Rojales está de cumpleaños. El pasado 29 de abril la localidad vegabajera cumplió su 250 aniversario desde que se constituyó como un municipio independiente, es decir autogobernado con su propio ayuntamiento.
Éste no fue ni mucho menos un proceso sencillo, dado que costó años de disputas con otras poblaciones colindantes e incluso algún soborno mediante. Finalmente se acabó consiguiendo, y el mayor testimonio que aún hoy lo atestigua es el puente que une ambas laderas del pueblo.
El poder de Orihuela
Aunque se han hallado restos arqueológicos anteriores en el actual término municipal, habitualmente se considera que el origen de Rojales, como un núcleo poblacional fijo, radica en una alquería medieval construida durante la época islámica junto al río Segura.
En esta época y durante los siguientes siglos Orihuela ejercía una posición muy fuerte en la comarca. De hecho tras la reconquista cristiana dicha ciudad se convirtió en capital de su propia gobernación dentro del Reino de Valencia (perteneciente a su vez a la Corona de Aragón), un territorio que abarcaba más de la mitad de la actual provincia alicantina incluyendo la propia ciudad de Alicante. Todavía más poder ganó a raíz de que la Iglesia le concediera su propia Diócesis.
Los vecinos de Guardamar colocaron una horca en su plaza para presionar contra el dominio de Orihuela
Independencia de Guardamar
En dichas circunstancias, todas las poblaciones de la Vega Baja estaban centralizadas en Orihuela. Sin embargo esta situación ocasionaba no pocos conflictos, y los vecinos de Guardamar del Segura resultaron ser especialmente reivindicativos contra este dominio oriolano.
Por ejemplo en 1539 los guardamarencos colocaron una horca en mitad de la plaza del pueblo, para así simbolizar que ellos mismos podían ejercer su propia justicia (por llamarlo de alguna manera) sin necesidad de tutelas del gobernador de Orihuela.
El otro principal motivo de discordia solía ser los impuestos. La eterna percepción de que los lugareños pagan, pero luego dicho dinero se invierte en otro lugar que lo necesita menos. Llegó un momento en que los vecinos de Guardamar concluyeron que les salía económicamente más rentable proclamar su independencia municipal, aún siendo conscientes de que para ello era necesario destinar un importante pago a la Corona.
Así pues en 1692 el rey Carlos II otorgaba a Guardamar el título de villazgo, previa entrega de 12.000 reales de plata. Por esta nada desdeñable cantidad la nueva localidad pasaba a abarcar un vasto territorio municipal desde la costa hacia el interior… que incluía también la actual Rojales.
Los rojaleros tuvieron que pagar una importante cantidad a la Corona para obtener la segregación
Ahorrar y esperar
A partir de entonces los pleitos no cesaron, sino más bien cambiaron de sitio. Similares conflictos con los tributos y los derechos de regadío surgieron entre los vecinos rojaleros y los guardamarencos. En el propio escrito a través del cual los primeros solicitaban oficialmente su independencia de los segundos se aseguraba que Guardamar miraba a Rojales “cada día con más odio, despotismo y tiranía”.
Más allá de que esto fuera cierto en mayor o menor medida, la razón real por la que se concedió la emancipación para este pueblo poco tuvo que ver con la voluntad de reparar una injusticia. Al igual que hiciera la propia Guardamar unas décadas antes, los vecinos rojaleros tuvieron que ahorrar lo suyo para realizar un suculento pago a las arcas reales por valor de 1.500 maravedíes de vellón.
Cabe señalar que por entonces el nuevo pueblo rojalino apenas tenía unos 1.600 habitantes, los cuales tuvieron que afrontar el citado pago de su bolsillo. Mientras tanto el proceso administrativo se inició en 1749 y no culminaría hasta casi tres décadas más tarde.
El rey Carlos III manifestó que Rojales era la tierra «más amena y fértil de la ribera del Segura»
Independencia de Rojales
Fue el 29 de abril de 1773 cuando el rey Carlos III expidió oficialmente la Real Cédula por la que se reconocía la existencia de la villa de Rojales. En el documento se describía su territorio como “la más amena y fértil de la ribera del Segura”. Después de la cantidad desembolsada, un poco de adulación real tampoco estaba de más.
En la citada cédula se justifica el pago a la Corona como una suerte de compensación a Guardamar por las inversiones realizadas durante los años anteriores en el territorio que ahora perdía. Ahora bien, creer que algo de todo ese dinero realmente fuera reinvertido en la localidad guadamarenca… parece casi una cuestión de fe.
Un puente para el rey
El nuevo Ayuntamiento de Rojales quedó constituido con Damián Pastor de López como primer alcalde. El principal puente que une las partes sur y norte de la localidad fue construido precisamente por esta época, y se le llamó con el nombre de Carlos III como agradecimiento al monarca que hizo posible la segregación de Rojales.
Desde este periódico solo nos queda felicitar a los rojaleros por su histórico 250 aniversario y desearles que por los próximos años sigan haciendo crecer su localidad, que hoy en día ya roza los 20.000 habitantes.