Cristina Tàrrega / Periodista
El nombre de Cristina Tárrega (València, 9-agosto-1967) es sinónimo de profesionalidad, inteligencia y numerosos años en la comunicación, colaborando o presentando un sinfín de programas. Ahora triunfa con ‘La vida sin filtros’, donde se muestran impactantes casos reales que superan la ficción.
En el programa de Telecinco, en emisión las noches de los sábados, nuestra entrevistada es la primera en sorprenderse con las historias, “que me dejan con la boca abierta en todo momento”, al igual que a los telespectadores.
Se tratan asuntos como la infidelidad, problemas con los vecinos o la diferencia de edad entre algunas parejas, siempre sin filtros, como relata su título, y mostrando exactamente cómo es la dura realidad, sin tapujos.
Trayectoria muy dilatada
Tárrega comenzó en la radio, medio que le apasiona, antes de dar el salto a la televisión en los noventa. Allí coincidió con la italiana Raffaella Carrà y con María Teresa Campos, además de otros grandes comunicadores. “De todos he aprendido, especialmente de los hombres”, señala con sinceridad.
Está casada desde hace casi un cuarto de siglo con José María ‘Mami’ Quevedo, exfutbolista de, entre otros equipos, el Cádiz, Sevilla, Atlético de Madrid o Valladolid. Profundamente enamorada, reconoce que “es mi centro, muy terrenal, la persona que me pone en mi lugar”.
Entre sus proyectos más inmediatos, quizás la participación en una serie de televisión y continuar como directora de comunicación de diferentes firmas, porque la Tárrega lleva sin parar más de treinta años.
«Comencé trabajando en la radio, el más grande de los medios, el más periodístico y fiel»
¿Cómo era la Cristina niña?
Muy revoltosa, no paraba quieta. Mi madre me contaba que le paraban por la calle para decirle “¡qué niña más guapa!”. Tengo una hermana mayor, Matilde, que era la buena.
¿Y la más adulta?
Tengo la misma esencia, soy la misma valenciana revoltosa. No pierdo la inocencia nunca, porque la niña siempre viene conmigo.
¿Hablas valenciano?
No a la perfección, ya que me crie en lo que ahora es el antiguo Reino de València, en el Eixample, donde predomina el castellano. Hablo valenciano, pero pienso en castellano.
Espero que se produzca una modificación lingüística y se comprenda que una parte de la Comunitat Valenciana no es valencianoparlante, por bien de la televisión autonómica. Debemos tener en cuenta que en la Comunitat Valenciana residen muchos extranjeros, que no hablan el valenciano y nos perdemos, de este modo, muchos telespectadores. Abogo por un sistema mixto, como en la televisión vasca.
¿Siempre quisiste dedicarte a la comunicación?
En el más amplio sentido de la palabra: comunicación de empresas, posicionamiento, radio, prensa o televisión.
Comenzaste por abajo, por la radio.
Para mí la mejor, empecé por la grande. La radio es el medio más periodístico y el más fiel. Ahora mismo no hago radio, pero no lo descarto en breve, porque me gusta muchísimo.
«Trabajar con la Carrà fue lo máximo: era perseverante, disciplinada y lista, aprendí mucho de ella»
¿Disfrutas más que en la televisión?
Sí, son disfrutes diferentes. Siempre digo que la radio es como tu marido, mientras la televisión es más amante, va y viene. La televisión es una exposición muy grande y a veces hay que estar de perfil.
¿Tu profesión frustrada es la de médico?
Sin duda. Entrar en la Politécnica de València siempre ha sido muy complicado. De hecho, está entre las mejores universidades del mundo.
En los noventa saltas a la televisión.
Mi primera incursión en la televisión fue de la mano de Rafaella Carrà en el programa ‘Hola Raffaella’, primero como entrevistada. Seguidamente ella me ficha para ‘En casa con Raffaella’.
En ese periodo también participé en el programa de toros de Canal Plus, con Manolo Molés y Antoñete.
¿Cómo era trabajar con la musa italiana?
Era lo máximo, el ‘top’. Era perseverante, disciplinada, lista como un conejo, aunque nunca llegó a hablar bien el castellano, como Michael Robinson o Johan Cruyff. Tenía esa magia a la hora de hablar.
Aprendí mucho de ella y fue la primera que me enseñó lo que era el ayuno intermitente. Fue la precursora: la única comida que le conocía era la cena.
¿Cariñosa y dura al mismo tiempo?
Sobre todo era dura, muy pragmática. Y simpática, con ironía, pero muy simpática.
«En mi profesión me he relacionado más con hombres, que me han protegido, exigido y enseñado»
¿Trabajaste con Jesús Hermida?
Es un bulo que está en Internet: nunca le conocí y solo le vi una vez en la vida.
¿De quién te fuiste nutriendo?
Disfruté en la Cadena SER, junto a Iñaki Gabilondo, Carlos Llamas y Carlos Herrera, que me enseñaron mucho. Siempre me he relacionado más con los hombres que con las mujeres. Soy chica-chico.
Los hombres de esta profesión me han protegido, me han exigido y me han enseñado mucho más que las mujeres.
¿Entiendo que has sufrido envidia de mujeres?
Solo he tenido un acoso laboral y fue por parte de una mujer. Lo conté incluso en televisión: le hice una entrevista a Julio Iglesias, a él le gustó mucho, pero la subdirectora me hizo la cruz.
¿Qué aprendiste de María Teresa Campos?
Era una mujer que no necesitaba nunca el ‘autocue’, iba sola, lo memorizaba todo, increíble. Me ayudó mucho, porque era un momento que no podía presentar, debido a que estaba embarazadísima.
Has colaborado en un sinfín de programas. ¿De cuál tienes un mejor recuerdo?
Siempre del que me queda por hacer. No soy mujer de pasado, sino de presente y futuro.
Canal Nou fue tu casa, pero también Telemadrid.
Sí, para mí las autonómicas siempre han sido como un romance maravilloso, me encantan. Te permiten trabajar de otra forma y te acercan más al espectador.
He tenido la posibilidad de estar en tres a la vez y siempre de un modo fenomenal: Canal Sur (‘Hablemos claro’), Telemadrid (‘Territorio comanche’) y Canal Nou (‘Debat obert’).
Ahora estás presentando ‘La vida sin filtros’. ¿Cómo te lo propusieron?
Se trata de un formato que yo buscaba desde hace tiempo, se le tiene que dar vida y dar continuidad, porque va entrando poco a poco en las casas de los protagonistas.
Es un programa muy de verdad, ajeno a los de famoseo y vida de otras personas: se centra en las vidas de los telespectadores, que son muy emocionantes.
«‘La vida sin filtros’ es un programa muy de verdad, se centra en la emocionante vida de los telespectadores»
¿La realidad supera la ficción?
Totalmente. Después de haber hecho tantas cosas diferentes en la televisión y entrevistar a tantos famosos, me interesa mucho más conocer la vida del anónimo y ver la cara del famoso cómo se sorprende.
¿Qué acogida está teniendo?
Muy buena, hemos sido líderes en algunos momentos y hemos competido con ‘La Voz’ con mucha dignidad. Poco a poco vamos haciéndonos un hueco.
Me han llegado muchos comentarios buenos, y muy pocos negativos, tres, literalmente. Estamos muy contentos.
¿Al empezar el programa sabes lo que va a pasar?
No, no dejan que vean los guiones porque cuentan con mi capacidad de sorpresa y de improvisación, aprendida en la radio.
Son muchos casos, sumamente asombrosos, y en todos me he quedado con la boca abierta. En el primer programa, por ejemplo, conocimos a dos hermanos que se quieren casar y tienen dos hijos.
¿Va a tener continuidad?
La idea es que sí. Lo que no sé es si pararemos ahora, para proseguir más adelante.
¿Cómo ha cambiado el periodismo desde tus inicios?
No es tan romántico como era antes. Hay muchos intereses y mucho intrusismo, parece que todo el mundo sabe hacer de todo.
Quizás es que los periodistas somos muy generosos y dejamos entrar a hacer nuestra labor al resto de profesiones.
¿Qué otros proyectos tienes en marcha?
Aparte de la televisión, llevo diferentes firmas a nivel mundial y una agencia de comunicación, es decir, siempre tengo cosas entre manos. Me surgen propuestas, algunas las cojo y otras no, porque no siempre tengo disponibilidad. En los últimos treinta años no he estado parada nunca. Soy muy trabajadora.
¿Descartas el cine?
Me han ofrecido una serie, que no sé si realizaré. Dependerá del papel, las horas que me lleve hacerlo y si lo puedo combinar con mi trabajo.
Dices siempre que es tu marido el que te centra.
Sí, él es muy terrenal, mientras yo soy más impulsiva, energética, visceral…
¿Quevedo comenzó en el Cádiz?
Exacto, de joven coincidió incluso con ‘Mágico’ González, un jugador de enorme talento, de nacionalidad salvadoreña.
Luego pasó por el Atlético, Valladolid, Sevilla y Rayo Vallecano, antes de regresar a Cádiz para acabar su carrera.
Al principio pocos confiaban en vosotros como pareja.
Todavía muchos siguen sin confiar, pero nos da igual. Fui la primera presentadora con un futbolista, luego ha habido otros muchos ejemplos. Recuerdo que mi boda la dieron todos los informativos.
¿Te sientes respetada por la prensa del corazón?
Mucho: por la prensa deportiva, la generalista y por la del corazón, pues… sí. La prensa de verdad siempre me ha respetado.
No por la rumorología de las digitales, como todo el mundo. De repente ves unos portales en internet que son mentira, intentas ponerte en contacto con ellos y no existen.
¿Cuál es tu mejor virtud?
La constancia.
¿Y defecto?
La lealtad, que me ha costado muchos disgustos. Soy una persona demasiado leal.
Siempre has tenido una fuerte personalidad.
No tengo filtros, pero sí mucha educación.
Amas Andalucía, por Mami, pero por encima de todo tu ‘terreta’.
La verdad es que no sé qué decir. Amo mucho a las dos, forman parte de mi vida. Mi hijo Marco ha sido gestado en Andalucía: sus genes son andaluces, sus puestas de sol, sus atardeceres, sus primeras patadas en mi barriga…
Siempre digo que el Gran Poder me hace caso, al igual que la Virgen de los Desamparados. Soy también muy de toda España, me hago con cualquier lugar. He sido muy feliz en Andalucía. Su gente me ha dado mucho cariño y muchas alegrías, y me las siguen dando.
De València, ¿qué es lo que más te gusta gastronómicamente?
La ‘terreta’ es la única que me engorda. Ufff, me gusta todo: la fideuá, los arroces -que me vienen todos bien-, la horchata, el ‘all i pebre’, las huevas de sepia… València es mi casa, es mi esencia, mi todo.
¿Tu hijo va para futbolista o periodista?
Ninguna de las dos, nos ha salido economista. Tiene diecinueve años.
¿Algo más Cristina?
Quisiera agradecer la gran audiencia que ha tenido el programa en la Comunitat Valenciana, me hace sentir profeta en mi tierra.