Entrevista > José Luis Calvo / Presidente de la Asociación Doble Amor
En tiempos en los que absolutamente todo está politizado y polarizado, resulta muy difícil encontrar elementos comunes que unan a toda una sociedad. O a varias, como sucede en este caso; porque la Asociación Doble Amor no sólo es ese elemento que, cuando aparece en la conversación, aúna la admiración y solidaridad de toda la ciudad de Benidorm, sino que lo hace con la de toda la comarca.
Después de medio siglo de vida y tras 45 años de presidencia a cargo de Casimiro Vila, el histórico dirigente de una de las asociaciones más respetadas de la Marina Baixa ha decidido, a sus 90 años, dar un paso al lado. Ahora, quien fuera su eterno vicepresidente y una de las caras visibles del proyecto, José Luis Calvo, asume el inmenso reto de tomar el relevo de quien lo ha sido todo para las centenares de personas (hoy en día 52) con discapacidad intelectual que han pasado por el centro.
«Una vez fui elegido, propuse a la asamblea que nombráramos a Casimiro Vila Presidente de Honor»
Usted es una de esas personas que lleva toda una vida ligada a la Asociación Doble Amor y una de sus caras más visibles. Sin embargo, ahora asume la presidencia.
He tenido la gran suerte de que durante los últimos veinte años he estado ejerciendo la labor de vicepresidente al lado de Casimiro Vila. Por lo tanto, esto significa un poco la continuidad de lo que este hombre tan grande, tan increíblemente humano y tan sensacional que es Casimiro, ha hecho durante tantísimos años.
¿Relevo generacional?
(Ríe) Bueno, yo tengo 76 años… lo que pasa es que él ha cumplido ya 90. Estaba ya muy cansado y por mucho que le hemos insistido, no ha querido continuar como presidente.
En cualquier caso, Casimiro Vila no abandona por completo el barco.
Para no perder su constante contacto, y una vez ya fui elegido presidente, propuse a la asamblea que le nombráramos Presidente de Honor, con lo que voy a tener contacto con él todos los días y podré comentarle todos los temas. No se va a desvincular en absoluto.
«Las actuales dependencias tienen 45 años de uso diario. Precisamos de un proceso de rehabilitación que significa un dinero que no tenemos»
Al igual que él contó con usted como vicepresidente, ¿cuenta usted con un buen equipo a su lado?
Sí. Hemos confeccionado este grupo muy poco a poco y pensando ya más en el futuro. En la junta directiva actual hay muchas personas que vienen de la anterior, pero también muchas nuevas y más jóvenes.
Hasta ahora, en el Doble Amor siempre hablábamos de los padres y de las madres; pero ahora ya empezamos a hablar de los hermanos, y eso es muy importante porque significa que hay una nueva generación que va a seguir con nuestra labor.
En este caso, además, toda ayuda es poca.
Nosotros, sin la ayuda de las administraciones, desde la Generalitat hasta los ayuntamientos de la comarca; de la sociedad civil, de otras asociaciones… hubiese sido completamente imposible mantener el Doble Amor 50 años funcionando.
Usted acaba de dar una clave. El arraigo del Doble Amor trasciende la ciudad de Benidorm porque tiene beneficiarios de toda la Marina Baixa.
Así es, tenemos chicos y chicas de ocho municipios distintos de nuestra comarca.
«La solidaridad, al menos con el Doble Amor, es siempre y desde siempre sensacional»
En ese sentido, ¿cuáles son sus necesidades más urgentes?
En primer lugar, queremos seguir manteniendo el apoyo incondicional de la administración autonómica y las municipales. Pero esta junta directiva se enfrenta a un reto muy importante: el centro tiene 50 años y sus actuales dependencias tienen 45 de uso diario. Por ello, precisamos de un proceso de rehabilitación y reparación que significa un dinero que no tenemos.
En estos momentos estamos buscando financiación y, fundamentalmente apoyo. Pongo un ejemplo: necesitábamos pintar de forma urgente una rampa de acceso de la zona deportiva a la de talleres. Pues ha habido una empresa que ha puesto la pintura y, además, sus trabajadores han querido venir a pintar con nosotros.
Eso es un maravilloso ejemplo de ese arraigo social del que hablábamos antes.
Es algo que el Doble Amor siempre ha tenido como un tesoro. Hemos descolgado un teléfono y siempre hemos encontrado que, con un poco más o un poco menos, ha venido con nosotros. La solidaridad, al menos con el Doble Amor, es siempre y desde siempre, sensacional. No podríamos existir sin ella.