¿El Vinalopó dónde nace? ¿En la valenciana Bocairent, de 4.101 habitantes en pleno Vall d’Albaida, o en la alicantina Banyeres de Mariola, con sus 7.113 residentes en l’Alcoià, nutrido por el afluente Marchal? Aunque tales cuitas del río quizá bautizado así por el vocablo árabe Binalūb (del latín Pinna Lupi, ‘peña del lobo’) no nos interesan ahora. Nos importa que su cauce marca una ruta punteada por varios castillos.
En la provincia, además de l’Alcoià, recorre otras comarcas: l’Alt (Alto), el Mitjà (Medio) y el Baix (Bajo) Vinalopó. En Banyeres (Bernirehes), que perteneció a Bocairent desde 1381 hasta 1618, encontramos dos fortalezas. Aquí, los 96,5 kilómetros del Vinalopó, 81 de ellos alicantinos, plantan primer acento sobre el Tossal (colina) de l’Àguila. El Castell o castillo, Bien de interés cultural (BIC) desde 1985, lo sembraron los árabes en el XIII y lo plantaron bien prominente.
En la frontera
Banyeres es el municipio alicantino más alto (816 metros sobre el nivel del mar, 830 la alcazaba), lo que viene bien para entrever una ruta con curiosidad adicional: fortificación musulmana genera población valencianohablante, mientras que de origen cristiano gesta sociedad castellana. Las últimas fueron levantadas por repobladores; las primeras, por un ejército dirigido por un occitano, el montpellerino Jaume I (1208-1276).
Al otro alcázar bañerense, el Castell de Mariola, por La Serrella o Serreta (Alto de la sierra Mariola), la goma de borrar del tiempo lo perjudicó bastante. Otero árabe del XII sobre restos de un poblado neolítico, da para sendero con vistas de impresión. Más allá, Beneixama (1.707 habitantes en 2001), cuya Torre Atalaya o de Benejama, del XII al XIII, reproducida en el escudo de armas, casi derriban.
Una fortificación musulmana generó población valenciano hablante
Las ruinas del pasado
Lo que queda, en pleno núcleo poblacional de l’Alt Vinalopó, fue vendido para construir viviendas. La presión popular la salvó y es BIC desde 1985. La Torre del Negret, a dos kilómetros de Beneixama, sigue en manos particulares. De origen agareno, fue transformada siglo a siglo, hoy incluso con techado a dos aguas.
Bastante queda del original Castell d’Almizra, del XIII, aunque los restos han sido restaurados (con neutros añadidos de mortero). En Camp de Mirra (429 residentes) se firmó el 26 de marzo de 1244 el Tratado de Almizra, pacto de paz entre Jaume I (Corona de Aragón) y Alfonso de Castilla, futuro yerno de Jaume y venidero Alfonso X El Sabio (1221-1284).
La Torre de Beneixama casi se vende para viviendas
Centinelas provinciales
Se conserva en buen estado la fortaleza de Biar (3.628 vecinos), antaño centinela provincial. Monumento del Tesoro Artístico Nacional desde 1931, esta alcazaba del XII con imponente torre-mirador fue última conquista de Jaume I. Los parapetados habitantes le aseguraron que se rendían, pero con condiciones. El monarca se ofendió. Tras cinco meses de asedio y perder tropas, transigía, en 1245. Se vengó transformando mezquitas en grandes templos cristianos.
Quede la monumental iglesia biarense de portada renacentista y ocho campanas, del XVIII, como heredera de los humores del rey occitano, y marchemos al monte San Cristóbal de Villena (34.025 pobladores), que desde 1239 fue cristiana. Aunque hubo fortaleza musulmana sobre el alma de una fortificación romana, devino católica la obra final, en tierra ya castellanohablante y capital de l’Alt Vinalopó.
Los habitantes de Biar se rendían, pero con condiciones
Singularidades en alto
El fuerte medieval, cristiano, castellano, de Sax (9.935 avecindados) asienta sobre espectacular peñasco, y resistió varios intentos continuados de reconquista hasta que acudió Jaume I. La valencianohablante Petrer, ya en el Vinalopó Mitjà, aporta ciudadela agarena terminada de reconstruir en 1982. En la conurbada Elda (52.551), castellanohablante, los cristianos redibujaron entre el XIV y el XV la alcazaba de los integristas almohades.
La única torre triangular del país, o sea, una de las dos enclavadas en la fortaleza almohade noveldense (25.611) Castell o castillo de la Mola (muela), es visitable. La acompaña el gaudiano santuario de Santa María Magdalena (1918-1946). El complejo fue remodelado entre el XIV y el XV y, después, el XVI y el XVII, transformándolo en palacio condal.
La fortaleza final
Quedan restos musealizados de dos de los tres castillos de la castellanohablante y sucesivamente repoblada Aspe (21.088 residentes), los árabes del Río y del Aljau, y desapareció el del Calvario.
Donde estaba el que fue baluarte de la también castellanohablante Monforte del Cid (8.500), se ubicó la imponente y gótica iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Nieves, del XV. Y de las dos fortalezas que hubo en la valencianohablante Crevillent (29.717), en la sierra y en el hoy casco urbano, apenas tenemos un muro.
La visita, final, porque el Vinalopó desagua en el Hondo, el Sinus Ilicitanus o Golfo de Elche hace milenios, nos desembarca en la valencianohablante Elche o Elx (234.205 censados). Escolta del puente de Altamira (1975), sobre el Vinalopó, y anclado a parte del Palmeral, reposa el castillo-palacio de Altamira, alzado a fines del XV por un noble de origen toledano, Gutierre de Cárdenas (1440-1503), sobre una ciudadela del XII destinada a defender la villa almohade original. Cristianos o árabes, hoy hermanos de argamasa de un veterano caudal.