Te lo piden sin ruborizarse: “Tú, que eres periodista, podrías contarlo”. Les preguntas: “¿Pero lo has vivido tú, o algún familiar o amigo?”. Te contestan: “Yo no, pero el primo de la suegra de la hermana de mi vecina dice…”. El caso es que unos chavales iban de marcha a Elche y enfilaron desde Santa Pola, carretera adentro, hasta que en el arcén…
Vale, encontraron a una chica que en una curva (del antiguo vial, hoy tocaría rotonda) les dijo que fueran con cuidado porque allí se mató ella. O la llevaron a casa de su padre, quien les contó que su hija ya murió en un accidente, y ellos le enseñan una prenda que se dejó en el coche… La leyenda urbana de la chica de la curva forma también parte del acervo fantástico santapolero.
Los primeros avistamientos
La leyendita tiene su edad. Para el profesor norteamericano Jan Harold Brunvand, aunque popularizada desde Estados Unidos, procede, como el celta Halloween (que muy antaño se celebró ya por costas levantinas) o Santa Claus, de Europa, asociada a carruajes varios. Y posiblemente bebiera de los viejos mitos sobre guías espirituales en las misiones de los héroes.
Las crónicas nos sitúan los primeros relatos en España entre los setenta y ochenta. El más famoso por aquí fue el de la portuguesa Teresa Fidalgo, quien en 1983, la noche anterior a su boda, se mató mientras circulaba bien achispada por la carretera de Sintra. En los sesenta, con la censura aflojando algo, comenzaron a publicarse libros de terror desde editoriales como Bruguera o Rollán.
Los sesenta y setenta vivieron un auge del cómic de terror
Oleadas de historietas
También empezaban a llegar los cómics de terror, como ‘Dossier Negro’ (1968-1988), ‘Vampus’ (1971-1978, versión de la estadounidense ‘Creepy’, 1964-1983, que se publicó aquí con tal nombre entre 1979 y 1985, y de 1990 a 1992), ‘Rufus’ (1973-1978, según la americana ‘Eerie’, 1966-1983) o ‘Vampirella’ (1974-1978, y en Estados Unidos entre 1969 y 1983). La cosa quedaba muy receptiva.
Para abonar más el campo, en la misma entrada a Santa Pola desde Elche se inauguraba en 1989 la discoteca Camelot, la de forma de castillo (cerraba en 2014), lo que abría la espita a que la chica de la curva esperase hasta en las rectas. ¿Y qué hay de los trasgos que vagaban por zonas de la sierra de Santa Pola, especialmente las más cercanas a la misma carretera con fantasma incorporado?
En los siglos XVIII y XIX se incrementó el bandolerismo
Trasgos por la serranía
La leyenda, aunque resulta plausible que también sucediera aquí, parece trasplantada de lo que aseguran que ocurría por la serranía ilicitana o por la hoy CV-847 (antaño se decía: “más curvas que la carretera a Aspe”). La leyenda de los duendes con malas pulgas arranca entre los siglos XVIII y XIX, época notablemente convulsa en la que guerras, revoluciones, hambre y descontento propiciaron el auge del bandolerismo.
En España, el Estado se revuelve y crea en 1844 la Guardia Civil, principalmente para acabar con las cuadrillas de bandoleros. Estas se ven obligadas a, por un lado, defender sus botines, y por el otro, a defenderse a sí mismos. ¿Cómo no iba a haber trasgos? Y lo que hiciera falta. El miedo puede ser un buen arma, especialmente cuando hay que ir más allá de las armas que realmente posees.
Por el XVII la Iglesia necesitaba milagros para reforzar su poder
De origen marinero
El caso es que ambas leyendas, circunscritas a la antigua C-3317, el vial que enlazaba Santa Pola con Novelda, hoy reconvertido en la carretera a Elche, la CV-865, con sus doce kilómetros trufados de rotondas, constituyen las dos únicas interiores, o al menos las más famosas de ellas. Porque nos encontramos en un lugar que nació portuario, abierto al mar, así que la mayor parte de fábulas, mitos y consejas son marineras.
Casi todas están asociadas a la Virgen, a una de ellas, y poseen su hermosa lírica, pero posiblemente la más elaborada de todas ellas, que aúna momentos fantásticos con otros totalmente realistas, es la de la Virgen de Loreto. Ocurre en 1643, pleno siglo XVII, el del barroco, pero también el de la Guerra de los Treinta Años, a punto de finiquitarse el llamado Siglo de Oro español (en 1659).
El convulso siglo
En tal trasiego, con católicos y protestantes polemizando, mientras se condena por hereje, en 1633, a Galileo Galilei (1564-1642), la Iglesia seguía necesitando de milagros para reforzar su poder. Aquí historia y mito se unen. Una imagen de la Virgen de Loreto arriba a un Cádiz cercado por las batallas. Habrá que salvar las imágenes. Un pescador vilero recibe el encargo de socorrer esta.
Intenta llevarlo a la Vila Joiosa, pero el tormentoso mar le impide tres veces ir más allá de la rada santapolera. Y aquí aposentó. ¿Más leyendas? Esta se la escuché a un pescador: unos piratas que escondieron tesoro en las cuevas de la isla Tabarca murieron antes de volver a por su fortuna, usurpada desde la costa. Cuando toque, regresarán. ¡Es casi el argumento de la película ‘La niebla’ (‘The Fog’, 1980), de John Carpenter!