Entrevista > Michelle Baker / Periodista (Birmingham, Reino Unido, 1970)
En una ciudad y una comarca en la que miles de británicos han ido estableciendo su residencia a lo largo de los años, Michelle Baker no sólo es una institución para sus compatriotas, que en muchos casos ya la conocen antes de llegar por el contenido que ella misma comparte diariamente en redes sociales.
Siempre sonriente y alegre, hablar con ella de España y de Reino Unido es hacerlo con una interlocutora que lo mismo ejerce de ‘guiri’ que defiende su tierra de acogida, que de española explicando las costumbres de la ‘pérfida Albión’. Y todo, hablando siempre bien de unos y otros, lo que le ha valido el premio Turismo Ciudad de Benidorm.
¿Cuánto tiempo lleva afincada aquí?
Pues este año cumplo cuarenta años viviendo aquí. Vivo en l’Alfàs del Pi, pero he trabajado toda la vida, desde que tengo edad para ello, en Benidorm.
«Cuando me llamó el alcalde me puse muy contenta, porque llevo muchos años promoviendo Benidorm en cada oportunidad que tengo»
Después de ese trabajo y de esa trayectoria, la han reconocido con el premio Turismo Ciudad de Benidorm. ¿Cómo se siente con ese reconocimiento?
Sorprendida, encantadísima y muy agradecida, la verdad. Cuando me llamó el alcalde un lunes para decírmelo, no me lo esperaba. Me puse muy, muy contenta porque ya son muchos años que promuevo Benidorm fuera de la ciudad en cada momento y oportunidad que tengo. Que te reconozcan por esta labor, pues es muy bonito.
Usted siempre presume de sentirse muy benidormense.
A mí me gusta pensar que soy de los pocos británicos que han ‘cruzado el puente’, como digo yo, porque estoy casada con un chico de aquí, ‘del poble’, de l’Alfàs. Mis hijos se han criado aquí, pero yo mantengo mi unidad con los británicos, porque trabajo con ellos y mi familia en Inglaterra son británicos, lógicamente.
Me gusta ser observadora de las diferencias entre esas culturas y explicar cosas a los británicos sobre cómo son los españoles. Y aquí me gustaría hacerlo viceversa.
¿Tenemos muchos mitos todavía por romper los unos de los otros?
Mitos no lo sé. A lo mejor, ideas preconcebidas. Cosas que nos chocan a los británicos, que hacen los españoles y que a estos últimos les parecen superlógicas.
«A mí me gusta pensar que soy de los pocos británicos que han ‘cruzado el puente’»
¿Por ejemplo?
Abandonar la playa cuando más sol hace. Un británico no lo entiende. ¿Por qué los españoles abandonan la piscina, abandonan la playa a la hora de comer? Porque hace calor. Y, sin embargo, el británico va a la playa para todo el día. Salen rojos como un tomate.
Estoy generalizando, por supuesto. Pero si han ido a la piscina o han ido a la playa, han ido para pasar el día. Y justo cuando nosotros abandonamos, allá a las seis de la tarde, agotados y rojísimos, el español vuelve a la playa refrescado, descansado para disfrutar del atardecer.
¿Es diferente la visión que tienen quienes nos visitan y luego se vuelven que quienes ya están viviendo aquí? ¿Cambia algo la forma de pensar?
La verdad que no cambia mucho porque, y siempre generalizo, los británicos que viven aquí realmente lo hacen como si estuvieran viviendo en Inglaterra. No cambian mucho. Siguen sus mismas costumbres, salen a comer a la una y verás restaurantes llenos. En el Albir, sobre todo, que está repleto de muchos británicos de cierta edad, se meten en su casa a las seis de la tarde, al igual que harían en su país.
¿No llegan nunca a normalizar los horarios españoles a pesar de vivir rodeados de ellos?
No, no lo normalizan en absoluto. Observan y no lo critican, pero… cada uno a lo suyo. Cuando yo llegué, no había supermercados británicos y nos tuvimos que acostumbrar a la comida española, que a mí me encanta.
Yo guiso a la manera española, gasto mucho aceite de oliva. En casa de mi cuñada, en Inglaterra, tienen la misma botella de aceite de un año para otro, porque es algo ‘gourmet’.
«En el momento que llegué, por narices tenías que integrarte con los españoles, por lo que estoy eternamente agradecida»
¿Por eso dice que ha ‘cruzado el puente’, porque sí ha llegado a ver las costumbres del otro lado y a entenderlas?
Sí, porque yo me crie en l’Alfàs del Pi. Había muchos menos extranjeros, éramos tres chicas inglesas en aquellos tiempos. Entonces sí que teníamos nuestra unión, pero por narices tenías que integrarte con los españoles, por lo que estoy eternamente agradecida, porque me gusta mucho más la forma de vivir de los españoles.
Pero bueno, en Benidorm tenemos la suerte de que tenemos un poco de todo para integrarte o disfrutar, por ejemplo, de la buena gastronomía española. Pero si los españoles queremos comer un buen ‘fish and chips’, también podemos. O gastronomía de cualquier otra parte del mundo. Eso es un poco también como ser cosmopolita.
Tema espinoso el de la gastronomía británica o las adaptaciones libres de la paella.
(Ríe) Sí, tenemos todo eso. A los españoles, cuando descubren la gastronomía británica, por ejemplo en la zona de Levante, les gustan mucho ciertos platos nuestros. Como el de los domingos, que comemos un ‘roast beef’ con verdura y patata asada, y eso está buenísimo.
¿Cuál es el choque cultural que más le llamó la atención?
Tengo muy clara la respuesta. Antes de vivir aquí, veníamos de vacaciones en enero. Nos quedamos siempre delante del parque de Elche, en un hotel que se llama Fenicia. Veíamos pasear a los abueletes que llevaban bufandas, chaquetas, guantes… y yo estaba en la playa y creía que estaban enfermos. Decía: “pobrecitos, están ahí abrigaditos”.