Llegó el momento de hacer turismo y comenzamos por uno de los municipios más emblemáticos del Levante: Cullera. Situado en la comarca de la Ribera Baja, recibe todos los veranos a infinidad de visitantes, ávidos de disfrutar de sus playas y el entorno, en el que sobresale el castillo, las murallas y el faro, sus baluartes.
En lo alto de la Montaña de los Zorros, castillo y murallas -ambos Bien de Interés Cultural- constituyen unas de las vistas más características de la ciudad, manteniendo intacto su aspecto de fortaleza. Desde el mirador podremos contemplar una maravillosa panorámica de Cullera, la bahía (que se abre al mar Mediterráneo) y la desembocadura del río Júcar.
La fortaleza alberga desde 1997 el Museo Municipal de Historia y Arqueología, además de ser escenario de gran parte de la vida cultural de la localidad a través de interesantes propuestas audiovisuales, musicales o artísticas, especialmente en verano, cuando pasa a ser el epicentro nocturno.
Cómo es el castillo
El castillo de Cullera fue construido en el siglo X, en la época califal, sobre los restos de otra edificación íbero-romana. Su función principal, como parte defensiva de la Taifa de València, era la de vigilar vías de comunicación y fronteras, debido a su excelente posición estratégica. Tiempo después, durante la Reconquista, Jaime I decidió reformarlo y ampliarlo.
En la actualidad consta de cinco torres (de la Reina Mora o Santa Ana, Miranda, del Rincón de San Antonio, Desmochada y Octogonal), el propio bastión -o albacara- y dos recintos amurallados, así como el Alt del Fort, un fortín levantado en el siglo XIX, a lo largo de la guerra carlista.
Otros elementos importantes del castillo son la Capilla Gótica, realizada entre los siglos XV y XVI, el Patio de los Aljibes y la Sala de Armas.
Posee cinco torres, el propio castillo y dos recintos amurallados, además de un fortín del siglo XIX
Numerosas remodelaciones
El actual castillo es fruto de numerosas remodelaciones, reconstrucciones y reformas llevadas a cabo durante más de mil años: sin duda, desde la Edad Media hasta las mencionadas guerras carlistas, la fortaleza ha sido testigo de un sinfín de relevantes hechos históricos.
Una muy buena opción para visitarlo es partiendo desde la Torre de la Reina Mora (o de Santa Ana), siguiendo una senda que recorre el antiguo perímetro amurallado. En su interior, como avanzábamos, se encuentra el museo municipal, además de diferentes exposiciones o proyecciones audiovisuales sobre la historia de Cullera o el propio castillo.
Anexo a la fortaleza, el Santuario de la Virgen del Castillo -Señora de la Encarnación-, patrona de la localidad, templo erigido en el siglo XIX en estilo neobizantino que consta de obras de arte religioso de indudable valor.
Las murallas
Un aconsejable paseo por las murallas de Cullera, en algunos tramos semiderruidas, es una vuelta al pasado, a dejar volar la imaginación y ponernos en la piel de todos los que vivieron y lucharon en los muros de esta robusta fortaleza hace más de diez siglos.
Las murallas conservan todavía las torres, ya enumeradas, que servían de puntos de vigilancia. Entre ellas sobresale la de Santa Ana, que actuaba como puerta de ingreso al segundo recinto fortificado de la albacara. Formó asimismo parte de la antigua puerta de la villa, a la subida del castillo, por lo que era un punto estratégico para su defensa.
El faro, en funcionamiento desde el 1 de agosto de 1858, es uno de los dos que quedan en la provincia
El faro
Levantado en un lugar conocido como la Punta del Faro, el de Cullera es una referencia en una zona y uno de los dos faros que quedan en la provincia de València -el otro es el de Canet-, en funcionamiento desde el primero de agosto de 1858.
Con anterioridad, los numerosos acantilados y la necesidad de contar con un punto de vigilancia habían motivado la presencia de una torre, la del Cabo de Cullera, del siglo XVI, creada dentro del sistema de defensa de las costas valencianas.
Es un edificio circular, en cuyo centro se alza una torre troncocónica de dieciséis metros de altura (veintiocho sobre el nivel del mar). Su apariencia actual es debida a reformas realizadas a partir de los años sesenta, aunque conserva los trazados originales. Por razones de seguridad su interior no es visitable.
Otros atractivos de Cullera
Cullera, preciosa población, ofrece al visitante otros reclamos, como un paseo por su estanque (‘estany’), que recuerda a la Albufera de València; sumergirse en la cueva-museo del pirata Dragut o degustar un delicioso arroz -a banda, negro, de pato…- en alguno de sus recomendables restaurantes.
Para refrescarse, nada mejor que sus playas y calas, como la Escollera, Marenyet o la del Faro; y, si vas acompañado de niños, el cercano parque acuático.