Entrevista > Toni Pérez / Alcalde de Benidorm
Los fundamentos del boxeo son, en realidad, muy simples: nunca bajes los brazos. No mantengas la barbilla arriba o te eches hacia atrás cuando trates de evitar un golpe, ni dejes que tu oponente te arrincone en una esquina. Esos mismos consejos son los que se ha aplicado Benidorm en el desigual combate que lleva librando desde hace casi dos años con la pandemia coronavírica mundial.
Con el sector turístico contra las cuerdas, la pandemia se ha convertido en un Muhammad Ali que golpea sin descanso a un Benidorm que lucha por no ser el eterno George Foreman del 30 de octubre de 1974 en Kinsasa, pero la sexta ola parece que está envalentonando todavía más al enemigo.
Pese a todo, Toni Pérez, alcalde de la capital turística, mantiene un optimismo realista y aprovecha las actuales circunstancias para reclamar, con más fuerza, algunas de las reivindicaciones históricas que, sobre todo en términos de financiación, emergen como una cuestión a abordar de manera urgente.
Hablar con el alcalde de Benidorm todavía en plena pandemia y no hacerlo sobre la situación del turismo sería una locura, pero me gustaría empezar preguntándole por el que ha sido uno de los ejes centrales de su discurso en los últimos tiempos: la financiación de los municipios turísticos. No es, ni mucho menos, un tema nuevo; pero entiendo que en la coyuntura actual cobra especial relevancia.
Así es. En realidad, nunca se ha abordado esa segunda descentralización que llevamos tiempo reclamando. La Administración más cercana, que es algo que se ha manifestado con más rotundidad ahora, es la local. Los Ayuntamientos somos una de las Administraciones decanas del sistema español. Se hizo una descentralización con la llegada de la democracia; pero siempre hay administraciones superiores que, siempre entre comillas, quieren ser ellas quienes tengan la parte más mollar a la hora del reparto económico.
Sin embargo, eso no puede pasar por dejar más desasistidos a los que tenemos cada vez más servicios que prestar y de mayor calidad.
«Nuestro suelo va a estar más protegido que nunca. Creo que estamos haciendo un planteamiento ‘de alma’»
¿Qué es lo que se reclama en concreto?
Una financiación justa para los ayuntamientos y para las provincias. Desgraciadamente, aquellos que prometieron que lo iban a arreglar en cuanto accedieran al gobierno llevan ya años de demora y, encima, siguen dando largas.
Pondré un ejemplo: nosotros no tenemos un porcentaje directo en la distribución de los fondos NextGeneration para la recuperación, cuando somos los que hemos atendido a la gente en la pandemia por encima de otras Administraciones. Pese a todo ello, estamos acudiendo en concurrencia competitiva con todos los ayuntamientos, para obtener unos fondos que sí han tenido una distribución de porcentaje directo desde el Estado para las comunidades autónomas.
Sin dejar de lado la financiación de los municipios turísticos, entramos en la muy polémica tasa turística. En la comarca, salvo Jaume Llinares, alcalde de Altea, todos los alcaldes han manifestado su rotunda oposición a la misma. En el caso de Benidorm, ¿es una oposición en el momento actual o es un ‘no ahora y no nunca’?
En la comarca tenemos ayuntamientos gobernados por todos los colores políticos y, con esa diversidad, muchos han manifestado que ‘no y nunca’. Benidorm siempre ha trasladado ese mismo mensaje. Primero, porque no es una tasa, sino un impuesto a la pernoctación regulada, que ya está pagando un IVA por ello.
La tasa turística es un impuesto que proponen aquellos que no quieren abordar aquello que sí toca: la descentralización. Además, no sólo pedimos la descentralización desde el Estado o las autonomías hacia los municipios, sino que en el caso concreto de los municipios turísticos nuestra infrafinanciación es todavía más significativa.
«El planteamiento de Benidorm respecto a la tasa turística no ha variado: no y nunca»
Benidorm se quedó fuera del reparto de los NextGeneration, pero usted dijo que su proyecto se volverá a presentar y se hará. Visto el resultado de la convocatoria que, como usted ha dicho, se desarrolló por concurrencia competitiva ¿cree que la decisión fue objetiva?
No lo es técnicamente. La excusa presupuestaria no nos vale y políticamente es un error. Me voy a explicar. Técnicamente, y lo dice la propia resolución, el proyecto Benidorm360 fue declarado apto porque superó los 70 puntos. Además, se habla de unos fondos europeos casi ilimitados y, pese a ser apto, se nos dice que no se nos puede conceder la financiación por cuestiones presupuestarias.
Y no lo es políticamente porque, si de lo que se trata es de reconstruir el país y hay una financiación directa para el sector turístico, no tiene explicación alguna que las locomotoras del turismo español se queden fuera del proceso por, en el caso de Benidorm, una cuestión presupuestaria. Hay una parte de la explicación que nos dan que hace aguas.
¿Es, por lo tanto, una decisión política?
Creo que es una decisión de atender cuestiones que son menos tractores y motoras de las que puedan adoptarse en Benidorm. Este resultado, y de eso no tengo ninguna duda, rompe con el mensaje que debería trasladar la Marca España. A nadie se le ocurriría que si hay unos fondos para las ciudades patrimonio se quedaran fuera las ciudades patrimonio. De hecho, eso no ha ocurrido.
«Una parte de la explicación para rechazar nuestro proyecto a los NextGeneration hace aguas»
Benidorm ha invertido en 2021 más de diez millones de euros en ayudas provenientes de recursos propios. A la vez, es evidente la reducción de recaudación municipal y el parón económico de la ciudad. ¿La no consecución de los NextGeneration puede poner en jaque la continuidad de esas políticas en 2022?
Nosotros vamos a volver a presentar nuestro proyecto porque está declarado apto por los técnicos. Por lo tanto, no. Lo que va a provocar es que se ralenticen algunos proyectos que requieren de esa inversión. Todos los proyectos que hemos presentado a cualquier convocatoria son documentos que encajan con nuestro plan estratégico y que están alineados con lo que somos: el primer Destino Turístico Inteligente certificado del mundo.
Tras estos ya casi dos años de pandemia y en plena sexta ola de la misma, ¿cree que Benidorm volverá a ser lo que era en un plazo razonablemente corto?
Razonablemente corto, no; pero no tengo ninguna duda de que volveremos a ser lo que éramos en cuanto venzamos a la pandemia. Esa no es una cuestión de Benidorm, sino de toda la humanidad y, por supuesto, de la ciencia, a la que hay que ayudar invirtiendo en ella para obtener los mejores resultados.
Benidorm siempre ha trabajado con resiliencia y, por lo tanto, creo que lo que tenemos que hacer es soñar con los pies en el suelo. Si no estuviéramos haciendo eso, muchas de las cosas que hemos hecho no se hubieran realizado y muchas de las que hemos dejado de hacer por propia voluntad no las hubiéramos dejado de realizar.
«El hecho de que no hayan llegado los NextGeneration va a provocar que se ralenticen algunos proyectos que requieren de esa inversión»
¿A qué han renunciado?
Hemos renunciado a muchos proyectos políticos que nos podrían haber beneficiado mucho. Y no hablo de un beneficio político, sino a la propia ciudad. Hemos renunciado a ellos porque había que atender otras necesidades. Por lo tanto, creo que hemos demostrado nuestra capacidad de adaptación.
Un año después de la implantación de las medidas del Brexit, que afecta al mayor cliente turístico de la ciudad, y pese a que la imagen puede estar desdibujada por los efectos de la pandemia, ¿se puede hacer una valoración de cómo ha afectado a Benidorm?
Efectivamente, los efectos del Brexit pueden haberse diluido un poco precisamente por la pandemia y, por lo tanto, no se puede analizar con intensidad. Dicho esto, visto lo visto, creo que Benidorm va a seguir funcionando muy bien y seguirá teniendo esa capacidad de atracción que nos permitirá seguir liderando ese segmento de nuestro mercado sin ninguna dificultad.
¿En qué se apoya para hacer esa afirmación?
En cuanto se ha recuperado la movilidad, y ya con el Brexit en marcha, los británicos han venido y siguen encontrando en Benidorm el lugar de la felicidad. Incluso con todas las limitaciones que en la Comunitat Valenciana nos han penalizado más que en otros destinos.
Con el desarrollo ya en marcha del Plan Parcial de Poniente y el inminente inicio del Ensanche Levante, el suelo edificable de Benidorm se está agotando. Además, recientemente presentó su apuesta por lo que ha llamado el “litoral verde” de la ciudad. ¿Quiere esto decir que el modelo de crecimiento va a cambiar y veremos cada vez menos grúas?
No necesariamente. El suelo de Benidorm está perfectamente estipulado cuál puede ser desarrollado y en qué modalidades. Viene del PGOU del año 90 y la mayor parte de los planes parciales todavía no se han completado.
Lo que sí va a ser nuestro suelo es más protegido que nunca y más patrimonio de los benidormenses y de quienes nos visiten que nunca. Creo que estamos haciendo un planteamiento ‘de alma’. Dándole sentido a aquellos espacios en los que la Administración puede intervenir blindando su protección.
«Los efectos del Brexit pueden haberse diluido un poco por la pandemia y, por lo tanto, no se puede analizar con intensidad»
¿Seguiremos, por lo tanto, con el mismo modelo por más tiempo?
Los años van pasando y, quizás, lo que habrá será un movimiento distinto de regeneración y renovación de lo que ya está construido, adaptando lo ya existente a la realidad actual de la demanda. Pero en ningún caso eso será una penalización para la actividad económica.
En 2022 se pondrá en marcha la Zona de Bajas Emisiones, siguen tratando de peatonalizar más zonas de la ciudad… en las políticas de sostenibilidad, si me permite el simplismo, se ha hecho la parte fácil: la de regular. Ahora llega el momento de que sea el ciudadano el que comience a disfrutar o sufrir las consecuencias. ¿Cómo van a transmitir el mensaje de la importancia de acometer esta transformación?
El movimiento se demuestra andando. En esa dualidad de disfrutar o sufrir, habrá que poner en la balanza lo que cada uno de nosotros vive cuando vamos, por ejemplo, por una calle Tomás Ortuño completamente peatonalizada. Una calle, por cierto, donde también vivimos personas y no nos importa no poder aparcar el coche en la puerta de casa.
El mundo va en un camino y nosotros no sólo tenemos que ser vanguardia, sino que es algo que viene casi impuesto. Benidorm, si vamos a la realidad, necesita hacerlo.
«Yo pongo en esa balanza si quiero niños jugando en la calle, como lo hacíamos usted y yo en la infancia, o si quiero coches en las calles de nuestro barrio»
Elabore esa necesidad.
Cada vez más, el mundo del turismo va a estar vinculado a la oferta de sostenibilidad y a la garantía de sostenibilidad como turistas cuando elijamos nuestro destino. El gran beneficio para Benidorm es que hoy en día puedes coger una bicicleta en el centro y circular por carriles bici hasta que llegas a cualquier ciudad de nuestro entorno.
Uno de los puntos calientes, en este sentido, de 2022 será la implantación de la Zona de Bajas Emisiones, que ya despertó muchas críticas en su momento. Me gustaría darle la oportunidad de empezar con esa labor didáctica de explicar en qué va a consistir y los beneficios que va a reportar.
Es lo que tenemos que hacer. Quizás, un día el mundo decida que ya no va a haber vehículos particulares y no sé, en ese momento, ante quién protestaremos. Las condiciones de Benidorm nos permiten tener una ciudad más innovadora y avanzada y con una de las mejores calidades de aire de Europa, que es algo que hay que poner en la balanza.
Yo pongo en esa balanza si quiero niños jugando en la calle, como lo hacíamos usted y yo en la infancia, o si quiero coches en las calles de nuestro barrio. Creo que si le pregunto a cualquier padre, seguramente quiera que su hijo pueda jugar en la calle.