Entrevista > Nacho Durá / Técnico auxiliar de servicios sociales (Canals, 7-febrero-1976)
Es una triste realidad que la sociedad todavía no está del todo preparada para aceptar a las personas con discapacidad, a las que -en ocasiones de un modo involuntario- se les aparta, critica y se les llama “tontos o raritos”. No dejan de ser personas como cualquiera otra, con notables limitaciones en algunos casos, pero con un corazón y unas ganas de vivir enormes.
De todo ello y de cómo es el día a día en un centro ocupacional de personas con diversidad funcional, queremos dialogar con Nacho Durá, experto en la materia tras más de dos décadas como técnico auxiliar de servicios sociales en el Juan de Garay de Patraix, València.
Nos explicará cuáles son sus necesidades, qué tipo de actividades desarrollan y cómo se relacionan entre ellos, “porque tienen sus días buenos, como todos nosotros, y en ocasiones están más tristes o te muestran su lado más melancólico”.
«Se trata de un trabajo que engancha, gratificante, donde aprendes y vives experiencias enriquecedoras»
¿Qué es la diversidad funcional?
Es un concepto que considera que todas las personas tienen una serie de capacidades y funcionalidades diferentes entre sí, intentando evitar la exclusión social, las connotaciones negativas y que, anteriormente, fomentaban expresiones como invalidez, minusvalía o incapacitación. Le da, además, un enfoque más positivo.
Existen diversos tipos: física-motriz, sensorial, auditiva e intelectual. El nuestro es un centro de discapacitados psíquicos con sesenta plazas.
¿Cómo es un día en vuestro centro?
Los chicos o usuarios desempeñan una serie de tareas en los talleres y realizan un trabajo que está supervisado por los técnicos, actualmente seis. Son encuadernación, carpetería, cerámica, pintura, reciclaje y serigrafía textil, en horario de 10:30 a 13:30 horas.
Almuerzan en el propio centro y por las tardes se reemprenden las actividades, en este caso más lúdicas (teatro, estimulación cognitiva, paseo por el barrio, debate, jardinería…) entre las 15:00 y las 17:00 horas.
¿Cuáles son tus funciones?
Llevo el taller de serigrafía textil, que incluye la coordinación y supervisión del trabajo que realizan los usuarios: asignarles tareas, comprobar que las entienden, control de stock, de material, etc., siempre en un ambiente distendido y alegre.
Por las tardes cambiamos el chip, con otras funciones relacionadas con la actividad que cada técnico lleve. Por ejemplo, TikTok, donde bailamos y nos divertimos.
«Debes tener un carácter jovial y alegre, además de mucho tacto y saber escucharlos»
¿Qué perfil debe tener una persona para trabajar con discapacitados?
Tener un carácter jovial y alegre, ser capaz de escucharlos, tener tacto y un lenguaje respetuoso hacia ellos. También ser cariñoso, sabiendo que en cualquier momento se puede acercar uno a darte un abrazo o un beso, o la necesidad de contarte algo que les inquiete.
En mi caso les suelo gastar bastantes bromas y nos reímos bastante.
¿Es un trabajo duro?
Más que duro, agotador. No obstante, es un trabajo que engancha, muy gratificante porque aprendes de ellos y te llevas anécdotas y experiencias muy enriquecedoras.
Cuéntanos alguna.
Me han sucedido muchas, como mi primer día, que vi como una usuaria estaba descolgando todos los cuadros. El director le preguntó acto seguido y lo negó, mientras yo pensaba ¿dónde me he metido?
O cuando otro chico cogió un tren y se presentó un sábado en las fiestas de mi pueblo con un traje de Superman porque le había dicho que eran carnavales en Canals.
«Es normal tener más afinidad con unos que con otros, forma parte de las relaciones entre personas»
Cada uno requiere un trato diferente.
El trato es el mismo para todos, hay que considerarlos a todos por igual, como personas que son, con educación y las mismas oportunidades que al resto.
Pero, como pasa con las relaciones personales, es evidente que llegas a simpatizar más con unos que con otros, a tener mayor afinidad por la forma de ser o las conversaciones que podamos tener, y eso te acerca más a unos que a otros.
¿Eres rígido con ellos?
Exigente. Me gusta la perfección, que las camisetas y bolsas salgan bien y por eso les exijo esfuerzo, que presten atención, valoren el coste del material y se realice un producto óptimo.
Nunca les pido que trabajen a un ritmo elevado, sino a uno en el que predomine lo terapéutico y el buen ambiente. Cuando se equivocan por no fijarse o por estar en otras cosas, sí les debo llamar la atención.
¿La sociedad todavía los discrimina?
La sociedad sigue siendo bastante injusta con estos chicos. Todos los años hacemos un viaje de fin de curso y nos sentimos muchas veces observados, escuchando frases del tipo “ya están aquí los tontitos”.
Merecen mayor visibilidad, ser aceptados de una manera más activa, evitando la discriminación o poniendo barreras de por medio, pues todos merecemos ser respetados y tener las mismas oportunidades.