José Antonio Pedrosa / Actor
Del cine solemos fijarnos en lo más llamativo, los actores o películas de moda, las de mayor presupuesto o espectaculares. Sin embargo, la industria del Séptimo Arte tiene otra cara, desconocida para la mayoría, la de esos profesionales que sufren y luchan por obtener un pequeño papel.
Es el caso de José Antonio Pedrosa (Almería, 18-julio-1976), quien, tras casi dos décadas de experiencia, ve cómo su sueño se escapa, poco a poco. “Este 2025 que se acaba ha sido el peor año de mi carrera”, expresa sin pudor; de hecho, empieza a valorar desarrollar otro tipo de actividad. Pese a todo, un futuro proyecto en forma de western le ilusiona.
¿Qué te enganchó del cine?
Curiosamente mis abuelos poseían un cine en Cantoria (Almería), y con cinco o seis años entré en contacto con este mundo, pues no paraba de ver películas. Me aficioné muchísimo, sobre todo del género terror o western.
¿Algún film te marcó de un modo especial?
Solían llegar a nuestro cine con mucho retraso, pero recuerdo una manera diferente ‘Mil gritos tiene la noche’ (1982). Obviamente las producciones del espagueti western, protagonizadas por el maestro Clint Eastwood, mi mayor referente: ‘Por un puñado de dólares’ (1964), ‘La muerte tenía un precio’ (1965) y ‘El bueno, el feo y el malo’ (1966).
«Trabajaba en automoción y de repente, casi por casualidad, me ofrecieron participar en la película ‘Triage’»
¿Tu carrera evolucionó ya en Alicante?
Mi familia vivía en Zaragoza, aunque los veranos los pasábamos en el pueblo, y siendo niño desplazaron a mi padre a Alicante, donde pronto nos acoplamos. Empecé a trabajar, principalmente en automoción, hasta que un día, de repente y casi por casualidad, me ofrecieron -por medio de una red social de cine- aparecer como extra en una película.
Les dije que sí, me puse en contacto con la agencia y envié fotos. Unos días después me llamaron, era 2007.
¿Recuerdas el título de la película?
‘Triage’, estrenada en 2009, con Colin Farrell y Paz Vega en los papeles principales. Fue mi primer contacto con la industria y lo viví temeroso e ilusionado, llegar tan pronto a una película importante. Hice de kurdo iraquí, sin frase alguna.
El cine literalmente me atrapó y empecé a colaborar en películas y series, algunas de las que trajo el productor Gerardo Herrero a Ciudad de la Luz. Me refiero a ‘Castillos de cartón’ (2009), o ‘El diario de Carlota’ (2010).
¿Quisiste entonces también hacer teatro?
Estaba cómodo en el sector, me surgían papeles secundarios -logros que combinaba con periodos más inestables- y marché a Madrid para estudiar formación teatral. Aprendí muchísimo en la escuela de Juan Carlos Coraza, participando incluso en alguna obra profesional (‘El Grito’), pero quise regresar a Alicante.
La vida en la capital era muy costosa y pensé en centrarme en el sector audiovisual, de nuevo en nuestra zona. Tenía claro que mi futuro pasaba por la interpretación.
Apareciste de hecho en un sinfín de series…
Exacto. Tuve un papel secundario en ‘L’Alqueria Blanca’, donde interpretaba a Xorlit, además de participar en ‘Mentiras y gordas’ (2009), ‘Crematorio’ (2011) o ‘Mi gitana’ (2012).
«Debes ser muy fuerte mentalmente para soportar meses sin trabajar, más considerándome un buen actor»
¿Por qué no pudiste progresar?
El audiovisual tiene un tope; te ven en figuración y en parte te encasillan, siendo después muy complicado ascender, no imposible, pero sí difícil. Existen demasiados actores, los figurantes desean igualmente serlo… Asimismo, la mayoría de las películas están protagonizadas por los mismos actores.
¿Los que atraen al gran público?
Por supuesto, los productores buscan vender su película y eso lo hacen gracias a actores reconocidos, profesionales como Luis Zahera, Álex González, Luis Tosar, Hugo Silva o Mario Casas, que pese a ser muy criticado está evidenciando lo buen actor que es.
¿Podemos decir que estás estancado?
En este 2025, el peor de mi carrera, puedo afirmarlo sin faltar a la verdad. Apenas he tenido trabajo, observo gente nueva que está empezando, voy cumpliendo años…
¿Te afecta a nivel psicológico?
Debes ser muy fuerte mentalmente para soportar tantos meses sin apenas trabajo. Y más considerándome un buen actor, como he demostrado tantos años.
En los últimos meses he protagonizado sobre todo cortometrajes, ‘Lunátikos’ y ‘Al oeste de Bitrir’, por ejemplo. El problema de los cortos es en qué plataforma visionarlos, se trata de un segmento sin apoyo institucional.
¿Qué otras funciones has realizado?
Hice un curso de producción audiovisual, una rama más del sector -ampliamente interesante- y he estado como ayudante de dirección o coordinador de figuración, gestionando qué deben hacer los actores extras en el set.
Sí hay un proyecto que te ilusiona.
Un western del que apenas puedo desvelar nada, está en fase de preproducción y podría cancelarse. Si se lleva a cabo será en octubre de 2026 y tendré un papel relevante.




















