Como todos los comienzos de año, y este 2023 no iba a ser una excepción, debemos acostumbrarnos a algunos cambios que llegan para quedarse.
Dejando de lado algunos de los propósitos que muchos de nosotros nos autoimponemos cuando termina de sonar la última campanada y que no siempre cumplimos, como apuntarnos a un gimnasio, aprender un idioma o dejar de fumar; o las recurrentes subidas en alimentación, carburantes o peajes en las autopistas, que ya son una realidad, en esta ocasión queremos centrarnos en los cambios que afectan a la circulación de los vehículos por nuestras calles.
Así, desde el pasado 1 de enero, los ciento cuarenta y nueve municipios españoles (52 por ciento aproximado de la población) que cuenten con más de 50.000 habitantes (ocho en nuestra provincia: Alicante, Elche, Torrevieja, Orihuela, Benidorm, Alcoy, San Vicente del Raspeig y Elda), tienen que delimitar áreas de tráfico restringido en sus núcleos urbanos para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire. Es lo que se conoce como zonas de bajas emisiones (ZBE), tal y como recoge la Ley de Cambio Climático y Transición Energética aprobada por el Gobierno de España.
Pegatinas de la DGT
Estas áreas libres de humos por lo general suelen estar localizadas en los centros de las urbes, y, básicamente, deben restringir el paso de aquellos vehículos más contaminantes según marcan las etiquetas de la DGT. Mayormente, los vehículos calificados con la A o sin etiqueta de gasolina matriculados antes del año 2001 y diésel anteriores a 2006 (aproximadamente diez millones de turismos en España, según datos de la DGT).
Pero, además, también hay restricciones para los B (pegatina color amarilla: gasolina matriculados entre 2001 y 2005 y diésel entre 2006 y agosto de 2015) y los C (pegatina verde: gasolina matriculados después de enero de 2006 y diésel a partir de septiembre de 2015). Por su parte, los Eco (pegatina color verde y azul: híbridos) y Cero (pegatina color azul: híbridos enchufables y eléctricos), pueden circular sin restricción por todas partes.
Ocho municipios de la provincia están obligados a delimitar zonas de bajas emisiones en sus calles
Menos de 50.000 habitantes
Los municipios de entre 20.000 habitantes y 50.000 habitantes, por su parte, no tienen obligación de poner en marcha estas áreas de circulación restringida y aparcamiento, siempre y cuando no superen los valores límite de contaminantes regulados en el Real Decreto de la calidad del aire aprobado por el Gobierno.
En el caso de que un vehículo no cumpla las normas previstas se expone a una multa de 200 euros.
La medida persigue reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire
Diferencias en Elda y Petrer
Por lo que respecta a los municipios de Elda y de Petrer, ambos forman una conurbación que supera los 85.000 habitantes, pero su disparidad en las cifras de población les lleva a tener que aplicar diferentes restricciones dependiendo del caso.
Elda está por encima de los 50.000 habitantes (52.297, según el INE en 2022), por lo que entra dentro del saco de esos ciento cuarenta y nueve municipios que están obligados a activar la zona de bajas emisiones; mientras Petrer se encuentra en el otro lado de la balanza al alcanzar los 33.978, así que se queda con los que deben velar por no superar determinados niveles de contaminación.
El 1 de enero entró en vigor la nueva ley que obliga a instalar áreas de tráfico restringido en algunas poblaciones españolas
Restricciones en Elda
Desde el ayuntamiento eldense nos informan que a corto plazo no está previsto poner en marcha esta área, porque la prioridad en estos momentos es finalizar algunas de las obras que se están realizando en la zona centro, lugar en el que se instaurará, eso sí, la futura ZBE.
Los alrededores del ayuntamiento y sus calles aledañas serán, por tanto, las destinatarias de esta zona con restricciones de acceso y estacionamiento para los vehículos más contaminantes. Es un proyecto, nos dicen, aún en fase de estudio y para el que de momento no hay una fecha definida para su aplicación.
En Petrer no será necesario
Petrer, como hemos señalado, está entre los municipios que tienen de 20.000 a 50.000 habitantes, así que no tiene obligación de implementar esta área en su casco urbano, pero sí de vigilar que no se superen ciertos niveles de contaminación en base a las normativas españolas y europeas.
Según el informe sobre evaluación de la calidad del aire medido durante el periodo de 2021, en la localidad no se hace necesario activar una zona de bajas emisiones debido a que “no se han superado los valores límite de los distintos contaminantes establecidos en la normativa vigente relativa a la mejora de la calidad del aire”.
Por tanto, desde la concejalía de Seguridad Ciudadana nos indican que “no es necesario hacer nada”, dado que los niveles medioambientales que se manejan en la localidad son “muy buenos” a pesar de la cercanía con la autovía A-31 que soporta una constante circulación de vehículos.