La Diputació de València cede definitivamente el Palau de la Generalitat al Consell, tras un complejo proceso administrativo que se ha prolongado durante los últimos 40 años y que ha culminado este martes con el acto celebrado en el Salón de Cortes del Palau, con la participación de ambas corporaciones, encabezadas por los presidentes de la Generalitat, Ximo Puig, y la Diputación, Toni Gaspar, y personalidades como el presidente de Les Corts, Enric Morera.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha destacado que la recuperación de la titularidad de la sede del autogobierno constituye un “acto de justicia” para el conjunto del patrimonio de la Comunitat Valenciana, con el que se completa “un largo proceso hacia la normalidad administrativa” iniciado hace 40 años. Así lo ha indicado durante el acto de firma de la cesión de la propiedad del Palau de la Generalitat a la Administración autonómica por parte de la Diputación de València, celebrado en el Saló de Corts.
Por su parte, el máximo responsable de la Diputación, Toni Gaspar, ha asegurado que “el final de este expediente es feliz porque acaba con un eterno proceso administrativo, y necesario para el pueblo valenciano, su historia y su futuro”. Gaspar ha señalado que “solo se puede proteger y conservar aquello que se conoce y se valora, como es nuestra capacidad de gestión y el patrimonio y la cultura que la sostienen”, y ha considerado la cesión “toda una reivindicación a la lealtad y la colaboración institucional”.
Puig y Gaspar han rubricado este martes 25 de abril, día en que se recuerda precisamente la pérdida de los fueros en la Batalla de Almansa, el acuerdo por el que la Generalitat se convierte en la titular del edificio sede del autogobierno, del cual fue propietaria la Diputación desde 1888. Culmina así un recorrido que se inició el 29 de julio de 1982, cuando el Palau fue cedido en uso a la Generalitat por la Diputació de València, y continuó en julio de 1983, momento en el que la institución provincial acordó su cesión gratuita al Consell y le otorgó el pleno dominio del edificio, en respuesta al Estatuto de Autonomía que dejaba clara cuál debía ser la sede de la Generalitat Valenciana.
‘Más colaboración y menos egoísmo’
“Hoy, 25 de abril, es inevitable recordar aquellos tambores de guerra” de la batalla de Almansa, hoy localizados en países como Ucrania o Sudán, porque “el ruido simboliza el fracaso de la política, la peor derrota de una sociedad, la derrota moral”, ha señalado el president Ximo Puig en el inicio de su intervención. En la misma línea, su homólogo en la Diputación, Toni Gaspar, ha apostado por “más cooperación y menos competición; más colaboración y menos egoísmo”.
Ambos presidentes han celebrado esta cita histórica en presencia de sus respectivas corporaciones. Puig ha instado a recordar lo conseguido en “los mejores 40 años del pueblo valenciano”, que han representado estas cuatro décadas de ejercicio de un autogobierno “infinitamente mejor que el perdido en 1707”, por lo que representa “de identidad recuperada, de principios de civilidad ilustrada y de democracia socialmente avanzada”, y también por el protagonismo asumido por las mujeres y la proyección de una mirada social.
Toni Gaspar ha querido agradecer el trabajo de “personas que hace cuatro décadas recurrieron a la Diputación como colaboradora necesaria para la recuperación, construcción y prestigio del Gobierno valenciano; personas que con poco más de 30 años de edad dirigieron el destino de nuestra Comunitat”.
El presidente provincial ha personificado ese agradecimiento en la figura del entonces presidente de la Generalitat, Joan Lerma, y el primer presidente de la Diputación en democracia, Manuel Girona, si bien lo ha hecho extensible al actual equipo de gobierno de la institución provincial y la oposición, los funcionarios y los habilitados nacionales y jefes de servicio. Gaspar ha valorado los esfuerzos para culminar el proceso burocrático y ha terminado dando las gracias a la Generalitat “por la paciencia y por ejercer de manera ejemplar la lealtad institucional”.