Entrevista> Miguel Ángel Ferrer ‘Mista’ / Exfutbolista y comentarista de televisión (Caravaca de la Cruz, Murcia, 12-noviembre-1978)
Para los nostálgicos del València recordar nombres como David Albelda, ‘Kily’ González, Juan Sánchez o Rubén Baraja, entre otros, despierta una sonrisa en su rostro e incluso algunas lágrimas en los ojos. Todos ellos son leyenda, al igual que Miguel Ángel Ferrer, ‘Mista’, quien en sus cinco temporadas en el club ‘ché’ logró dos Ligas, una Copa de la UEFA y una Supercopa europea.
Precisamente su gol en la final de la extinta UEFA sentenciaba el choque frente al Olympique de Marsella y le coronaba para siempre como un histórico de la institución. Dos años más tarde era traspasado al Atlético, para después recalar en el Deportivo de La Coruña y finalizar su periplo deportivo en el Toronto, de la Major Soccer League.
Se inició entonces como entrenador, primero en València y luego en Canadá, antes de incorporarse como comentarista de televisión. Con él queremos comentar la situación actual de la entidad valencianista y del lamentable suceso en la final del Mundial femenino, que finalizó con la dimisión de Luís Rubiales como presidente de la Federación Española de Fútbol.
«Es un orgullo que nos recuerde la afición valencianista, para nuestra generación nos marcó de por vida»
Una curiosidad, ¿de dónde viene lo de Mista?
Lo he comentado muchas veces con mi padre, porque nunca lo hemos sabido realmente. Yo era Mista, hijo del carpintero en Caravaca, al igual que mi padre.
Se trata de un apodo familiar que procede de hace mucho tiempo. La gente ha hecho mil suposiciones, pero no es nada por mi nombre, Miguel Ángel.
Han pasado muchos años desde tu adiós del València, pero te recuerdan con mucho cariño.
Tengo la fortuna de ir mucho a Mestalla y València, ahora que trabajo en televisión. Y muchos, también añorando aquella época gloriosa, nos tienen muy presentes y nos recuerdan con mucho cariño.
Para todos nosotros es un motivo de orgullo, porque también marcó a nuestra generación de por vida.
Eras un jugador diferente, te ponían de punta sin ser un delantero puro.
Sobre todo era un segundo delantero. Es cierto que jugué muchas veces de punta puro, porque protegía muy bien el balón y ayudaba a que los de atrás se pudieran incorporar.
Sin embargo, nunca tuve las condiciones de un delantero centro nato en cuanto a velocidad o fuerza. Sí me desenvolvía bien en el puesto, a veces más por ratonería o inteligencia.
De hecho, hubo momentos, especialmente en Tenerife, donde tuve que jugar en la banda. A lo largo de mi carrera jugué en diferentes posiciones y me fui adaptando bien a todas.
«He tenido muchos y muy buenos entrenadores, pero del que más aprendí fue de Rafa Benítez»
¿Cómo viviste aquello del ‘caso Mista’?
Lo único que quería era ser profesional y jugar en Primera. Tenía una oferta muy buena del Tenerife y tratamos que el director deportivo del Real Madrid en ese momento lo entendiese.
No me dio ninguna solución y con mi representante, que era también abogado, Manuel García Quirón, tomamos la decisión de acogernos al decreto 1006 de los derechos del trabajador, el que dice que cualquier empleado puede cambiar de puesto de trabajo siempre que se indemnice con la cantidad que el juez estipule.
Intentamos no pagar la altísima cláusula que tenía; denunciamos el caso, el juez nos dio la razón y pude seguir mi carrera en Tenerife.
Fue buena tu etapa tinerfeña.
Tengo excelentes recuerdos, aunque en mi primer año descendimos a Segunda División. Pasamos entonces un año de transición, con una plantilla menos competitiva, hasta que, con la llegada de Rafa Benítez, se confeccionó un equipo muy joven y de nivel; subimos a Primera y se produjo mi traspaso al València.
¿Cómo fue ese traspaso?
El València ya me había fichado un año antes, dejándome cedido al Tenerife. A mí me convenía quedarme porque era un año más de rodaje, siempre necesario.
Mi fichaje coincidió con el de Benítez como nuevo entrenador del València.
«Formamos un auténtico equipazo, mezcla de veteranos y jóvenes, todos con ‘hambre’ de títulos»
¿Es el mejor técnico que has tenido?
He tenido muchos y muy buenos, pero con el que más he convivido y aprendido ha sido, sin duda, Rafa Benítez.
Formas parte del mejor València de la historia.
Mi llegada fue complicada, sobre todo porque llegaba de Segunda División a un equipo que había jugado dos finales de Champions consecutivas.
Es normal que me costara adaptarme, en un año que ganamos la Liga después de treinta sin hacerlo, con mucho protagonismo por mi parte en la última etapa. A partir de ahí fui jugando más y también saqué provecho de aquella generación de jugadores, una mezcla entre gente experimentada y joven.
Todos teníamos mucha ‘hambre’ de títulos; ellos supieron llevarnos a nosotros, mientras los jóvenes sacamos todo el jugo de los veteranos. Fue una generación inolvidable para todo el valencianismo.
Erais un auténtico equipazo.
Cierto, con jugadores de la talla de Juan Sánchez, Rubén Baraja, Mirolav Djukic, Amadeo Carboni, Santi Cañizares, ‘Kily’ González… Tenían una trayectoria ya muy contrastada y seguían teniendo mucha ambición de poder hacer que el València fuera grande.
Llegaron entonces jugadores más jóvenes, como Carlos Marchena, Curro Torres, Vicente, Miguel Ángel Angulo, que llevaba tiempo, pero era todavía muy joven, yo mismo… Fue el mejor momento de todos nosotros e hizo que nos convirtiéramos en un València histórico.
«Soy un entrenador exigente: he aprendido que si al jugador le aprietas, luego responde en el campo»
Muchos te rememoran por ese gol en la final de la UEFA.
Sí, en Gotemborg frente al Olympique de Marsella (2-0). Es, sin duda, mi mejor recuerdo como jugador del València, no solo por lo que se consiguió, sino que lograr un título europeo para el club después de dos finales de Champions quitó un peso de encima a la entidad y a la afición.
Para nosotros fue ponerle el broche de oro a la temporada, el doblete tras el título de Liga. Ser el mejor jugador de ese partido lo tengo marcado para toda la vida.
En 2006 dejas la entidad valencianista y marchas al Atlético. ¿Por qué?
Llegó al banquillo del València Quique Sánchez Flores y yo había comenzado a perder protagonismo desde el fichaje de David Villa, un año antes.
El técnico fue muy claro conmigo sobre cuál iba a ser mi rol en el equipo y entendí que era el momento de poner punto final a un ciclo maravilloso.
¿Qué tal en el Atlético?
Fiché para ser compañero de Fernando Torres en el ataque y tuvimos en la pretemporada la desgracia de la lesión de Martin Petrov. Esa baja hizo que tuviera que jugar más en banda, porque no había recambio para el búlgaro. Fueron dos años a las órdenes de Javier Aguirre.
Y finalizas tu etapa como jugador.
En La Coruña comencé a tener problemas de pubis, que es lo que me acabó retirando. En Toronto concluyó mi carrera deportiva.
«El presidente de la RFEF debe ser un ejemplo y su comportamiento no estuvo acorde a su puesto»
¿Cómo fue la aventura canadiense?
Una experiencia muy bonita, conociendo un país e idioma nuevo, además de una liga que comenzaba a tener cierto protagonismo. La recuerdo con cariño.
Te inicias entonces como entrenador.
Sí, primero en la cantera del València. Me vine a vivir a Madrid y surgió la opción de entrenar en Ottawa, franquicia adquirida por el Atlético de Madrid. Fui tanto a entrenar como a ayudarles en todas las infraestructuras del club.
Pasamos dos años y medio, algo fastidiados porque nos pilló la pandemia. Seguidamente regresamos a España.
¿Qué tipo de entrenador eres?
Me gusta ser exigente, también por lo que he aprendido en mi vida, pues al jugador cuando le exiges, sin pasar el límite, te da mucho más rendimiento. Soy muy permisivo, pero también me gusta apretarles.
Una de las cosas más importantes de un entrenador es saber el tipo de persona que tienes enfrente, porque hay jugadores a los que debes apretar mientras otros necesitan más cariño. Debes ser un poco psicólogo para obtener el mejor rendimiento de cada uno.
¿Te sientes cómodo en tu faceta como comentarista?
Muy bien, estoy como comentarista de DZAN, en un equipo fantástico, joven, con muy buen ambiente y que nos gusta mucho el fútbol. Vivimos por y para este deporte.
Suelo comentar los equipos en los que he estado, València y, de un modo puntual, el Atlético de Madrid. Ciertamente se sufre menos que en los banquillos (ríe).
«Entre los jóvenes del València me agradan especialmente Guerra, Mosquera y Diego López»
Hablemos del Mundial femenino, brillante victoria de España, enturbiada por un gesto lamentable.
Así es, se ha empañado un poco el enorme mérito deportivo, porque no todos los días se gana un Mundial, básicamente por lo que sucedió con Luís Rubiales.
Se debería haber hablado más de deporte y menos del tema extradeportivo. Tenemos que poner muchas veces un punto y aparte en la vida, y plantarse cuando uno lo considera conveniente.
¿Rubiales tenía que haber dimitido antes?
Sí, sobre todo porque un presidente tiene que ser un ejemplo para los demás y su comportamiento no fue acorde al puesto que tenía.
¿El fútbol se ha vuelto tan negocio como parece?
Pienso que no. Sí es cierto que ahora hay muchos más ingresos que en nuestra época; todos se han dado cuenta de la visibilidad y repercusión que tiene el fútbol.
Este deporte se ha ‘despertado’ también en lugares donde no era popular y su crecimiento está en relación con lo que genera.
¿Todo está mucho más globalizado?
Durante mi adolescencia crecimos con los partidos del domingo por la tarde, todos a las 17 horas, excepto el del Canal Plus, el más destacado de la jornada.
Antes también debías ver los encuentros desde la televisión y ahora las plataformas te permiten visualizarlos desde el móvil, lo que hace que la gente pueda consumir deporte desde cualquier ubicación.
Pero todo en su justa medida, porque a veces nos saturamos de tener tanta oferta de cosas que ver. Acabas por no ver nada.
¿Quién es el favorito de la Liga?
Ufff, diría que el Real Madrid, pero el Barça comienza ya a funcionar. Volverá a ser una Liga de dos.
¿València sufrirá este año?
Por las sensaciones que me ha transmitido pienso que no, pero todavía es pronto. Las cosas que están pasando hace que, al menos, nos ilusionemos con el equipo.
¿Cuáles son los jóvenes que más te agradan?
Javi Guerra, Cristian Mosquera y Diego López, por la verticalidad que tienen.