellos primeros vídeos? ¿Qué tipo de humor hacías en tus inicios?
Un humor muy cotidiano, de esas cosas que nos pasan a todos. Al final ese es el tipo de humor que siempre me ha acompañado. Por ejemplo, recuerdo uno parodiando que cuando lavas una cuchara te mojas, que funcionó súper bien.
Eran los principios del humor rápido por internet, todo un mundo sin explorar. Aunque lo grababa muchas veces con mi propio móvil, sí que jugaba con cambios de plano y otras técnicas. Podías subir todo tipo de contenido y la gente lo agradecía mucho. No había la sobrecarga que hay ahora.
«Mucha gente comparte mis vídeos porque les recuerdan a situaciones y personas reales»
Quizás por lo más se te suele identificar sea por tus vídeos riéndote de la ‘guerra de sexos’, ¿no? Has explorado muchísimo el humor sobre las relaciones entre hombres y mujeres.
Sí, porque al final lo mío es el humor cotidiano, y no deja de ser cosas que nos pasan a todos. Todo esto me surgió de una manera muy natural. Evidentemente no es que todo lo que muestro me haya ocurrido a mí, pero sí he vivido muchas cosas parecidas con las que yo mismo me identificaba. Llegó un momento en el que si cualquier amigo o amiga me contaban que les había pasado tal cosa con su pareja… yo hacía un vídeo (risas).
De hecho, soy muy fan de ‘Friends’, donde había mucho humor de situaciones entre amigos y novios. Es un tipo de humor que me encanta porque lo veo muy blanco, esquemático y para todos.
Yo te conocí porque llegó un momento en que tus vídeos se compartían tanto… que ya estaban en todas partes. ¿Cómo conseguiste esto?
Como te decía antes, porque en aquel entonces los vídeos de humor rápido por internet estaban empezando. Así que en cierta parte tuve la suerte de estar en el momento y en el sitio adecuados. Desde luego me vi muy beneficiado de toda esta tierra sin explorar.
Y, por otra parte, creo que mis vídeos se comparten tanto porque mucha gente se siente identificada con ello o les recuerda a alguien. Por ejemplo, un amigo al verlo piensa “esto me recuerda a David porque él es justo así”, y te lo envía.
Por eso, aunque eran vídeos publicados en Vine o Instagram, al final también acababan llegando al Facebook y a muchos otros rincones de internet.
Llegado un momento pasaste de hacer vídeos de apenas unos segundos, a subirte a escenarios para dar monólogos de hora y media. Menudo cambio, ¿no?
Desde luego. Fue un proceso que aprecié mucho. Como venía con esa fuerza de las redes sociales, desde mis primeras actuaciones ya conseguía llenar teatros. Tuve esa ventaja respecto a otros cómicos que, desde que empiezan a actuar en público, quizás se ven abocados a un proceso mucho más tedioso hasta conseguir aforos completos.
Para mi primer monólogo me busqué la ayuda de guionistas muy buenos que me ayudaron mucho. También el humorista Joaquín Castellano fue un gran apoyo tanto moral como cómico. Recuerdo que cuando vi sobre el escenario que todo lo que había practicado tanto salía bien, y la gente se reía y me aplaudía… ¿pues que te voy a decir? Te sientes de maravilla.
«Gracias a las redes pude llenar teatros desde que empecé a hacer monólogos»
Aunque tu humor es bastante universal y te cachondeas de todos por igual. ¿Dirías que tienes un público objetivo de una edad o género determinados que te sigan especialmente?
Claro. El mismo público objetivo que tiene Instagram (risas). Es decir, gente entre 24 y 44 años, que también coincide con mi propia edad. En cuanto a géneros, he pasado épocas en las que me seguían más hombres que mujeres, pero a día de hoy ya está muy a la par, en un 52-48% más o menos.
Ten en cuenta que me junto con amigos treintañeros, y me inspiro en aquello que nos ocurre. Al final es normal que la gente se identifique más con personas de su edad. Por ejemplo, ahora estoy haciendo muchos vídeos sobre temas de trabajo, que también es otro tema con el que se identifica todo el mundo.
A pesar de que tu humor es bastante blanco, tú tampoco te has librado de la cultura de la cancelación. Recuerdo que hace años te cancelaron en Elche porque no le gustabas a no sé qué político. ¿Cómo llevas esto de los límites del humor?
Al final esto es otra consecuencia de llevar más de una década explorando un terreno que estaba sin explorar. Es normal que, hasta que encuentras el camino que quieres, te ocurran ciertas cosas. No creo que el humor tenga que estar bajo regulación, pero soy consciente de que llego a mucha gente y estas situaciones pueden ocurrir.
De todas formas, me lo tomo como un aprendizaje. Igual que el público puede aprender a entender mejor ciertas cosas, los artistas también debemos saber qué palos debemos tocar y cuáles no. Yo mismo me he dado cuenta de que ciertos chistes hacen mucha gracia en casa o con amigos, pero que publicados en redes sociales no funcionan igual.
Es un poco triste que esa censura invisible os limite a los cómicos, ¿no?
Bueno. En realidad, hago mi contenido con el objetivo de agradar a la mayor gente posible. Si subo un vídeo a Instagram y veo que los primeros comentarios no son positivos… eso me indica que quizás no debo seguir por esa línea.
Otra historia sería que mi especialidad fuera el humor negro, por ejemplo. Sin embargo, en mi caso, busco otro tipo de bromas. De hecho, a veces simplifico un chiste, no porque me parezca polémico, sino porque pienso que es demasiado complejo como para que lo vaya a entender bien mucha gente.
«No creo que el humor de los años 90 o 2000 fuera mejor, simplemente era diferente»
¿Y no te ha rondado por la cabeza explorar temas menos universales en el futuro, para audiencias más concretas?
Sí. Porque cuando imagino vídeos, por supuesto no solo pienso en que le guste a la gente… sino también a mí mismo. Sin embargo, te confieso que a veces he intentado hacer algo más absurdo que me hacía mucha gracia, pero no ha acabado de gustar.
Por eso te digo que mi público lo que quiere es algo cotidiano con lo que se pueda identificar. Después de tanto tiempo en esto, acabas moldeando tu humor. Aún así no siento que haya cambiado mi estilo, porque te aseguro que todo lo que subo a mí es el primero que me hace gracia.
¿Crees que los humoristas de la anterior generación tipo ‘Cruz y Raya’, ‘Los Morancos’, ‘Gomaespuma’ o ‘Martes y trece’ lo tenían más fácil que vosotros para hacer chistes? ¿O simplemente es diferente?
Es diferente. Me niego a pensar que no es una buena época para ser humorista, porque siempre es un buen momento para reírse. De hecho, ha habido periodos de la historia en que los humoristas se han tenido que enfrentar a situaciones más drásticas de la que vivimos ahora. Sin embargo, el humor es imparable.
Por supuesto de niño me encantaban esos cómicos que mencionas, pero hacían otro tipo de humor al actual. A mí sinceramente me da igual de qué tipo sea, lo importante es que haya humor. Por eso me siento enormemente agradecido de ser cómico y poder hacer reír a tal cantidad de gente.
Recientemente has dado incluso tu salto al cine con un pequeño papel en ‘Sujétame el cubata’. Para quien no la haya visto aún, ¿de qué va esta película?
Esto fue a raíz de una llamada de JJ Vaquero, que también me ayudó en su día como guionista para mis monólogos, y me comentó que el director me quería a mí para una escena de la nueva película que estaba grabando.
Básicamente cuenta la historia de ‘El Erizo’, que es el local que tiene Vaquero en Valladolid. En un momento dado quiere venderlo. Sin embargo, como no lo consigue, decide contratar a un grupo de cómicos para darle más bombo y subir su caché. Evidentemente aquí ocurren todo tipo de peripecias que se cuentan en la película. Es una comedia muy íntima y coqueta.
«Al viajar fuera noto que cada vez más gente conoce Alicante»
¿Cómo fue tu experiencia como actor de cine?
En realidad solo salgo unos minutos, así que lo rodé todo en un solo día. Como me dijeron que podía aportar lo que quisiera al personaje… prácticamente reescribí toda la escena (risas). El propio Vaquero me propuso que llamara a mis amigos para que hicieran de extras, así que también salen (risas). Así que para mí fue un tesoro, pasamos un día increíble.
Recuerdo que, al ver la grabación con mis amigos, nos reíamos más de vernos a nosotros mismos que de lo que realmente ocurría en la escena (risas).
Últimamente has estado mucho en Miami. ¿Qué haces por allí?
Acabo de cerrar una gira en Miami para febrero con mi show ‘Desempleado del mes’, así que me pasaré una temporada por aquí. Tengo muchos seguidores también en Latinoamérica, sobre todo en países como Perú, México o Argentina. Como en esta ciudad se juntan muchos perfiles sudamericanos, ya actué el año pasado y me fue muy bien.
¿Mantienes tu vínculo con Alicante? ¿Te veremos por aquí actuando próximamente?
Claro. En mayo de 2026 tengo ya programada una actuación en Elda. Voy a Alicante cada dos por tres, y por supuesto en estas Navidades estaré allí con mi familia. Aunque por desgracia éste fue el primer año de mi vida que no pude estar en Hogueras, por tema de trabajo.
Recuerdo que vi la primera mascletá por la televisión y estaba tirándome de los pelos por no estar allí en primera fila con la gente (risas). Además, mi hermana está metida en la comisión de Sant Blai-La Torreta.
Le tengo mucho cariño a Alicante, no solo por la familia y amigos, sino porque es una ciudad que veo cada vez más abierta y cosmopolita. Me encanta lo bien que se trata aquí a la gente. Es un secreto cada vez menos secreto, porque al viajar fuera me doy cuenta que ya todo el mundo conoce Alicante.






















