Después de más de un siglo de vida, el viejo viaducto que salva el cauce del río Algar en la zona de su desembocadura en Altea y por la que circula, desde 1913, el Tram que une Alicante con Dénia, tiene sus días contados.
Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) decidió, hace algo más de un año, mejorar esa infraestructura -así como el puente del Mascarat- para que puedan soportar el paso de los nuevos convoyes adquiridos por la empresa pública hace ahora cuatro años.
De hecho, la normativa que se siguió para la construcción de ambos viaductos data de 1902 y, si bien eran suficientes en aquel momento y se han mostrado como unas infraestructuras duraderas durante más de cien años (el puente de Mascarat data de 1915), en el informe justificativo de FGV para abordar esta renovación se explica que esas necesidades han variado ya que, en este tiempo, se han visto “incrementadas notablemente las cargas en consonancia con las nuevas exigencias de los trenes más modernos”.
Revisiones mensuales
Esa realidad se hizo plenamente patente en 2018 cuando FGV adquirió un nuevo tren dual que, según ese mismo informe, “arroja un mayor peso por eje al parque móvil actual”, resultando todo ello en un estudio que hace ahora tres años determinaba que estos dos viaductos no son aptos “por estimar que ciertas piezas se encuentran con su vida útil finalizada”.
Todo ello ha provocado que desde entonces se hayan tenido que realizar revisiones mensuales, con la finalidad de detectar problemas estructurales que pudieran poner en riesgo la circulación de los trenes y, con ello, la vida de los pasajeros.
Construido en 1913, el puente actual debe ser sometido a inspecciones mensuales para garantizar su integridad
Bien de Relevancia Local
Ha sido ahora cuando, al fin, FGV ha dado comienzo al trámite de consultas y participación pública del estudio de integración paisajística del nuevo viaducto sobre el río Algar.
En concreto, el proyecto contempla que el nuevo puente discurra de manera paralela al actual, que no sería posteriormente derruido, sino que ya se está estudiando un uso peatonal del mismo a modo de vía verde “atendiendo al valor patrimonial y paisajístico de la estructura actual y a su catalogación como Bien de Relevancia Local”, una circunstancia que, a su vez, descartaba “aquellas actuaciones que intervenían directamente en la estructura existente”.
Los nuevos trenes duales adquiridos en 2018 sobrepasan los límites de peso pensados para el puente
Impacto paisajístico
Todo ello, sin olvidar que el cauce del río Algar, normalmente seco, sufre crecidas de consideración de tanto en cuanto, como se pudo comprobar la pasada primavera, y que, por lo tanto, la instalación de cualquier nuevo elemento no sólo debe de poder integrarse paisajísticamente en el entorno, sino que también debe de tener en cuenta la función primordial de la desembocadura, que es la de llevar al mar toda el agua que circula por el cauce.
Para ello, el proyecto prevé que los pilares del nuevo puente se construyan alineándolos con los del viaducto existente, lo que no provocaría ninguna afección al paso del agua en el caso de una crecida.
Así mismo, los responsables de FGV aseguran que el proyecto permitirá mejorar la permeabilidad bajo la estructura en la zona del polideportivo y el aparcamiento donde semanalmente se instala el mercadillo de la Villa Blanca.
El nuevo viaducto se construirá paralelo al actual, que fue declarado Bien de Relevancia Local
Un puente del siglo XXI
La actuación principal del proyecto consiste, según consta en la documentación aportada por Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, en “la construcción de un nuevo viaducto de once vanos y 224,66 metros de longitud, dispuesto en paralelo al actual y en su lado aguas arriba”.
Así mismo, se indica que el tablero sobre el que se colocarán las vías por las que circulará la Línea 9 del Tram, estará “formado por una losa maciza de hormigón postesado, que tendrá 0,90 metros de canto y seis metros de ancho y se apoyará sobre pilas de hormigón armado de sección variable”.
Además, se contempla que “en los extremos del viaducto se dispondrán los estribos, ambos de hormigón armado y de longitud significativa, ya que estos albergarán cámaras visitables en su interior”.
Mayor longitud
El hecho de tener que construir el puente unos metros más arriba del actual significa, además, que la longitud del mismo será algo mayor, lo que implicará “un aumento de vanos en el lado Alicante”, aunque esa circunstancia es la que “permitirá mejorar la permeabilidad bajo la estructura en la zona del polideportivo y el aparcamiento del recinto del mercadillo semanal”.
Como actuación secundaria, el proyecto incluye también la adecuación del viaducto existente para un nuevo uso peatonal, “mediante la retirada de vías ferroviarias y estructura de tramex, la posterior colocación de un forjado de chapa colaborante y una capa de hormigón fratasado, creando un pavimento antideslizante, y la instalación de barandillas de perfiles metálicos”.
Para conectar el antiguo viaducto con la trama urbana existente, “se ejecutarán diversas actuaciones urbanísticas entre las que destacan la ejecución de una rampa de hormigón armado y una pasarela metálica en el lado Benidorm, que permitirán alcanzar la cota del viaducto desde la calle Camino del Instituto; la conexión del viaducto con la senda del río Algar en el lado Dénia mediante un camino de zahorra; y una serie de actuaciones de urbanización en las zonas bajo el viaducto”.