Entrevista > Roberto Roig / Doctor (València, 14-julio-1956)
La donación de sangre es un gesto solidario que puede salvar vidas y lamentablemente apenas el diez por ciento de nuestra población realiza esta acción de una forma habitual. El doctor Roberto Roig es toda una eminencia en esta materia y remarca que la nuestra es una sociedad que se vuelca siempre que es necesario.
Han sido, de hecho, muchas las situaciones en las que ha sido necesario contar con un gran estocaje de sangre: pandemia, atentados, accidentes multitudinarios… “El pueblo español ha respondido sin dudarlo”, expone.
Para obtener la cantidad de sangre que precisan nuestros pacientes, sus unidades móviles recorren los diferentes municipios de la Comunitat Valenciana, “debido a que las personas donan sangre en función de las facilidades que les demos”. El objetivo es acercar la donación al donante, para que responda.
¿Un donante de sangre es un héroe?
Sin duda, se trata de una persona que de forma solidaria, anónima y voluntaria, y sin estar sometido a ningún tipo de presión más que a su propia conciencia, acude a donar porque sabe que su sangre no se puede fabricar ni improvisar.
Por todo ello, en cierto modo se puede decir que son héroes. Nuestros héroes anónimos.
¿Hasta qué punto es importante donar sangre?
El punto lo marca la imposibilidad de su fabricación, como indicaba anteriormente. La crean los propios seres humanos y su donación depende de la voluntad de la persona, que en un momento determinado toma esta decisión.
Para donar debes tener más de dieciocho años, pesar más de cincuenta kilos y gozar de buena salud, pero entiendo que la mayoría de personas de nuestro país, y concretamente de la Comunitat Valenciana, la tienen.
«La donación en ciertos países es retribuida, se paga, aunque considero que debe ser solidaria»
¿Tanto cuesta donar sangre?
Cuesta mucho convencer a una persona para que se acerque a donar y ese es el papel que debemos hacer los profesionales, y también los medios de comunicación.
El secreto siempre ha sido el mismo: información y más información, a grandes dosis. La gente informada genera estado de opinión y entonces donarás o no, pero ya no se hará tan extraño, porque el hospital permanece abierto todas las horas de los 365 días del año y los pacientes no tienen vacaciones.
Ahora mismo, en cualquiera de nuestros hospitales, estará naciendo un bebé, poniendo quimioterapia o realizando alguna operación por algún accidente y para todo ello se va a necesitar sangre.
¿Los resultados actuales son satisfactorios?
Somos un centro que gracias al empuje y decisión de nuestros donantes funcionamos muy bien, con una excelente línea de reservas.
Al igual que a todos, en marzo de 2020 nos atropelló la pandemia, pero fuimos capaces de reinventarnos y sacar virtud de la necesidad. Fueron dos aspectos lo que nos permitieron conseguir el éxito: la respuesta de la gente donante, impresionante, y nuestros equipos, que estuvieron adecuados desde el primer momento y trabajaron sin descanso para dar la cobertura diaria a nuestras Instituciones Sanitarias.
A partir de ahí, desde 2021 hasta ahora, la donación se ha mantenido estable y disponemos de una línea de ‘stock’ que está muy por encima del óptimo. Si lo ideal es tener unas 3.000 unidades, a día de hoy contamos con 4.600.
«En la actualidad contamos con una línea de reservas de sangre muy por encima del óptimo»
Enhorabuena.
Eso es bueno para todos, para el centro y para tranquilizar a la opinión pública. Pero nosotros tenemos que seguir con nuestra labor y no bajar ni un milímetro el pie del acelerador, porque el donante es muy sensible a cualquier situación.
¿La forma de vida influye en la calidad de la sangre?
Relativamente. Nosotros consumimos una dieta mediterránea, que aporta todo lo que el organismo necesita.
Lo que más influye es la geolocalización geográfica: son más donantes los del norte e interior que los que viven en la costa.
«Las personas que son contrarias a donar sangre cambian de idea cuando tienen un problema personal»
¿Cuál es el motivo?
Los del norte e interior suelen ser personas más cercanas, en zonas más concentradas, son pueblos más pequeños, donde se conocen todos, y la donación y el mensaje fluye de una forma más rápida.
Los que viven en el litoral, por su parte, tienen otra forma de vida y eso también influye.
¿Cómo se puede reclutar a los que rehúyen de donar sangre?
No suelen pensar en ello hasta que tienen un problema en su entorno personal o familiar más inmediato. Si encontramos muchísimas excusas para no donar, lo que debemos buscar, precisamente, es lo contrario: excusas para donar.
Quiero recordar, por último, que la sangre tiene fecha de caducidad y, por lo tanto, nos movemos diariamente en una estrecha línea que delimita caducidad o carencia.