Entrevista > Manuel Ramos / Músico (Elche, 3-abril-1968)
Manuel Ramos es un respetadísimo profesional musical. Nacido en Elche, su dilatada experiencia le ha llevado a tocar en algunos de los más importantes escenarios del mundo.
Ahora, el siempre inquieto compositor quiere disfrutar, como él mismo explica en esta entrevista con AQUÍ en Benidorm, del trayecto que supone presentar una de sus obras a Eurovisión, aventura en la que irá de la mano de la cantante Lau Sánchez.
Con la experiencia que tiene acumulada en su larga trayectoria musical, ¿qué características considera que debe tener una canción para tener opciones en Eurovisión?
Eurovisión está muy abierto a todo tipo de composiciones. Recuerda que nosotros hemos llegado a presentar al Chikilicuatre. Ha habido años en los que ha sido como una especie de falta de respeto a la música, acudiendo gente de muy baja calidad, pero que los organizadores consideraban que podían caer en gracia.
Algunas ediciones hemos llevado algo muy aflamencado, otras hemos optado por Operación Triunfo… cada país vota al que tiene algún acercamiento político. Es una cuestión muy difícil. Creo que los organizadores no tienen claro cuál es el perfil compositivo que va a triunfar.
Hablemos claro. Esos votos de proximidad geográfica, ¿le restan justicia al resultado del certamen?
Hay factores sociopolíticos y de relaciones internacionales. La música tiene que ser buena, pero no siempre ganan los mejores.
«En Eurovisión hay factores sociopolíticos y relaciones internacionales. La música debe ser buena, pero no siempre ganan los mejores»
Ha dejado caer el nombre del Chikilicuatre. Como profesional de la música, ¿qué le pareció?
Es una crítica que hago muy en serio. Me parece una falta de respeto a la música en general.
Con todo lo que me ha dicho, ¿cómo ha afrontado el proceso de composición de su tema?
A nosotros nos interesa el trayecto que hay para escoger esa pieza. La promoción, a nivel nacional, que nos puede dar a la canción, a la producción y a la cantante, incluso aunque no termine siendo el tema seleccionado, es muy importante.
Antes de llegar a Benidorm, la canción tiene que pasar por una serie de pruebas de las que saldrán los finalistas que estarán en esas dos semifinales y en la final. Aspiramos a hacer ese recorrido, no tanto a estar en Eurovisión. Ese no es mi objetivo principal.
¿Cuál es entonces?
Estar entre los finalistas, porque, como te digo, solo ese logro ya nos da una promoción que, de otra manera, cuesta mucho dinero.
«El hueco que ocupaba la música electrónica vuelve a la canción melódica»
Benidorm tuvo un importante festival de la canción que, tras una época dorada, acabó desapareciendo y, como usted mismo ha dicho, Eurovisión ha atravesado un periodo de búsqueda de identidad de cara al siglo XXI. Desde su punto de vista, ¿tienen sentido este tipo de certámenes en el mundo actual?
La música es cultura. Y, como sucede en las pasarelas de moda, en estos festivales se muestra hacia dónde está yendo la actual. Representan una oportunidad, para los que estamos en este mundillo a nivel industrial, de mostrar nuestras creaciones y ver lo que hacen otros autores.
Además, quedan muchos festivales. Con la pandemia todo ha flojeado, pero basta nombrar, por ejemplo, el de Benicàssim…
Yo me refería más a los que hemos venido a llamar “festivales de canción melódica”. El de Benicàssim, o el propio Low de Benidorm, ¿han llegado para ocupar el hueco de aquellos?
Puede que así sea. Estamos en un momento de regresión. El hueco que había venido a ocupar la música electrónica está volviendo a ser conquistado por la canción melódica. Lo que ocurre es que los estilos importados de Latinoamérica, como el reguetón, también se están introduciendo. La última producción de Shakira también tiene este tipo de toques. Lo latino está de moda, y en España siempre nos lo quedamos antes que nadie.
Hace unos años sucedió con las composiciones rumanas, que eran muy bailables. Con todo ello, quiero decir que los festivales, como la música en general, se sustituyen unos a otros; aunque ahora estamos de vuelta a los orígenes, pero con producciones más tecnológicas.
«Eurovisión supone una promoción nacional muy importante incluso aunque no sea el tema seleccionado»
Benidorm y Eurovisión comparten, al menos, una cosa muy concreta: tienen defensores y detractores repartidos a partes iguales y, sobre todo, igual de vehementes en sus causas. ¿Cree que esta ciudad es un buen escaparate para este nuevo formato eurovisivo?
Es un sitio ecuménico, cosmopolita. Es la pequeña Manhattan de la Comunitat Valenciana.
Creo que no solo tiene cabida, sino que es ideal para esta apuesta. Benidorm es el lugar de la música. Pienso que puede ser un gran espacio de encuentro cultural y musical.