Entrevista > Luis Muñoz Almagro / Periodista
Tras más de 30 años como profesional de la información y la comunicación, el periodista oriolano Luis Muñoz se ha adentrado en el mundo de la narración con el libro ‘El peón que enamoró a la muerte’.
La historia de la obra transcurre en Orihuela
¿Qué te ha animado a escribir este libro?
En el interior de esta novela hay varios peones, pero la historia de uno de ellos me encoge el corazón. Se trata de un niño de familia humilde, y muy numerosa, que a los siete años ya trabajaba como aprendiz en un comercio de tejidos de la calle Mayor de Orihuela.
Cuentan que murió a los once años, pero de forma inexplicada volvió al a vida después de estar amortajado. A los veintiuno ya era carne de cañón en una guerra fratricida, donde fue condecorado con medallas de latón. Estoy hablando del padre de Cristóbal Egidio en la novela; estoy hablando de la memoria de Luis Muñoz Irles, mi padre.
¿A qué anécdotas se enfrentará el protagonista de la historia?
Cristóbal Egidio es un escritor frustrado que vive en soledad y enjaulado por el mal de párkinson, y sufre un extraño fenómeno durante una madrugada del verano de 2020.
En medio de un notable caos mental, Egidio desempolva un legajo que había robado, medio siglo atrás, en la histórica biblioteca de Orihuela.
¿De qué trataban esos papeles?
Se trata de los pliegos de un manuscrito donde se narra de manera vertiginosa, y en primera persona, la agitada vida de Pedro, nacido en Orihuela en 1789 del vientre de una esclava de nación mora.
Muy pronto logró brillar como jugador de ajedrez. Ante el temor de ser acusado por la muerte violenta de su amo y señor, emprende una huida sin retorno que le lleva a ser un testigo itinerante y privilegiado de hechos como la invasión napoleónica, una devastadora epidemia de fiebre amarilla, los secretos de la seda, la brujería…
«El libro está gustando a los lectores y a la crítica especializada»
La historia transcurre en Orihuela, entre otros sitios…
Nací en Orihuela y aquí viví mis primeros 17 años, hasta que me fui a Madrid a estudiar Periodismo. Orihuela es parte de mi corazón.
Cuando empecé a escribir el libro cambié el nombre de la ciudad de las cinco vocales por otro que me pareció más poético o literario, tal y como hicieron los escritores Leopoldo Alas con Oviedo (Vetusta), Gabriel Miró con Orihuela (Oleza) o García Márquez con su Aracata natal (Macondo).
Pero al final no lo cambiaste.
No, me puse a pensar el por qué las historias reales tenían que suceder en unos lugares con nombres ficticios. Quizá porque es menos provinciano, pero me dio igual y cambié de criterio.
¿Qué anécdota destacarías del proceso creativo de ‘El peón que enamoró a la muerte’?
En un verano en que mi mujer, Pilar, y yo nos quedamos en Torrevieja a cargo de nuestro nieto Miguel, contratamos a una asistenta interna para las tareas de la casa. La agencia nos mandó a una mujer rusa que apenas hablaba español.
Un día nos hizo un pastel típico de su tierra al que no había manera de hincarle el diente y lo tiramos prácticamente entero al cubo de la basura. Entonces le comenté a Pilar: “¿Te imaginas que lo descubra y en venganza empiece a envenenarnos poco a poco a todos?”. De ahí salió la idea de uno de los relatos más complejos del libro.
«Tengo empezada una obra de ficción muy diferente»
¿Cuál ha sido la acogida inicial?
Bastante buena. La editorial Alhulia ha hecho una primera edición de mil ejemplares y todo indica que el libro está gustando a los lectores y a la crítica especializada.
Creo que soy un afortunado porque un libro que no se lee, que por desgracia es lo normal, se convierte en un cementerio de la palabra escrita.
¿Qué mensaje te gustaría trasladar con esta obra?
Muchas veces soñamos o creemos con orgullo que somos poderosos reyes, damas o alfiles y actuamos como tales. Sin embargo, la vida acaba poniéndonos en nuestro sitio, el que corresponde a unos desvalidos peones perdidos en el tablero del tiempo.
¿Te planteas escribir otros libros?
Tengo empezada una obra de ficción muy diferente, pero, tal y como recomiendan ciertos cánones al uso, no voy a contar nada sobre la misma hasta que entre en la imprenta.
Vinculado a la información
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, Luis Muñoz ha trabajado durante más de treinta años en Televisión Española, donde desarrolló su labor como guionista y realizador de reportajes y documentales.
Su documental ‘Memoria del golpe’ (Chile, 1973) fue finalista en el Festival de TV de Nueva York (1999) y obtuvo una mención especial en el de Montecarlo.