Entrevista> Pepe Cabanes / Nadador en aguas abiertas (Villena, 1966)
Aunque gran parte de la población le conoce por su implicación asociativa como histórico presidente de la asociación vecinal de El Rabal, no todo el mundo conoce la afición de Pepe Cabanes por la natación en aguas abiertas. Nos cuenta cómo ha sido la experiencia de participar en una prestigiosa travesía en Estambul, que une Asia y Europa a través del estrecho del Bósforo.
El pasado 20 de agosto completaste una exótica prueba de natación en Turquía, ¿qué es eso de la Cross-Continental Swimming Race?
Es una travesía a nado que se realiza en la mítica ciudad de Estambul, que está organizada por el Comité Olímpico Turco. Está considerada como una de las mejores travesías a nado del mundo y tiene, entre otros muchos atractivos, el unir los continentes asiático y europeo atravesando el estrecho del Bósforo.
No es una prueba olímpica, ni mucho menos, ya que los participantes somos absolutamente amateurs, pero el ambiente de la prueba sí lo es. En esta trigésimo quinta edición había casi 3.000 nadadores llegados de todo el mundo, entre ellos diez españoles.
«La piscina es como una pecera, la necesito para entrenar, pero donde realmente me siento bien es en el mar»
Suena apasionante lo de cruzar a nado desde Asia hasta Europa, ¿cómo surgió la idea de participar en esta prueba?
Me hablaron de esta travesía por primera vez en 2016 y pensé que era un reto que quería hacer en mi vida. Se lo comenté a mi hijo, Manuel, que también es nadador y empezamos a buscar información para realizarla juntos.
Intentamos inscribirnos por primera vez en 2018, pero el problema es que hay miles de nadadores de todo el mundo que quieren inscribirse al mismo tiempo, y no lo conseguimos.
No tiraste la toalla…
La situación se repitió en 2019, año en el que intentamos la inscripción junto al villenero Carlos Parpal, que sí consiguió plaza y la nadó en esa edición. Yo he tardado cuatro años más para conseguirlo, aunque, por desgracia, este año mi hijo no podía venir conmigo por motivos laborales.
El mar Negro y sus corrientes pueden ser traicioneras para los deportistas, ¿tuviste algún susto durante la prueba?
No tuve ningún susto, pero sí es cierto que hay remolinos muy peligros en determinados puntos del trayecto. La organización nos advirtió seriamente antes del inicio. Algunos nadadores se vieron incapaces de alcanzar la costa a causa de ellos.
«Algunos nadadores se vieron incapaces de alcanzar la costa a causa de los remolinos»
En esas profundidades no solo las corrientes te pueden cortar el aliento, ¿qué animales has podido ver mientras nadabas?
Medusas, medusas y medusas, muchas. En este tipo de travesías, con una profundidad de más de 120 metros, no se suelen ver demasiados animales, aunque sabes que están ahí abajo.
No es la primera vez que realizas pruebas intercontinentales a mar abierto, ¿cómo fue tu aventura anterior en África?
Cruzar el estrecho de Gibraltar es uno de esos retos que cualquier nadador de aguas abiertas quiere hacer una vez en su vida. Es realmente impresionante nadar desde España a Marruecos y tuve la suerte de poder hacerlo en 2018.
Has de contratar a una empresa especializada que te acompaña con un barco y una zodiac, ya que es un lugar muy peligroso. Hay fuertes corrientes, muchísimo tráfico marino y animales de gran tamaño como orcas o delfines. Fueron quince kilómetros que disfruté y sufrí a partes iguales.
¿Con qué prueba te quedas?
No son comparables, pero ciertamente el cruce del estrecho de Gibraltar fue mucho más importante para mí. Sólo hay que comparar tiempos: una hora y cuatro minutos en el estrecho del Bósforo y cuatro horas y veintitrés minutos en el estrecho de Gibraltar.
Ambas son travesías que he disfrutado mucho y que recomiendo a cualquier nadador de aguas abiertas.
«Tengo pendiente volver a cruzar el estrecho de Gibraltar, esta vez con mi hijo, cuando podamos coincidir»
Suena curioso que una ciudad de interior como Villena organice salidas de natación a mar abierto. ¿Qué es eso del club Manatíes?
En Villena contamos con mucha gente que practica la natación en aguas abiertas y hace unos años decidimos crear un grupo para compartir nuestra afición. No es un club como tal, sencillamente compartimos travesías, entrenamientos en el mar y consejos para quien va iniciándose.
¿Prefieres la comodidad de la piscina o la adrenalina del mar abierto?
La piscina es como una pecera en la que das vueltas; la necesito para entrenar, pero donde realmente me siento bien es en el mar. Es una sensación de libertad difícil de explicar.
¿Qué nuevos retos deportivos tienes planteados en el horizonte?
En Estambul pude conocer a nadadores de distintas partes del mundo y estuvimos compartiendo travesías que se organizan en cada país. Me gustaría nadar la travesía de Isla Mujeres en Cancún, pero voy a tener que ahorrar mucho.
De todas formas, tengo pendiente volver a cruzar el estrecho de Gibraltar, esta vez con mi hijo, cuando podamos coincidir.