Entrevista > Joaquim Cano / Ganador del V Premi Francesc Garriga de poesía
Sin lenguaje no existiría la literatura, pero sin esta última tampoco sería posible, al menos en un grado de evolución como el actual, el lenguaje. Esa es una de las muchas conclusiones o aprendizajes que surgen de la conversación que, sobre las lenguas, el uso de los idiomas o la importancia de su protección, ha mantenido AQUÍ en La Nucía con el filólogo, profesor y poeta nuciero Joaquim Cano, ganador del V Premi Francesc Garriga de poesía con su obra ‘Tota flor sense cossiol’.
Un intercambio de preguntas, respuestas y opiniones que, como debería resultar normal en una comunidad bilingüe como la valenciana, se produce entre un periodista castellanoparlante y un entrevistado que usa el valenciano sin que esa circunstancia suponga, para ninguno de los dos interlocutores, problema alguno. Reflejo, en cualquier caso, de la normalidad del bilingüismo en la calle que sólo la interferencia política termina por ensuciar y entorpecer.
Un novel premiado
Joaquim Cano ha elegido el ‘más difícil todavía’. Estudió una carrera de letras en un mundo en el que las humanidades cada vez tienen menos protagonismo, decidió embarcarse en la aventura de publicar un libro en uno de los países europeos con menor índice de lectura, apostó por la poesía que es una modalidad minoritaria y, para rematarlo todo, lo hizo usando el valenciano como lengua, cerrándose así las puertas de un mercado más amplio.
El autor, claro, no se arrepiente y asegura que todas esas circunstancias llegaron casi sin pensar; de manera natural. Porque la prosa se le quedaba corta y porque el valenciano es la lengua en la que mejor se expresa. Y lo hace tan bien que su primera obra publicada le ha valido el reconocimiento en forma de ese galardón V Premi Francesc Garriga.
‘Tota flor sense cossiol’ es su primer libro publicado y, directamente, ha ganado el V Premi Francesc Garriga.
El premio es para autores inéditos y, por lo tanto, el requisito principal era, además de presentar una obra original, que el escritor no hubiera publicado antes.
«Mi formación como filólogo es, en gran medida, la causante de que me haya puesto a escribir»
Pero supongo que esto no era lo primero que ha escrito.
No. Ya había publicado previamente en revistas como Gargots, de la Universitat de València, o Capicua, de la Universidad de Alicante. En 2020, cuando se convocó la quinta edición del Premi Francesc Garriga me presenté y ahora ya puedo decir que soy un autor editado y, entre comillas, reconocido.
Desde entonces, ha recibido otro reconocimiento.
Sí, en 2021 me presenté al Premi de Poesía pare Miret de Beniopa con el poema ‘Obituari’ y lo gané. En este caso, no se exigía que los autores fueran inéditos.
Usted es filólogo y profesor en el IES La Nucía. ¿Ha tenido mucho peso esta circunstancia en su decisión de lanzarse a escribir?
Por supuesto. Mi formación como filólogo es, en gran medida, la causante de que me haya puesto a escribir. Es cierto que ya había comenzado a escribir cosas en el instituto, pero el salto más importante lo di durante mi etapa universitaria.
«También soy músico y eso se traduce en algunos poemas de ‘Tota flor sense cossiol’ como ‘Finlandia’ o ‘El amor brujo’»
Más allá de la literatura, ¿le interesan otras formas de expresión artística?
También soy músico y eso se traduce en algunos poemas de ‘Tota flor sense cossiol’, como ‘Finlandia’ o ‘El amor brujo’.
Iimparte clases de lengua y de literatura. En ese sentido, a la hora de ejercer su profesión como docente, ¿le puede más su vena de filólogo o de escritor?
Te voy a confesar una cosa que no he dicho casi nunca: después de terminar mi formación, me siento un poco más a gusto en el ámbito de la lengua. Y eso es algo que también se deja ver en el libro, en los tres últimos poemas, que son ‘Significat’, ‘Significant’ y ‘Referent’, que es pura teoría lingüística.
En cualquier caso, me gustan las dos variantes porque considero que es como preguntar si quieres más a tu padre o a tu madre.
En este caso, además, sería una comparación casi literal ya que sin lengua no puede haber literatura, pero, seguramente, sin literatura tampoco habría lengua.
Nunca lo había pensado de esa manera, pero, efectivamente, es una reflexión muy acertada. Sin literatura no podríamos tener un lenguaje o, al menos, no uno como el que usamos a día de hoy.
«En mi poemario hay muchas referencias musicales, a la formación técnica, a la genealogía…»
¿Por qué poesía y no prosa?
En realidad, no lo sé. Lo he intentado con la prosa, pero cuando me puse a escribir ‘Tota flor sense cossiol’ nunca me planteé el porqué. Siempre me he sentido muy cómodo haciendo poesía. Es un campo muy libre. Además, no hago prosa porque siempre que he iniciado algún relato se me muere muy pronto la narrativa. Empiezo a escribir y, enseguida, digo ‘ya está’.
No consigo completar estructuras muy grandes o buenas combinaciones. En definitiva, me gusta mucho hacerlo ‘flash’, muy aforístico. Me motiva abordar los temas en pequeños paquetes de información y tratarlos de forma autónoma. Es una metodología que me permite trabajar con más facilidad. En realidad, no es una pregunta que me haya planteado nunca, pero creo que ese es el motivo.
Le voy a hacer la misma pregunta, pero en tercera persona. Desde su experiencia como profesor de literatura, ¿cómo cree que se puede fomentar el gusto por la poesía que, en realidad, es una modalidad que es de consumo más complicado que la prosa?
Puede ser un error de base… o no. Depende de cómo lo quieras ver (ríe). Evidentemente, si en el sistema educativo que tenemos desde hace mucho tiempo no se enseña poesía, luego va a costar mucho más trabajarla. Siempre se queda para el final porque es un lenguaje más críptico, la información se tiene que condensar mucho para que no sea un poema narrativo, que también existen.
Es un camino que se debe iniciar muy pronto, con poesía infantil o juvenil. Es casi como un deporte, hay que entrenar. A la primera, no va a salir. Tampoco a la segunda o a la tercera, pero si lo vemos como un camino de largo recorrido, se puede trabajar bien la poesía.
«Somos un país riquísimo que habla español, gallego, euskera o valenciano; por lo tanto, escribir en valenciano me parece una buena manera de valorar esa riqueza»
Ha usado la expresión ‘enseñar poesía’. ¿Cómo se hace eso?
¡Esta pregunta es de tela! Todas las cosas del mundo se pueden enseñar mal, de forma poco eficiente y eficaz. Si tenemos un maestro que, en su momento, no estudió poesía más allá de las métricas y algún otro concepto, no vamos a poder hacer nada efectivo.
Si queremos aprender el romanticismo y estudiamos a Espronceda con sus cien cañones por banda, viento en popa a toda vela… eso seguro que se lo sabe todo el mundo. Pero, ¿por qué escribe Espronceda la ‘Canción del pirata’? ¿Qué características románticas hay ahí?
Volvemos, por lo que le entiendo, al eterno debate entre memorizar y comprender.
La memorización no debe ser un sistema vetado, pero es una obviedad que, si nos vamos un poco más allá y somos capaces de orientar bien a los alumnos, encontraremos poesías muy enriquecedoras y que se podrían aplicar a cualquier disciplina.
Volviendo a ‘Tota flor sense cossiol’, ¿qué referentes podemos encontrar en sus poemas?
Diría que hay muchos puntos en común con Francesc Garriga por motivos obvios. Además de eso, como decía antes, en mi poemario hay muchas referencias musicales, a la formación técnica, a la genealogía…
«Las lenguas no existen, lo que existen son personas que hablan un idioma»
Dedicarse a escribir, en cualquiera de sus formas, es una sentencia, salvo contadas excepciones, a no nadar en la abundancia. Meterse en la poesía es, seguramente, un mercado mucho más reducido y, encima, usted decide hacerlo en valenciano… ¿por qué eligió esa lengua y no el castellano que, al menos en lo comercial, le podría abrir un mayor mercado?
(Ríe) No es algo que me haya planteado. El valenciano es mi lengua y tiene su público y su propio circuito literario. Es la lengua en la que me expreso a diario y es mi voz interior cuando pienso o cuando sueño. Mi vida es en valenciano y es algo que me cuestiono pocas veces, pero que cuando lo hago, siempre veo muy claro.
En mi caso, escribo poesía para mi, es una expresión personal y no deja de ser una manera de trabajar, dar visibilidad y valorar la riqueza que tenemos en este país. ¿Cuántas lenguas dirías que existen en España?
No le sé decir un número aproximado, pero son muchas más que las cinco oficiales.
¡Eso es! Somos un país riquísimo que habla español, gallego, euskera o valenciano; pero en el que también está el aranés, el asturleonés, el occitano… y muchas más que me estoy dejando. En el mundo hay 7.000 lenguas y cada año se pierden varias. Por lo tanto, escribir en valenciano me parece una buena manera de valorar esa riqueza.
«Sin literatura no podríamos tener un lenguaje o, al menos, no uno como el que usamos a día de hoy»
Quítele a esta pregunta cualquier tipo de connotación política y respóndame, exclusivamente, como filólogo y, por lo tanto, experto en la materia. ¿Cree que el valenciano, como lengua minoritaria que es, necesita ser protegida porque pueda entrar en un proceso de peligro de extinción?
Me alegra que estas cuestiones se puedan abordar de forma meramente técnica. No todo está tan mal. Es una cuestión, como has dicho, lingüística y filológica y, aunque sé que levanta hostilidades, no es política. El problema es que toda esta cuestión se ha usado para hacer política y no al revés. Ese es el problema.
Dicho esto, y para contestar a tu pregunta, sí, es preciso protegerla. Voy a concretar un poco más: hay que proteger todas las lenguas y, algunas, con especial dedicación porque son minoritarias y creo que respetar los derechos lingüísticos o las posibilidades de expresión en cualquier lengua es, en el fondo, respetar los derechos de las personas.
Como profesor, ¿cómo le explicaría esto a los inmovilistas de uno y otro bando del debate político?
Como se lo digo a mis alumnos en clase: las lenguas no existen. Nunca iremos por la calle y diremos ‘por ahí va el francés’ o ‘ahí está el inglés’. Lo que existen son personas que hablan un idioma. Si respetamos las lenguas, lo que hacemos es respetar a las personas.