Entrevista> Mª Carmen Llácer y Amparo González / Abogadas (Abogadas (Benetússer, 8-marzo-1975 y Alfafar, 15-junio-1969)
La justicia española es muy garantista, es decir, para condenar a una persona debe reconocer los hechos o, mediante un proceso penal -un juicio-, se acredita que efectivamente ha cometido ese delito.
Esa afirmación es la primera que extraemos de la interesante y recomendable conversación que vamos a mantener con dos experimentadas abogadas, ambas especializadas en violencia de género, por desgracia tan de boga en los últimos años.
Son Mª Carmen Llácer y Amparo González, quienes en su despacho de nuestra localidad nos desvelan también que el “Derecho es muy bonito, no hay blanco ni negro, sino que siempre te permite sacar de dónde no hay”.
¿La justicia en muchas ocasiones no es justa?
Amparo González (AG) – En muchísimas: es lenta, no cuenta con medios, llega tarde y muchas veces, aunque sea justo, ya no hace justicia.
¿Son conscientes de que, a veces, defienden a personas que son culpables?
Mª Carmen Llácer (ML) – Claro que lo sabemos. Pero nosotras buscamos garantizar los derechos de esa persona. Si la justicia funciona y, tanto la acusación como el fiscal hacen bien su trabajo, así como los cuerpos de seguridad, la defensa poco puede hacer.
¿Incluso un asesino tiene derechos?
AG – Sí. Tienen derecho a la defensa. Se trata de un ‘juego’ en el que cada uno tiene que desempeñar su papel.
«Hay mujeres que aguantan los maltratos muchísimo tiempo, hay algo que les hace cambiar el chip»
¿Esa es su labor en el Turno de Oficio?
ML – Es exactamente igual que es un asunto privado, estudiando lo mismo. Cuando te llega un expediente haces el trabajo igual, mirando qué vías tienes o qué atenuantes se pueden aplicar.
En el caso de actuar como acusación, estás al lado del Ministerio Público e intentas acreditar que esa persona ha cometido el delito.
¿Cuál es la media de tiempo que tarda una víctima en denunciar?
ML – Depende de la víctima, porque hay personas que sufren maltrato durante muchísimo tiempo. Aguantan hasta que un detonante les hace cambiar de pensamiento, de chip, en muchas ocasiones cuando el marido, por ejemplo, ataca a los hijos.
¿La violencia de género se da únicamente en las relaciones de pareja?
AG – Se da entre hombre y mujer, y en el ámbito de una relación de pareja. De otro modo hablamos de maltrato en el ámbito familiar (de padres a hijos, entre hermanos…).
«Últimamente se están dando muchos casos de agresión sexual mediante suministro de algún estupefaciente»
¿Cómo se demuestra un maltrato psicológico?
AG – Es mucho más complicado y los peritos resultan fundamentales. No obstante, también hay herramientas, como los wasaps o conversaciones grabadas, que ayudan a demostrar ese maltrato psicológico.
Muchas mujeres denuncian maltrato psicológico o económico, en el que el marido controla el dinero que hay en casa y no le deja disponer de él.
¿Qué casos ha visto con mayor frecuencia?
ML – Las lesiones y los insultos. Últimamente se está produciendo mucha agresión sexual, no únicamente dentro de la pareja. Son situaciones en las que se emplean estupefacientes para anular a la chica, en este caso, y después abusar de ella.
Asimismo, delitos llamados ‘sexting’: reenvío sin permiso de imágenes íntimas obtenidas bajo consentimiento de la víctima.
¿En esas situaciones se debe denunciar?
ML – Entiendo que sí. Aunque se comunique a la policía la presunta comisión de un delito, si la persona luego no quiere declarar en contra de su familiar, puede acogerse al artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que nos permite no declarar en contra de un familiar. Esa dispensa la tenemos todos, pero obviamente puedes denunciar.
«Es muy duro asumir que hay personas inocentes que se sientan en la banqueta o están en prisión»
¿La sociedad cómo puede ayudar a las víctimas?
ML – Primero debería haber una concienciación social sobre lo que es la violencia de género, porque la que lo sufre lo pasa realmente mal.
Vemos a una pareja discutiendo en la calle y la gente no se mete, también es verdad que tiene miedo a las represalias. Lo vemos continuamente en los testigos. A las víctimas se les ayuda escuchándolas en muchos casos.
Respecto a otras justicias, ¿la española es peor?
ML – Tenemos un buen sistema en España, que es garantista, como indicábamos anteriormente, en el que por supuesto hay errores y es mejorable.
AG – En ocasiones hay inocentes que se sientan en la banqueta. Es muy duro pensar o asumir que hay personas no culpables en prisión.
¿Algún caso que recordarán siempre?
ML – Recuerdo, cuando empezaba, la cara de una señora aterrorizada cuando me decía “si este hombre hoy sale de aquí, me matará”.
Le metieron en prisión provisional y con el tiempo la señora desistió del procedimiento, alegando que pertenecía a una familia de etnia gitana y estaba recibiendo muchas presiones. El miedo de ella lo sentí en mí.