Castell de Guadalest es el único municipio de la provincia de Alicante –y uno de los cinco de la Comunitat Valenciana– incluido en la lista de los pueblos más bonitos de España. Con una población de poco menos de 250 habitantes, sus vetustas calles e impresionantes vistas al Mediterráneo y a las montañas han convertido este histórico enclave en uno de los mayores atractivos turísticos de la comarca de la Marina Baixa.
Su castillo, que domina el valle al que da nombre el pueblo, ha sufrido, a lo largo de los siglos, múltiples desventuras. Destrozado por dos terremotos en 1644 y volado en 1708 durante la Guerra de Sucesión, siempre ha sabido renacer de sus cenizas y ya en 1974 sus muros y el resto del municipio fueron declarados Conjunto Histórico-Artístico por el Ministerio de Cultura.
El mirador que corona sus empinadas y empedradas calles resultan el punto de partida ideal para iniciar una siempre bonita excursión por unos parajes que en esta época del año rezuman una belleza especial gracias a la floración de los omnipresentes almendros.
A los pies de la Sierra Xortà, la primavera comienza ya a anunciarse tiñendo buena parte de sus laderas de blanco y rosa en la siempre efímera floración del almendro, que en los días en los que sopla la refrescante brisa que llega del mar, crea increíbles trampantojos dando la sensación de que, bajo el perenne azul del cielo soleado de la Marina Baixa, cálidos copos de nieve acompañan al senderista.
Existen infinidad de posibilidades. Desde exigentes rutas como la que lleva a los 1.218 metros de altura del Cerro de los Parados, techo de la Sierra Xortà al más que asequible paseo rodeando el embalse de Guadalest, ideal para familias y aquellos que no quieran subir pulsaciones en exceso.
Sea cual sea la opción elegida, el caminante entenderá muy pronto el motivo por el que estos paisajes inspiraron a escritores como Gabriel Miró, músicos de la talla de Óscar Esplá o pintores tan dotados como Emilio Varela.
Con días cada vez más largos y temperaturas casi siempre envidiables, la floración de los almendros en la Vall de Guadalest es un espectáculo único y gratuito que, a muy pocos kilómetros de grandes urbes como Benidorm, transporta al visitante no sólo a un paisaje muy alejado del que la mayoría tiene de la Marina Baixa, sino también a otros tiempos, cada vez más remotos, en los que los habitantes de esa comarca vivían de lo que eran capaces de arrancarle al mar y la tierra.