Suelen decir aquello de “una imagen vale más que mil palabras”, pero al valenciano, de natalicio registrado en Manises y últimos meses alteanos, Pepe Sancho (1944-2013) su agitada vida sentimental le jugó, con el triunfo de la televisión chismosa, más bien malas pasadas. Los referentes audiovisuales que nos ha dejado el actor lo repiten cabreándose, a veces violentamente, con la prensa del corazón.
Que sí, que Pepe Sancho tenía generalmente mal encarar, pero toda esa energía, ese nervio, lo canalizó en una excepcional carrera tanto en las tablas escénicas como audiovisuales (televisivas y cinematográficas). Incluso con proyección internacional, con interpretaciones en películas como ‘Carne trémula’ (‘Live flesh’, 1997), de Almodóvar para la Goldwyn Films, división de la veterana Metro. Pero esto tuvo que foguearse en algún sitio.
Churrero y carnicero
Dos. En un actor o una actriz, suele haber dos nacimientos. El físico y el bautismo artístico frente al público. Comencemos por el físico, un 11 de noviembre, de José Asunción Martínez Sancho en Manises. Su infancia fue humilde o muy humilde, según. Se consigna que era hijo de carniceros, aunque según otras fuentes trabajaba para otros; eso sí, en una carnicería.
Pero podríamos anotar otra más: de chiquillo vendía los churros elaborados por su madre, que servían para pagarle medicamentos a su padre enfermo. Eso desmontaría sus dos supuestos debuts, ambos en el cine. En la cinta española ‘Si te hubieses casado conmigo’ (1948), del director trotamundos, de origen ucraniano, Víctor, Víktor o Watcheslaw Tourjansky (1891-1976, también firmó como Arnaldo Genoino).
Una energía que canalizó en una excepcional carrera interpretativa
Dudas de comienzos
Según muchos biógrafos de Pepe Sancho, con tan solo cuatro años aquí aparecía, junto a estrellas como Amparo Rivelles (1925-2013) o Fernando Rey (1917-1994). Pero dada la infancia del actor valenciano, cabe ponerlo muy en duda: para empezar, esta cinta presentada por Suevia Films (1940-1983) se rodaba básicamente en Barcelona. Tampoco queda clara su segunda (o primera, si descartamos la anterior) aventura ante la cámara.
Esta la colocaría en un reparto, el de ‘El frente infinito’ (que aparece fechada en 1956 o 1959), de Pedro Lazaga (1918-1979) para la división española de la Fox (los actuales 20th Century Studios), encabezado por Adolfo Marsillach (1928-2002), también realizador y guionista en otros títulos, o el internacional Gérard Tichy (1920-1992). Pero esta segunda cinta también está rodada en Barcelona, que debía de poseer, para los historiadores cinéfilos, alguna conexión con Manises.
Vendía los churros elaborados por su madre, para pagar medicamentos
Giro hacia Madrid
Lo que sí sabemos a ciencia más o menos cierta, cuanto menos aproximada, es que Pepe Sancho, a los dieciocho años, picado ya por las tablas en representaciones de teatro aficionado (nunca abandonaría la dramaturgia, a la que dedicó buena parte de su carrera), dejaba atrás un presente, y futuro, como chacinero, charcutero, hacía el petate y marchaba a Madrid.
Debutó profesionalmente sobre las tablas escénicas en 1963, con la obra ‘Los árboles mueren de pie’, cuyo autor, Alejandro Casona (1903-1965), aún vivía. Un año después, entraba en el mundo del cine, ahora ya sí, con dos del Oeste dirigidas por José María Elorrieta (1921-1974), ‘El hombre de la diligencia’ (‘Apache Fury’ fuera: la distribuía la American International) y ‘Fuerte perdido’ (‘Massacre at Fort Perdition’, para la Embassy Pictures).
Actuó en los sesenta en casi todos los géneros tratados por el cine español
Oeste patrio
Obviamente, pese al sesgo internacional de su estreno cinematográfico, como secundario, aún no tocaba triunfar. Rodaría más ‘spaguetti westerns’ (distribuidos generalmente, eso sí, desde el mercado serie B estadounidense). En realidad, actuó en casi todos los géneros tratados por el cine español de los sesenta. Para la fama tendría que esperar a que arraigase otro formato audiovisual: la televisión.
Pronto se convertiría en figura habitual en la programación de RTVE (por entonces, la única), participando bastante en trasvases a la pequeña pantalla del panorama teatral (como en el mítico ‘Estudio 1’, 1965-1984). El teatro estaba ya muy presente en la carrera de Pepe Sancho. Pero el gran éxito estaba por llegar, desde la televisión: como ‘El Estudiante’ en la serie ‘Curro Jiménez’ (1976-1979).
Asaltando la fama
Hubo película, ‘Avisa a Curro Jiménez’ (1978), de Rafael Romero Marchent (1926-2020), quien había dirigido tres episodios de la serie, más aprovechamiento del personaje de seductor de la época en las dos adaptaciones del valenciano Vicente Escrivá (1913-1999) de los escritos de Josep Bernat i Baldoví (1809-1864): ‘El virgo de Visanteta’ y ‘Visanteta, esta-te queta’, ambas de 1979. Arribó la fama: tuvo incluso que disfrazarse de mujer para salir de los hoteles.
También los romances, más sus dos matrimonios, con la folclórica María Jiménez (1950-2023) y con la periodista y escritora Reyes Monforte. Se convirtió en pasto de la prensa rosa pero, a cambio, fortaleció su carrera teatral, donde aportó garra a los más variados personajes. Trabajó para lo más granado del parnaso de cineastas españoles, incluidos los de la Comunitat Valenciana, y aún tuvo otros triunfos televisivos, como el Don Pablo de ‘Cuéntame cómo pasó’ (2001-2023).

















