Antonio Gomis / Pintor
Antonio Gomis (Crevillent, 22-marzo-1965), uno de nuestros pintores más reconocidos, resalta que el dibujo ya se le daba bien de pequeño, herencia posiblemente de su padre homónimo. “Él trabajaba en el textil y no paraba de hacer dibujos de alfombras”, recuerda.
En el instituto, desmotivado por el dibujo técnico, aparcó esta afición. “Pasé a la fábrica de corte y confección que creó mi padre, tarea que desarrollé muchos años, hasta su jubilación”. Quiso entonces formarse más y estudió Bellas Artes en Altea, “ya mayor”, sonríe.
Pintor excepcional de paisajes, Gomis confiesa que muchas de sus obras son por encargo y que le encanta pintar en la calle, “un modo de atraer al público”. Asimismo, imparte clases y es socio de la Asociación de Bellas Artes de Elche.
¿Tu estilo es sobre todo naturista?
Todo procede de los cursillos intensivos que realizaba los fines de semana. En ellos dibujábamos al natural, es decir, poniendo el caballete en la calle para pintar lo que veíamos.
Ese estilo me fascinó, me enganchó por completo, también después de participar en concursos de pintura rápida. Allí realmente me solté, cogiendo mi sello personal.
¿En qué consisten exactamente?
Tienes un tiempo limitado para finalizar el cuadro, entre cuatro y seis horas. Soy capaz de hacer obras grandes, de 1m x 1,20m, combinando talento y velocidad, virtudes que me permiten pueda resolver ahora más rápido.
He ganado incluso algún concurso, o vendido un sinfín de cuadros al finalizar el evento.
¿Cuál es tu metodología de trabajo?
En casa dispongo de un pequeño estudio donde desarrollo las piezas. Las hago a mano alzada, mediante una imprimación de gesso, material parecido al yeso, más cremoso. Sigo con lápices compuestos, carboncillos, barra grasa, acrílico…
¿Cómo acuerdas los encargos?
Suelo exponer, habitualmente en el Mercado Medieval de Crevillent. Llevo a cabo cuadros representativos de la localidad, calles ya desaparecidas o el Teatro Chapín, y gustan; a partir de ahí piden encargos, de todo tipo.
«Hago obras grandes, con talento y velocidad, virtudes que me permiten que pueda resolver ahora más rápido»
¿Pones título a tus obras?
Habitualmente sí. Estoy muy orgulloso de las dedicados al Teatro Chapín, al menos quince, los centrados en la Basílica de Santa María de Elche o ‘El Barco’, una calle donde nuestros padres y abuelos paseaban en los años cincuenta.
Otros que igualmente agradaron fueron ‘El Tertulia’ y ‘El Cantó’.
¿Dónde más expones?
En 2016 hice una muestra en la cripta de la iglesia, le siguieron varias en la Casa de Cultura, en el Convento de las Clarisas de Elche y en la Asociación de Bellas Artes, igualmente en la ciudad ilicitana. Todas están visibles en mis redes sociales.
¿Ahí se pueden adquirir tus cuadros?
Exacto, o por las propias redes, que no dejan de ser un escaparate de mi trabajo. No obstante, mi mayor reclamo son los mercados medievales.
¿Los de Crevillent y Elche?
Ambos. Por medio de la asociación el primer domingo de cada mes sacamos las obras al parque de enfrente. Me pongo a pintar y eso llama la atención de todos los presentes: se acercan, me preguntan, aprecian el estilo… ¡Es la mejor promoción!
Siempre que puedo coloco el caballete y me pongo a pintar en la calle, me encanta, disfruto muchísimo. Al principio sentía timidez, no sabes cómo se acogerá.
Timidez que ya desapareció.
Hace años. Ahora estoy en un concurso de pintura y es común que se sitúen tras de mí quince o veinte personas. Ven cómo el cuadro va avanzando y, lejos de intimidarme, me motiva, que me digan ¡qué chulo!
En este sentido, ¿el público en general valora tu arte?
Algunos sí; otros no tanto. He tenido clientes a los que les fascina mi estilo, mis cuadros, pero les digo el precio e intentan regatear. Son conscientes, sin embargo, que tiene un valor.
«En un concurso es común que se sitúen tras de mí quince o veinte personas, viendo como avanza el cuadro»
¿Ser pintor es complicado?
Mucho, vendo alguna de mis obras, lejos de las que quisiera, obviamente. Los que están interesados jamás discuten el precio, saben el esfuerzo y talento que hay detrás.
¿Ahora te encuentras focalizado en…?
Una vez finalizados una serie de encargos para Navidad, volveré a una de mis tareas principales, encargos para un decorador. Me trae lienzos que transformo en cuadros grandes.
Trabaja por toda España y los últimos que me ha pedido son de la Catedral de Málaga, la Basílica de la Almudena y la Puerta de Alcalá de Madrid, y la Catedral de Murcia, tan singular. Esto me garantiza estar ocupado gran parte del año.
Realmente estás en tu mejor momento.
Pienso que sí, aunque me ha costado mucho llegar. Tuve una vida laboral confeccionando textil antes de hacerme pintor, que era mi gran pasión.
Un restaurante de Elche también tiene ocho obras mías en sus paredes. Estoy muy satisfecho de este periodo como artista.




















