Las enfermeras siempre han llevado uniforme blanco. Este color es símbolo de pureza y, además, práctico para todo lo referente a la sanidad, ya que delata rápidamente cualquier tipo de suciedad.
Los cirujanos también adoptaron el color blanco en la práctica médica, hasta 1941, cuando un médico decidió que el contraste de la sangre con el blanco del uniforme era bastante repulsivo y demasiado gráfico, sin que existiera un motivo que lo justificara. Para reemplazar el color de su ropa de trabajo eligió un verde espinaca que neutralizaba el brillo y el contraste de la sangre roja.
Al final de la Segunda Guerra Mundial cambió la iluminación de las salas de operaciones, y la mayoría de los cirujanos optaron por un verde más difuso. En la actualidad, se utiliza un tipo azul con gran contenido de gris. La razón reside en que este nuevo color resalta mejor en los monitores de video, con los que los estudiantes siguen intervenciones para aprender las distintas técnicas de cirugía.