El Ayuntamiento y la Cofradía de Pescadores reparten más de 3.600 cartuchos de golosinas a los alumnos de infantil y primaria en una iniciativa que data de mediados del siglo XIX, con la que se pretendía endulzar las navidades de los niños de las familias más pobres del pueblo y que perdura hasta nuestros días manteniendo la ilusión de los escolares.
Se trata de una arraigada tradición de los santapoleros que no tiene parangón en ningún otro sitio. El Día del Cartucho es una fecha señalada en las agendas de todos los escolares de Santa Pola: el último día lectivo del año, todo el alumnado de educación infantil y primaria reciben con inusitada ilusión su cartucho de papel relleno de golosinas como regalo de Navidad. Pero esta simple afirmación tiene mucha historia detrás.
Se cree que esta tradición data de mediados del siglo XIX, de hecho el primer dato escrito es de 1864, y tiene origen en el sector pesquero, ya que la iniciativa parte de la Cofradía de Pescadores como una forma de endulzar las navidades a los niños de las familias más humildes del pueblo con un cartucho de papel relleno con dulces y frutos secos, nueces, castañas, etc. Posteriormente se unió a esta iniciativa el ayuntamiento y desde entonces lo entregan conjuntamente representantes de ambas entidades.
Con el paso del tiempo el contenido del regalo fue evolucionando hasta las actuales chucherías, incluso hay cartuchos especiales para diabéticos o celíacos, pero lo que no ha cambiado es la ilusión con la que los niños y niñas de Santa Pola reciben su cartucho el día que finalizan las clases, para comenzar a disfrutar de las merecidas vacaciones de Navidad y Reyes.
Más de 3.600 cartuchos
Durante la mañana de hoy, sonando de fondo la cantinela de los números de la Lotería de Navidad, las autoridades municipales, encabezadas por la alcaldesa Loreto Serrano, y de los pescadores han repartido en todos los centros educativos de educación infantil y primaria del municipio más de 3.600 cartuchos, no sin antes reclamar a niños y niñas de cada aula una condición indispensable para entregarlos.
Lo único que se les pide a cambio es que canten a grito pelado la tradicional melodía: “El día del cartucho estamos muy contentos, con un cartucho grande lleno de caramelos. ¡Ande, ande, ande, la marimorena…!”




















