Entrevista> Juan Antonio Ferrer / Mantenedor del pregón en honor a la Virgen del Don
Pocos actos desatan tanta fe como el paso de la patrona por la puerta de tu casa. Por ello, hace ya 25 años los vecinos de la calle Maestro Barrachina comenzaron una iniciativa que, un cuarto de siglo después, se ha convertido en una tradición indispensable cada año en Alfafar: Los Misterios.
AQUÍ en Alfafar ha hablado con Juan Antonio Ferrer quien, además de Mantenedor del pregón en honor a la Virgen del Don, fue artífice y sigue siendo parte importante de los Misterios.
¿Cuál es el origen de los Misterios?
En el año 1989 se hace la casa de la Virgen y se bendice, y dan otro itinerario. Los vecinos arreglan para hacer adornos florales, pero no se siguió con este trabajo porque dejó de pasar la Virgen. Entonces hubo un cambio con un nuevo párroco por lo que durante algunos años siguieron pasando.
Entonces hacían un arreglo floral o tiraban pétalos u hojas verdes y ponían algunas plantas. Es cuando viene Don Miguel, un nuevo cura que cambias las cosas, y la novena lleva la imagen procesional; porque antiguamente llegaba la noche, se terminaba la procesión y se la llevaban a su casa, sin solemnidad. Desde el 92 hasta el 98 pasan seis años sin que pase por la calle. Es en este momento, al volver a pasar, cuando se empiezan a hacer los misterios.
«Hay mucha gente en la calle mirando despacio todos los Misterios antes de que pase la Virgen»
¿De dónde sale la idea de representar Misterios de la Biblia en la calle Maestro Barrachina?
Yo iba allí y veía a alguna vecina en concreto que trabajaba mucho pero no se lucía nada, porque trabajaban, tiraban mucho verde y ponían plantas, pero la gente pasaba detrás de la Virgen y no se daban ni cuenta.
Entonces se me ocurrió hacer los Misterios, que unos niños aparecieran vestidos representando los Misterios del Rosario, hacer una representación. Se consultó con los vecinos y dijeron que sí, pero me llamaban para que les explicase la idea y a la vez me implicaron para trabajar desde el primer momento. Así que empecé dando la idea y estando con ellos desde el primer año.
¿Y gustó?
Cuando la gente pasó con la virgen gustó porque no se lo esperaban y a raíz de ahí, a partir del siguiente año, se dejó de poner macetas y alfombras y se dedicaban más a hacer la fiesta de los Misterios dentro de casa. Había algunas casas vacías y se hacían siete u ocho.
¿Impresiona ver a los niños?
Es una representación sacra lo que se hace y los niños van vestidos según esa representación. Los niños son los que dan un poco de vida, aunque yo no soy muy dado a que haya muchos, porque cuando son demasiados distorsionan un poco la visión de la decoración y lo que es misterio en sí.
El exceso puede, en lugar de dar más esplendor, tapar la decoración, porque cuando es una figura sola se va la vista al niño y a la vez a la decoración.
«A veces lo hemos hecho un poco laico, en el sentido de costumbres del pueblo»
La calle se llena de gente gracias a los Misterios. ¿Cree que eso es valorado por los gobernantes?
El Ayuntamiento siempre ha apostado por la calle, por la fiesta, durante estos veinticinco años. Todos se han volcado. Es una fiesta que gusta y los políticos lo ven.
«El Ayuntamiento siempre ha apostado por la calle, por la fiesta»
¿Realmente cree que se ha convertido en un atractivo propio y autónomo?
Hay mucha gente en la calle mirando despacio todos los Misterios antes de que pase la Virgen para que cuando ésta llegue, con todo el grupo de gente que viene detrás, ya lo hayan podido ver, porque después ya no se aprecia bien.
¿Qué cree que es lo que más gusta de los Misterios?
Lo que más gusta es la decoración, si no hubiera decoración no tendría sentido. A veces lo hemos hecho un poco laico, en el sentido de costumbres del pueblo, pero normalmente con un espíritu religioso a pesar de que no tenga que ver la parroquia. Es devoción a la patrona y que se viva un ambiente festivo entorno a la Virgen. Trabajan por ella.