El pasado día 14 de septiembre quedará, ya para siempre, grabado como parte de la terrible y negra historia de la violencia machista en la Marina Baixa. Aquel día, un hombre se suicidó después de asesinar en La Vila Joiosa a su mujer dejando tres niños, de tres, nueve y catorce años.
La víctima se convirtió en la 34ª mujer asesinada en España en 2021 a manos de sus maridos o parejas. En este caso concreto, no existían denuncias previas y los vecinos de la plaza de la Comunitat, donde residía la familia, aseguran que nunca habían dado muestras que pudieran hacer sospechar que algo así pudiera suceder.
Sin embargo, la realidad es tozuda y cruel. Las alarmas no saltaron y nadie pudo evitar que el hombre, que padecía un cáncer y estaba siendo tratado por depresión, degollara a su esposa para, sólo minutos después, quitarse la vida lanzándose al vacío desde el puente del TRAM sobre el río Amadorio, a sólo unas decenas de metros del domicilio.
Los protocolos de alerta de las administraciones están fallando a la hora de detectar los casos
Fallo de los protocolos
Marga Luján, presidenta de la Asociación Mujeres con Voz, se lamenta, como hace la inmensa mayoría de la sociedad de la Marina Baixa, de que estas situaciones sigan sucediéndose con excesiva frecuencia y, aunque reconoce que las circunstancias particulares de cada caso hacen imposible que se detecten la totalidad de ellos antes de que se produzcan estos desenlaces fatales, alerta de que el sistema está fallando.
“Efectivamente, pueden suceder casos aleatorios; pero si abrimos el foco la realidad es que está fallando la prevención. Las administraciones no están cumpliendo los protocolos. Insisto en que no hablo del caso concreto de La Vila Joiosa, sino de la situación general que estamos atravesando”, explica Luján.
Y todo ello, a pesar de que el Gobierno de España ha conseguido, a través de distintas iniciativas, convertir a nuestro país en uno de los que, según las encuestas e indicadores de diversos organismos internacionales, mayor y más profundo rechazo muestra hacia la violencia machista, así como otros delitos de odio.
Falta de profesionales
Por lo tanto, la gran pregunta que toca responder ahora es el motivo por el que en un país en el que la lucha contra la violencia machista ocupa un lugar preponderante en la agenda política, los protocolos, que dependen íntegramente de las administraciones públicas, fallan tanto a la hora de hacer sonar las alarmas que, a la postre, puedan salvar vidas.
Según la presidenta de ‘Mujeres con voz’, el principal problema es que “no nos escuchan. Y no lo hacen porque no cuentan con profesionales en condiciones que atiendan a las mujeres que han sido o están siendo víctimas de esta violencia”.
Expertos y víctimas apuestan por unificar distintos tipos de violencia en los delitos de odio
Repunte brutal de casos
Como otras muchas asociaciones y organismos que trabajan día a día luchando contra la violencia machista, ‘Mujeres con voz’ alertaba el pasado año 2020 de que los periodos de confinamiento iban a suponer un auténtico drama para muchas mujeres que se vieron obligadas a encerrarse en casa con sus agresores.
Aquellas predicciones, por desgracia, se quedaron cortas en todos los sentidos a la luz de las cifras preliminares que está arrojando este 2021 en la comarca de la Marina Baixa. “Los datos son mucho peores de lo que esperábamos. Ha habido un repunte brutal de casos”.
“Uno de los problemas es que los medios de comunicación ya están tratando estas noticias como algo normalizado. Apenas ocupan segundos en los informativos” asegura Luján que, a la vez, critica la política a golpe de titular que realizan las administraciones.
Los delitos de odio
Desde ‘Mujeres con voz’ lamentan que el Gobierno de España haya priorizado ahora la lucha contra las agresiones homofóbicas, aunque también aclaran que “no tenemos nada en contra del colectivo LGTBI, pero es que, tras dos o tres denuncias mediáticas, han convocado hasta un gabinete de crisis. Mientras tanto, nosotras hemos tenido que andar detrás de la Ministra para que nos escuchara”.
En realidad, se podría pensar que la violencia machista, las agresiones contra el colectivo LGTBI y otras realidades como el racismo podrían abordarse, a nivel político, desde un prisma global para que, de esta manera, los recursos destinados a ello pudieran tener un efecto más claro y, así, ofrecer resultados más satisfactorios.
En este sentido, hay muchos que apuestan por englobar cada una de estas tipologías de agresiones dentro del ‘paraguas’ de los delitos de odio y tratarlos como tal. Una solución que para Luján “efectivamente, podría ser algo posible. Creo que sí deberíamos abrir ese paraguas”.
La mujer asesinada en La Vila Joiosa supuso la 34ª víctima mortal en España en 2021
«Nos están matando»
Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan siempre las reivindicaciones de las víctimas de la violencia machista -compartido con otros muchos colectivos- es la conversión de los dramas y casos reales, con historias particulares y consecuencias devastadoras para quien la sufre, en una mera estadística.
El frío número nos dice que la mujer asesinada en la Marina Baixa el pasado mes de septiembre fue la 34ª en lo que iba de año. Seguramente, cuando estas líneas vean la luz, ese número ya habrá crecido y rozaremos las 40. Y los guarismos, los porcentajes y, en general, las estadísticas, no deberían nunca ensombrecer una realidad que Marga Luján expresa con absoluta, cruel y meridiana claridad: “nos están matando”.
Y, conviene no olvidarlo, a estas mujeres las están matando por el mero hecho de ser mujeres. No son personas que se exponen al peligro de una guerra, que ponen su vida en peligro por exigencias de su trabajo. Para nada. Son mujeres a las que sus asesinos matan, sencillamente, por el hecho de serlo.
Los casos se han triplicado
Aunque todavía restan tres meses de año y, por lo tanto, ‘Mujeres con voz’ todavía no tiene los datos cerrados del mismo, su trabajo diario a favor de las víctimas de la violencia de género deja una foto fija alarmante en relación a la tendencia de esta realidad en la Marina Baixa.
Si comparamos las atenciones que la asociación ha realizado en lo que va de año con 2019, el último en el que la pandemia no influyó en los datos para bien o para mal, “los casos se han triplicado. Y eso, haciendo una aproximación conservadora. Mucho me temo que, cuando tengamos datos reales y definitivos, hablaremos de algo más”.
El resultado de los confinamientos ha superado las peores expectativas de las asociaciones de víctimas
Los hombres, también víctimas
La presidenta de ‘Mujeres con voz’, eso sí, también rompe una lanza en defensa de esos hombres, la inmensa mayoría, que observan con espanto esta realidad e, incluso, llega a asegurar que “hay hombres que lo podéis estar pasando igual o, incluso, peor que nosotras porque se está catalogando a todos por igual. Eso no se puede hacer nunca”.
Por ello, Luján no duda en afirmar que “claro que entendemos que los hombres ven esto con indignación e impotencia porque, no lo olvidemos, son igual de afectados que nosotras. Que nos estén matando a nosotras no significa, para nada, que todos los hombres sean iguales”.
Búsqueda de la igualdad
Lo que sí piden desde ‘Mujeres con voz’ es que “los hombres deben de dar un paso al frente y ponerse al lado de las mujeres a la hora de solventar todo este problema. Cuando se habla de asesinatos y de violencia de género, hay muchos hombres que se sienten ofendidos”.
De nuevo, aunque suene casi a Perogrullo, es importante desmontar mensajes interesados que tratan de presentar el feminismo como el antónimo del machismo. Luján recuerda que “nosotras estamos luchando por conseguir la igualdad de ambos sexos. Las mujeres no queremos ser ni más ni menos que los hombres. Por ello, insisto, entiendo muy bien que los hombres sientan impotencia”.
«Cuesta mucho trabajo y siempre lo vas a tener ahí dentro, eso es innegable, pero se puede volver a ser feliz» M. Luján
Se puede volver a ser feliz
Más allá de los números, las estadísticas y los titulares que arroja cada cierto tiempo el drama de la violencia machista, lo cierto es que cada uno de esos casos deja tras de sí a muchas personas torturadas en lo físico y machacadas en lo emocional. Los moratones, las heridas y los huesos rotos pueden sanarse; pero lo más difícil es superar las lesiones psicológicas que cada insulto y cada puñetazo han ido causando en la víctima y su entorno.
En el caso concreto del asesinato ocurrido el pasado mes en la Marina Baixa, el rostro de este drama es el de los tres hijos de la mujer asesinada, de sólo tres, nueve y catorce años. Menores que un día marcharon al colegio y que, cuando regresaron, se encontraron con todo su mundo derrumbado. Sin padre, sin madre y en el centro mismo de una tormenta que, por motivos evidentes, no son capaces de entender.
Marga Luján, como gran parte de las mujeres que conforman ‘Mujeres con voz’, ha sido víctima de la violencia machista y lanza un mensaje de esperanza: se puede volver a ser feliz. No es fácil y se precisa de mucha ayuda, pero con tiempo y apoyo las víctimas podrán sonreír de nuevo algún día.
Vidas normalizadas
“Lo que les ha pasado a estos tres niños es durísimo, pero si se les trata bien y se hace una buena terapia, podrán llevar una vida más o menos normal y podrán ser felices. De la misma manera que muchas de las mujeres que hemos sido víctimas lo hemos conseguido”, asegura Luján.
Un mensaje de esperanza en el que es preciso insistir porque una vez dado el paso de denunciar y dejar atrás al maltratador, todas esas valientes mujeres deben saber que “se puede volver a ser feliz, se puede volver a tener una relación, se puede volver a disfrutar. Cuesta mucho trabajo y siempre lo vas a tener ahí dentro, eso es innegable, pero se puede salir”.