Entrevista> Franjavi Quesada / Pintor e ilustrador (Crevillent, 16-septiembre-1971)
No hay duda de que Francisco Javier Quesada Alcalá es uno de los grandes artistas locales que tiene Crevillent. Estudió Bellas Artes en la Universidad San Carlos de València, especializándose en Pintura, y ha realizado muestras en diferentes lugares de España e incluso de Europa.
Actualmente compagina su trabajo de profesor de Secundaria, con su labor organizando eventos culturales desde la Asociación de Creadores de Crevillent y con la realización de sus propios trabajos artísticos, ya sean a nivel particular o en compañía de Gonzalo Miralles a través de la sociedad ‘Diseny A2’ que ambos forman.
¿Cómo te dio por ser artista?
Es algo que me viene de pequeño. Ya entonces me dedicaba a pintar las paredes de mi casa, hasta que obviamente me tuvieron que comprar papel y lienzo. De todas formas no creo que yo tuviera una especial habilidad, recuerdo que me llamaban la atención dibujos de otros hasta el punto de copiarlos o incluso de borrar la firma del autor para poner la mía. Por lo tanto tuve que esforzarme mucho para mantener la mentira (risas).
Luego en el instituto Macià Abela me dedicaba a pintar en las mesas en lugar de atender a los profesores. Recuerdo que solía escribir al lado “señora limpiadora, por favor no lo borre”.
¿Recuerdas cuál fue tu primera obra que vendiste?
Mis primeros cuadros acabaron en las casas de mis vecinas, pero ahí no hubo remuneración alguna (risas). Creo que la primera fue por uno que pinté con unos 17 años, aunque no me pagaron con dinero sino con un reproductor de CD.
«La primera vez que vendí un cuadro me pagaron con un reproductor de CD»
¿En tus inicios tenías algún referente o estilo preferido?
La verdad es que le daba a todo. Mis primeros referentes pictóricos fueron bastante variados como David Hockney, Francis Bacon, Egon Schiele… Sobre todo lo que hacía era copiar paisajes de la naturaleza, pero de pronto me daba por cambiar un elemento con otro dándole un punto surrealista.
Además fuiste uno de los fundadores de la Asociación de Creadores de Crevillent (ACC). ¿Cómo surgió esta iniciativa?
Nos juntamos tres personas que queríamos crear una asociación donde hubiera de todo como pintores, escultores, artesanos, bailarines, etc.
Una vez que juntamos ya a un grupo de gente crevillentina muy buena, empezamos a realizar un montón de propuestas al ayuntamiento. Algunas han salido adelante, como el Urban Fest para que los chavales de instituto pinten murales sobre temas sociales, la iniciativa ‘Cadáver exquisito’ de arte en la calle, la Nit d’Art, el Certamen de Cortometrajes de Crevillent que surgió a iniciativa de Roque Ortiz, el CineTrip, etc.
«Mi nueva novela gráfica es entre biográfica y fantástica»
¿Estás trabajando actualmente en algún proyecto con la asociación?
Ahora estamos preparando nuestra agenda escolar para el próximo curso. José Emilio Cuerda es quien se encarga del diseño y la maquetación, mientras que otras personas, entre ellas yo, realizamos las ilustraciones.
Y espero que se vuelva a realizar pronto una nueva edición de ‘El cadáver exquisito’, porque es una forma de sacar el arte a las calles y así es como realmente se consigue que la gente conecte con ello.
¿Y a título personal?
Tengo mis encargos, como siempre, normalmente me piden sobre todo retratos. Por ejemplo la Federación de la Semana Santa me encarga todos los años pintarle uno al pregonero.
Ahora mismo lo más novedoso es que acabo de terminar una novela gráfica. Es una historia entre fantástica y biográfica ya que cuenta cosas de mi infancia, pero dándole una vuelta. Estoy moviéndola con editoriales, aunque me está costando un poco porque al estar a todo color resulta cara de publicar. Espero conseguirlo pronto.
«Los chavales de hoy tienen poco interés por el arte, pero hay formas de conseguir que despierten»
Tú que estás continuamente con chavales. ¿Cómo se puede despertar el interés por el arte a las nuevas generaciones?
Buena pregunta. La verdad es que cada vez percibo menos interés por su parte. Cuando empecé a dar clases, hace unos veinte años, aún podía compartir referentes con ellos; por ejemplo, haciendo referencias y chistes sobre cine, series… Si hablaba de los Simpsons o Star Wars, todos lo conocían.
Sin embargo ahora están con YouTube, Tik Tok y demás historias. Yo en esos mundos me pierdo, no tengo nada que hacer. Tampoco leen libros, ni cómics; si conocen alguno es porque a lo mejor Marvel ha hecho una versión para el cine.
¿No hay formas entonces de llegar a ellos?
Sí las hay. Por ejemplo, cuando les pones diapositivas de un cuadro de Dalí o de Picasso para contarles su intrahistoria, me doy cuenta de que eso ya les interesa más.
Por eso es muy importante realizar actividades como el Urban Fest o el Festival de Cortometrajes. Porque si yo me pongo a contarles en clase la historia del cine les parece un rollo, pero si les llevas a ver una película o les haces grabar sus propios cortos para el festival sí se van enganchando.
Y cuando lo consigo es cuando más orgulloso me hacen sentir como profesor. La mejor forma de que levanten sus culos del asiento y despeguen sus miradas del móvil es sacarlos a la calle.