Fernando Cayo / Actor
Para una buena parte del mundo es el Coronel Tamayo, ese duro jefe del CNI sin escrúpulos que luchó contra la banda del Profesor en ‘La casa de papel’. Pero el público español ya le conocíamos mucho antes por su amplia trayectoria en cine y televisión en series como ‘Manos a la obra’ o ‘Los misterios de Laura’ y películas como ‘La piel que habito’ o ‘El orfanato’.
Este noviembre Fernando Cayo (Valladolid, 22-abril-1968) llega a Alicante con la comedia ‘El peligro de las buenas compañías’, que se interpretará el domingo 13 en el Teatro Principal. De visita por nuestras tierras nos concede esta entrevista.
«Cuando era niño ya hacía performances de poesía y grababa mis propias radionovelas»
¿Cómo empezaste en esto de la actuación?
Ya desde que tenía ocho o nueve años empecé en el colegio con un grupo de teatro amateur. Recuerdo que en los festivales de final de curso hacía performances recitando poemas recopilados de ‘La vida es sueño’. Hasta con una grabadora de mi padre montaba mis propias radionovelas a las que incluso les ponía música para crear atmósferas.
Además en mi casa siempre mamé mucho interés literario y musical por parte de mis padres. Viví en un ambiente muy acogedor para lo artístico.
Mi primer recuerdo tuyo es en ‘Manos a la obra’, donde interpretabas a ese pijo un tanto caradura…
Sí, ‘Manos a la obra’ supuso mi primera oportunidad en televisión después de pasarme diez años trabajando en el mundo del teatro independiente. La verdad es que fue todo un exitazo. Todavía a día de hoy me contactan seguidores de la serie por redes sociales. Hace poco incluso me entrevistó un belga que está haciendo una tesis doctoral en Audiovisuales para profundizar sobre la trascendencia cultural que tuvo esta serie en su época.
Hay gente que todavía la sigue viendo. El otro día me encontré con uno que me aseguró que no se iba a la cama sin ver un capítulo de ‘Manos a la obra’. Yo a veces alucino (risas). El caso es que tuvo un enorme impacto popular, quizás comparable con el que en los últimos años ha tenido ‘La que se avecina’. Enganchó con un imaginario ibérico muy potente.
«‘Manos a la obra’ tuvo un impacto social comparable a ‘La que se avecina’»
Quizás porque retrataba muy bien al típico chapuzas español. Fue como llevar a Pepe Gotera y Otilio a la pantalla.
Exactamente. Tenía en parte ese espíritu, aunque también combinado un poco con el cine mudo y la comedia física o slapstick tipo ‘El gordo y el flaco’ y con el absurdo español tipo Jardiel Poncela.
De tu larga filmografía, ¿hay alguna película que recuerdes con especial cariño?
‘Shacky Carmine’ fue mi primera película, mi primer protagonista y además me dieron un premio en el Festival de Toulouse por este papel. Así que como comprenderás la guardo especial cariño. Fue una experiencia gigante y la disfruté mucho.
Luego por supuesto también guardo gran aprecio a muchas otras de las que he hecho posteriormente. He tenido suerte porque, ya fueran grandes o pequeños papeles, normalmente he conseguido hacer cosas que me generaran interés en colaboración con los directores y guionistas que he trabajado.
«Ningún actor de ‘La casa de papel ‘ estábamos preparados para semejante repercusión mundial»
¿Qué ha supuesto para ti trabajar en todo un fenómeno mundial como ‘La casa de papel’?
Desde luego ha sido un hito para el audiovisual español, yo nunca había hecho algo así. Por supuesto es un trabajo que te deja marca, incluso aunque vengas con una trayectoria grande detrás.
Realmente yo creo que ninguno de los miembros del casting de ‘La casa de papel’ estábamos preparados para semejante explosión mundial, y eso que yo entré en la tercera temporada y el fenómeno ya había arrancado. Estas cosas siempre tienen una doble vertiente: por un lado te produce mucha satisfacción, pero por otra también te supone que tienes que continuar adelante haciendo otras cosas. Uno no se puede quedar anclado ni en los éxitos ni en los fracasos.
Hablemos de la función ‘El peligro de las buenas compañías’. Si son buenas, ¿entonces por qué son peligrosas?
De eso mismo habla la función. Es una estupenda obra de Javier Gomá y dirigida por Juan Carlos Rubio, uno de los mejores directores del mundo del teatro y con quién he trabajado ya varias veces.
Se trata de una comedia divertidísima que plantea la dificultad de tener al lado a una persona ejemplar y perfecta a todas horas. Mi personaje, Tristán, sufre una crisis existencial por cumplir 50 y de pareja, mientras que ve como a su costado tiene a un tipo que lo hace todo bien. Es el mejor marido, el mejor ciudadano, el mejor cocinero…
Esa gente… a veces dan mucha rabia (risas).
Exacto. En el fondo está obra es una crítica a esa cultura que se está creando hoy en las redes sociales por las que siempre nos gusta aparentar que somos maravillosos y todo lo hacemos bien.
Llega un momento que este exceso de perfección puede convertirse en un incordio. A nivel general y humano a todos nos gustan los seres ejemplares… pero que estén lejos de nosotros. Cuando están cerca ya nos toca las narices (risas). Ahí tienes el caso de personas como Jesucristo, Gandhi o Martin Luther King que al final acabaron fatal.
«Está obra es ligera y profunda al mismo tiempo porque tiene muchas reflexiones sobre la vida»
En esta comedias de enredos la química entre el reparto suele ser fundamental. ¿Qué tal es trabajar con Carmen Conesa, Oriol Tarrasón y Miriam Montilla?
Son grandes espadas del teatro español, lo aman profundamente y es muy fácil trabajar con ellos. Efectivamente en una comedia con un ritmo tan vertiginoso es necesario tener mucha complicidad con la gente que trabajas.
Además la puesta en escena está ambientada en un piano bar, de manera que la obra se transforma en un ingenioso juguete musical. La gente lo disfruta muchísimo. Tenemos en el equipo a profesionales que son de los mejores de este país en iluminación, escenografía y música. Nos sentimos muy bien arropados.
Me da la sensación de que ahora se están produciendo muchas comedias. Quizás por el momento después de la pandemia.
Lo cierto es que en España siempre se han hecho muchas. El público español suele preferir comedias y es un género que tiene mucha calidad en nuestro país.
Sí que es verdad que ahora vivimos un momento en el que necesitamos respirar y ver luz. Pero para mí las buenas historias siempre deben tener una base de comedia, porque es la mejor manera de contar cosas y llegar al corazón del espectador. De hecho en ‘El peligro de las buenas compañías’ también se tocan temas de profundidad.
¿Sobre qué temas se reflexiona en esta obra?
Sobre todo sobre la amistad, las relaciones de pareja o las crisis personales que provoca el paso del tiempo. En realidad si lo piensas el ser humano vivimos encadenando crisis de edad. Cuando somos bebés porque no entendemos quienes somos, de adolescentes estamos perdidos aún, luego el estrés de la salida al mercado laboral, los 30, los 40, los 50, la jubilación… De todo esto se habla en ‘En el peligro de las buenas compañías’.
De hecho el autor Gomá es uno de los principales filósofos españoles de la actualidad. En esta obra se anima a mirar el mundo con más tolerancia. Porque si nos ponemos demasiado críticos con quienes tenemos alrededor, pues difícilmente podremos ser felices. Es un canto a la gente abierta que quiere disfrutar de la vida. Podríamos decir que es una obra profunda y ligera al mismo tiempo.
¿Cómo es tu relación con Alicante?
No hay año que no pase por aquí a actuar, la última hace poco con la obra ‘Antígona’. Para mí Alicante es una de las capitales fundamentales del teatro en España. Además siempre intento ir al menos un día antes para poder pasear tranquilamente por la ciudad y disfrutar de vuestro maravilloso clima y gastronomía.
¿Tienes algún proyecto ahora en televisión o cine?
Ahora estoy en el rodaje de la última película de Daniel Calparsoro que se llamará ‘Todos los nombres de Dios» con Luis Tosar. Para mí ha sido una oportunidad de hacer un papel distinto, de no repetir al violento Coronel Tamayo sino de meterme en otros terrenos como la amistad o la emocionalidad por los que me gusta transitar.
Además acabo de terminar la serie ‘Hasta el cielo’, una continuación de la película que hicimos en Netflix. También he estado en México rodando ‘Travesuras de una niña mala’ de Vargas Llosa y ahora estoy con mi espectáculo de humor sobre mitología ‘Por todos los dioses’. La verdad es que tengo un tutti frutti bastante importante.