Aseguran que la Comunitat Valenciana, en especial las provincias de València y Alicante, atesora la cantidad más generosa de bandas musicales españolas. Así que, cuando nos dicen que toca celebrar Santa Cecilia, el veintidós de noviembre, visualizamos, también lo veremos más a pie de calle, un despliegue de agrupaciones basadas sobre todo en instrumentos de viento y percusión, acompañando desfiles festeros o conmemorativos.
Pero por estos lares levantinos los pentagramas se han filtrado mucho más en el vivir, por lo que sería incorrecto acotar la afición musical solo a las bandas y obviar fenómenos como el despliegue del pop autóctono (desde, por ejemplo, el alcoyano Camilo Sexto, 1946-2019, hasta la beniganense Elisa Borredà, ‘La Tia Figa’) o la aportación de aquí a la reivindicativa ‘cançó’ (con Raimon u Ovidi Montllor, 1942-1995).
Corales, orquestas y raperos
Porque la Comunitat Valenciana es tierra de corales (l’Orfeó Crevillentí, 1880; la Societat Coral El Micalet, 1905; la valenciana Coral Polifónica Valentina, 1942, o la Coral Polifónica Alcoyana, 1947), de jazz (hubo un ‘hot club’ antes de la Guerra Civil, a inspiración del barcelonés de 1935, y volvieron los ritmos a partir de los setenta con músicos como el guitarrista valenciano Carlos Gonzálbez).
También orquestas sinfónicas (la de València y la de la Comunitat Valenciana, la Joven de la Generalitat, la del Vinalopó, con músicos de Aspe y Novelda, o la Orquestra Simfònica d’ Alcoi), grupos de heavy-metal (la formación mislatera Zarpa, la llorada alicantina Acero), de hip-hop (los eldenses Arma Blanca, el alicantino Nach, el valenciano Erick Hervé), y así hasta cubrir todo el panorama. Pero de nuevo el inconsciente: por Santa Cecilia, toca bandas.
La Confederación Española nos adjudica 533 formaciones
A la cabeza de formaciones
Según la Confederación Española de Sociedades Musicales (COESSM), en cuenteos de 2021, la tarrina se repartiría así: 533 bandas para la Comunitat Valenciana, 245 en Andalucía y 132 para Castilla-La Mancha, seguidas por Galicia (124), Canarias (64), Aragón (60), Cataluña (52), Murcia (46), Extremadura (42), Navarra (40), Madrid (38), País Vasco (37), Baleares (36), Castilla y León (32), Asturias y La Rioja diez cada una, Cantabria cinco y, finalmente, Ceuta y Melilla cuatro por territorio.
En 2015, la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV) presentaba este desglose: 1.686 formaciones artísticas (muchas agrupadas en otras sociedades, como las 547 federadas en ese momento), con 1.075 bandas, 174 orquestas, 233 coros, 133 grupos de cámara, 52 ‘big bands’ (no especifican si de jazz u orquestas) y 19 grupos de ‘dolçaina i tabal’ o ‘tabalet’ (dulzaina y tambor o tamboril). Así que cada Santa Cecilia obliga a superarse.
Se celebra prácticamente en toda la Comunitat Valenciana
Un ejemplo del siglo XX
Como ejemplo al azar, el día de Santa Cecilia de 1993 la Unión Musical de Benidorm, fundada en 1925, se convertía en una sucesión de actos, la décimo segunda Semana Músico Cultural en honor de Santa Cecilia, a desarrollar en la iglesia de Sant Jaume, el Aula de Cultura de la desaparecida CAM y los cines Colci. Se sumaban otros grupos, como el de música antigua y barroca fundado por Víctor Alonso en 1992.
Aparte, el coro infantil y juvenil benidormí La Barqueta (1985), la orquesta de pulso y púa La Barqueta (1989), el Carlos Gonzálbez Cuartet (1981), la Agrupación Coral de Benidorm (1980) o la Coral Crevillentina (1891) apoyaban al grupo titular, responsable del concierto principal. Eso sí, por diversos motivos el ciclo se pospuso a diciembre, del diez al diecinueve.
El patronazgo a la música vino de un error de traducción
A lo largo y ancho
Aunque parezca extraño, no son muchas las localidades que en ambas provincias tienen a Santa Cecilia al frente de algún tipo de patronazgo de población, barrio o calle (la mayoría, en la Comunitat Valenciana, son castellonenses), pero tampoco muchas carecen de banda de música, aunque sea compartida con otra villa. Así que prácticamente se celebra a lo largo y ancho de nuestra orografía.
En València, aparece reseñada en Ontinyent, Tabernes de Valldigna y Xeresa; en Alicante, solo se recoge Alfafara, de la que es patrona. La realidad es que tanto el veintidós de noviembre como en fechas más o menos circundantes no resulta extraño encontrarse con conmemoraciones incluso en las capitales provinciales. Pero, ¿quién fue Santa Cecilia, cuyo culto incluso es de memoria obligatoria en el calendario litúrgico?
Decía en vez de cantaba
Cecilia de Roma, decapitada en el veintidós de noviembre del 230 en Sicilia, después de que otros intentos de ejecución fallaran, fue, según los cronicones, noble conversa al cristianismo y luego mártir. Hoy se sabe que su patronazgo fue fruto de una mala traducción de las ‘Actas de Santa Cecilia’, encontradas en el 480: en una boda, el “mientras sonaban los instrumentos, ella decía al Señor” se transformó en “cantaba acompañada por un órgano”.
A partir de ahí, su advocación como patrona de la música recorrió a velocidad de buena ‘mascletà’ por un Mediterráneo donde los alardes (pase de revista de la época) y las consiguientes bandas militares, de las que derivaron las civiles y las castrenses actuales, estaban dispuestos a acogerse bajo su protección. Y así continúa hoy.