Poco se sabe sobre los cuasi-satélites de la Tierra. Los cuasisatélites son una especie de pequeños cuerpos del Sistema Solar cercanos a nuestro planeta y que orbitan alrededor del Sol pero permanecen cerca de la Tierra. Se trata, sin embargo, de objetos dificiles de observar.
Para una mejor definición, diremos que el cuasisatélite de un planeta completa una órbita alrededor de su estrella en el mismo tiempo en que lo hace el propio planeta, pero describiendo una órbita de distinta excentricidad. A diferencia de los verdaderos satélites, en nuestro caso la Luna, los cuasisatélites orbitan fuera de la esfera de Hill del planeta, que es la zona en la que la fuerza gravitatoria de este domina sobre las fuerzas gravitatorias de otros cuerpos celestes. A consecuencia de ello, en el caso de los cuasisatélites, las perturbaciones gravitatorias externas serán susceptibles de alterar la órbita del objeto, pudiendo, llegado el caso, incluso desvincularlo de la resonancia planetaria.
El origen de estos singulares cuerpos celestes ha sido hasta el momento objeto de debate entre los astrónomos. Sin embargo, ahora, un equipo de científicos dirigido por el investigador de la Universidad de Arizona, Benjamin N. L. Sharkey, parece haberse situado tras la pista del origen de uno de los cuasisatélites de la Tierra conocido como Kamo’oalewa, también conocido como (469219)Asteroid 2016 HO3. Los resultados de su investigación, en la cual se apunta a que Kamo’oalewa podría estar compuesto de material similar a la Luna y que su formación podría deberse a un antiguo impacto de un objeto con nuestro satélite, se publican esta semana en la revista especializada Communications Earth & Environment bajo el título Lunar-like silicate material forms the Earth quasisatellite (469219) 2016 HO3 Kamoʻoalewa.
Para llegar a esta conclusion Sharkey y sus colegas examinaron la luz reflejada de Kamo’oalewa utilizando el Gran Telescopio Binocular, parte del Observatorio Internacional del Monte Graham, en Arizona, y el Telescopio Lowell Discovery del Observatorio Jodrell Bank, situado al noreste de Inglaterra. Así, los autores encontraron que tenía un espectro de reflectancia roja, muy similar al de los minerales de la superficie de la Luna. «Este espectro es indicativo de una composición a base de silicato, pero con un enrojecimiento más allá de lo que se ve típicamente entre los asteroides del sistema solar interior», explica Sharkey. «Comparamos el espectro con el de varios materiales análogos y llegamos a la conclusión de que las mayores coincidencias producen con silicatos de tipo lunar», continúa. «Una interpretación que implica una gran erosión espacial y que plantea la posibilidad de que Kamo’oalewa pueda contener material de la Luna», añade.